Sobre la declaración de la Conferencia Episcopal
LA IMPACTANTE Y OPORTUNA declaración de Mons. Baltazar Porras, quien preside la Conferencia Episcopal, ha sido recibida por la Sociedad Civil venezolana con júbilo porque interpreta, exactamente, lo que todo el país está sintiendo: QUE EL C.N.E. NO ES CONFIABLE COMO ÁRBITRO ELECTORAL POR HABER SIDO DESIGNADO UNILATERALMENTE. Es cierto. Que el Congresillo, elegido a dedo y con su Presidente cuestionado, no tiene fuerza moral ni competencia legal para destituir a ningún funcionario y mucho menos a mes y medio de las elecciones. Es cierto. Que el Tribunal Supremo apela a una «supraconstitucionalidad» para violar la Constitución recién aprobada y vigente desde el 30D. cuando está obligado a defenderla.
Es cierto. Que la Fuerza Armada no puede ser una guardia pretoriana al servicio de una individualidad. Cierto. Que el pueblo percibe que el tiempo pasa y no le ve el queso a la tostada y por eso se preguntan los Obispos donde están los reales del petróleo. Mas que cierto. Que el discurso del Presidente es «Simplista, manipulador de Dios, de Jesús, de los hechos históricos, de los símbolos». Toda Venezuela lo ha escuchado. Lo que los Obispos han dicho, en voz alta, es lo mismo que todos los venezolanos decimos todos los días en voz baja. Ellos han sido, una vez mas, la voz de los que no tienen posibilidad de ser escuchados. Han hablado por el pueblo. Por eso preocupa tanto y se ataca esta Declaración.
LA RESPUESTA DEL CUESTIONADO Presidente del Congresillo fue lamentable. Que la Iglesia entra en el escenario político. Como si exigir transparencia electoral fuera hacer política partidista. Como si el Sr. Miquelena, quien tiene metidas sus manos en todos los poderes del Estado sin excluir el Ejecutivo, y quien, además, está cuestionando, tuviera fuerza moral ni legal para demandar respeto siendo él quien con su poderío está irrespetándonos a todos los venezolanos. Aceptaría el gobierno un CNE designado por la oposición? No hagas a otro….
La Iglesia ha abierto un debate que es al mismo tiempo una exigencia; la Sociedad Civil, a coro, clama por la transparencia electoral que no existe. Los distintos sectores que la integran tienen que sumarse a esta campaña que a ningún candidato beneficia sino solo a Venezuela y a la paz social entre hermanos.
ESTO NO ES HACER POLÍTICA. Esto es hacer Patria. Ojalá lo entiendan así tanto el Sr. Miquelena como los empresarios, a veces tan distantes de él y ahora no tanto. Uno por defender su poder político personal y los otros intereses económicos que, por cierto, solo son respetados en sociedades libres. Si el Gobierno no accede a esta solicitud impecable de la Iglesia la conclusión es clara: teme perder las elecciones y prepara un fraude. La transparencia electoral es lo único que puede legitimar al Presidente, dentro y fuera del país, y la transparencia pasa por un C.N.E. imparcial. ESTE NO LO ES. Si no se garantiza transparencia es porque hay mucho miedo a perder las elecciones. Y si hay fraude estaremos a un paso de la violencia.
Es esto precisamente lo que la Iglesia quiere evitar.
Firmado:
Valentín Arenas Amigo, Joaquín Avellán Cachazo, Axel Florik, Luis Franca, Juan Gomez, Heiddekel Manrique, Henrique Mendez Llamozas, Mario Carratú Molina, Alberto Oriol, Michel Otayek, Alejandro Peña Esclusa, Indira Peña, William Phelan Velutini, Helena Plaza, Beatriz Pericchi, Sixto Pericchi, Sol Ponte de Bendayan, Carmen Isabel Rangel Rojas, Jesús R. Risquez Iribarren, Carmen Elena Risquez Thielen, Rafael Rodriguez Coronel, Rafael Rojas, Helena Tinoco Rangel.
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