Opinión Nacional

Síntomas manifiestos de dictadura

La oposición se unió, y la hora de la lucidez se avecina para indecisos, abstencionistas y chavistas de buena fe; sobre todo para estos últimos a quie nes espera un profundo examen de conciencia. El tiempo apremia, estas líneas son apenas el breve estado del arte de un totalitarismo muy anunciado y galopante. Si no nos deshacemos del autócrata en diciembre la oposición y los chavistas sensatos, una plúmbea dictadura de decenios nos espera a todos con su colectivismo, lavado de cerebros, nomenklatura, psicosis de guerra, opacidad administrativa, aplastamiento de minorías, pobreza y caos, degradación general, relaciones peligrosas y aislacionismo. Al resto del mundo le dará pena nomás, Chávez tiene petróleo, that’is the difference.

El socialismo real fracasó en la Unión Soviética, Ucrania, Bielorrusia, Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia, Armenia, Georgia, Azerbaiján, Kazakistán, Kirguizistán, Uzbekistán, Tadzikistán y Turkmenistán; en Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia y Albania; en Siria, Yemen, Afganistán, Pakistán, Birmania, Cambogia, Laos, Vietnam, Mongolia, China y Corea del Norte; en Angola, Argelia, Benín, Burkina Faso, República del Congo, Eritrea, Etiopía, Guinea Bissau, Liberia y Libia; en Chile, Cuba y Nicaragua. ¡Terrible lista! El iluminado nacional jura que él sí lo logrará, y perderemos decenios de historia como los cuarenta y siete infortunados predecesores.

La ideología totalitaria de Chávez ya no es hipótesis, él la define, practica, y sueña con una nueva Constitución que legitime su socialismo del fin del mundo. Es un caso modélico de mitificación retrógrada (en la especie, de bolchevique nostálgico mentalmente detenido en los `60) que insiste en restaurar pasados falsamente arquetípicos con tótem y todo, un Bolívar que urge rescatar de su malsana desfiguración. El 10 de noviembre de 2005, la comisión rusa encabezada por el vice-premier A. Zhukov mal pudo reprimir sonrisitas escuchándole a Chávez un vibrante homenaje «a todo el bien que le hizo al mundo la Unión Soviética sólo por existir» y al «inmenso aporte de la revolución soviética al mundo», al oírlo expresar dos veces el pésame «por haber terminado lamentablemente la experiencia soviética como terminó» y al enterarse de que «un día todo esto explotará…y América latina será lo que Rusia no pudo ser». Papelones similares siguieron en China, donde alabó a Mao ante atónitos auditorios anti-maoistas, y la quincena pasada –perseverare diabolicumen Vietnam, un país que corre raudo al capitalismo; entregó un facsímil de espada de Bolívar al glorioso Giap y despotricó dos horas contra el capitalismo ante una atónita Cámara de Comercio de Hanoi que tuvo que declarar por boca de su presidente Vu Tien Loc: «Vietnam está abrazando la economía de mercado, no pienso que lo que dijo Chávez sea lo apropiado» (recordemos de paso que días después Chávez tuvo las santísimas de obsequiar a Fidel, con despótico irrespeto al más sagrado símbolo patrio, originales reliquias bolivarianas que, sin importar su origen, son inalienable patrimonio nacional).

Su política internacional es dictatorial, sectaria y peligrosa primero, por inconsulta, segundo, por su abierto apoyo al ultra-izquierdismo mundial, generador de aislamiento (con Cuba, Perú, Nicaragua, ALCA, CAN, México y más y recientemente con Israel: «yo no tengo ningún interés en mantener relaciones con un Estado como Israel», ¡sic!), y tercero, por lo emblemático de sus nuevas prioridades diplomáticas (Cuba, Libia, Bielorrusia, Argelia, Rusia, Irán, China, Corea del Norte). Su última y agorera gira internacional es emblemática. Bielorrusia («la última dictadura de Europa») es el corredor de atrás por el cual la industria armamentista rusa vende al mundo armas de exportación controlada, y Chávez ¡vaya casualidad! anunció hace días que estaba dotando al país de mísiles antiaéreos.

Llegado a Moscú, supimos sorpresivamente que nuestro autócrata había decidido sur place comprar no uno, como anunciado, sino tres millardos de dólares en armas (la hipótesis de que Putin haya elevado el precio de su voto para el Consejo de Seguridad no es descartable). En cuanto a Irán, Chávez fue a sembrar allá otro samán de Güere, e Inch Allah que no nos resulte mortífero: suscribió un pacto medieval «hasta el final del camino» con Ahmadinejad el que pregona la destrucción de Israel, y declaró bien explícitamente en conferencia de prensa ((%=Link(«http://switch5.castup.net/frames/20041020_MemriTV_Popup/video_480x360.asp?ai=214&ar=1213wmv &ak=null»,»confirma video iraní»)%) ) que los israelíes «están condenados a su fin». Aupado por los precios del petróleo, el frenesí chavista por darse una visibilidad global deja pues muy atrás el delirio del Chimborazo. Tras estrenarse con largas filípicas contra la viajadera y la «reunionitis» internacionales, Chávez ha acumulado en siete años más de un año en reuniones fuera de Venezuela, y si a ello fuéramos a sumar los 110.960 minutos (294 días hábiles de 8 horas) invertidos ante micrófonos y cámaras, tendríamos un caso de Guinness: un presidente que ha pasado viajando y hablando 29% de su tiempo-trabajo.

Internamente, su dictadura ya es de manual, casi perfecta, con todos los poderes a sus pies. El judicial entonando en sus más solemnes sesiones «uh-ah, Chávez no se va», el fiscal-bufón de corte entreteniendo el país, el CNE ejecutando instrucciones, el «LegislativoSoviet» aprobándole las leyes que recibe de Miraflores ya confeccionadas. De poder independiente a dependencia servil y reservorio de fidelidades, este Soviet. Le bastaron veinticuatro horas al autócrata para un enroque Legislativo/Ejecutivo: mudó a su Presidente a la casilla Canciller, e instaló de Presidenta de la Asamblea a la mujer de éste. Una pareja fidelísima al boss: el nuevo Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela es un ex empleado menor del Metro, la nueva Presidenta de la Asamblea Nacional una ex sustanciadora de expedientes de la PTJ.

Salir entre todos del capataz de hacienda y volver a ser país, ésa es la consigna.

apasquali@cantv

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