Opinión Nacional

Sucre contra Guzmán Blanco

Sumario

“Vencidos en todas las posiciones el enemigo huía hacia el Arauca, río navegable, tormentoso, y lleno de animales carnívoros, allí los alcanzó la fuerza que mande a perseguirlos y el que no está prisionero murió ahogado o se lo comieron los caimanes, babas y caribes. Esta es la batalla más grande que he dado….”, así se refería Guzmán Blanco a su actuación en la batalla de Apure, sin embargo, caimanes ni soldados pudieron con uno de sus mayores enemigos: El Presbítero Sucre quién logró sortear al enemigo y huir nuevamente de Venezuela pero esta vez con un nuevo paradero: Chile, lugar donde siguió escribiendo su historia como el soldado de dios que desterró Venezuela

La vida del presbítero cumanés Antonio José Sucre y Alcalá, cuenta con algunos episodios guerreros, entre los cuales contamos su participación en las fuerzas que querían destronar del poder a Antonio Guzmán Blanco en la llamada revolución azul que feneció en las orillas del río Arauca a finales de 1871.

Para analizar el antagonismo público entre Guzmán Blanco y el Presbítero Sucre, debemos señalar que la relación del caudillo con las autoridades católicas de la época no eran de las mejores, es más los problemas con la iglesia conllevaron a un enfrentamiento frontal donde es desterrado a Trinidad la máxima autoridad eclesiástica, Arzobispo Guevara y Lira, cuyo brazo derecho era el soldado de dios que desterró Venezuela “El gobierno de Guzmán Blanco había comenzado mal para con la iglesia. Los decretos de redención de censos dieron golpe de gracia a las rentas eclesiásticas .Vinieron luego la reincorporación a la universidad de los cursos de ciencias eclesiásticas para suprimir el seminario, la disolución de los conventos, el matrimonio civil obligatorio…” (127, “las diabluras del arcediano”).

En el libro recientemente publicado por Tomás Polanco “Guzmán Blanco: tragedia en seis partes y un epílogo”, se describe la actuación histórica del sacerdote cumanés en la defensas de la autoridad de la iglesia y las fuerzas conservadoras contra Guzmán Blanco “El Dr. Sucre alcanzó una gran influencia en la vida religiosa caraqueña .Polemizó frecuente, frenética y apasionadamente y hasta con el propio arzobispo, a pesar de ello, su condición de persona de austera virtud y las dotes que demostró como Profesor en el seminario , como ama de sabio y hábil ,lo llevaron a adquirir un ascendiente incontrastable en el ánimo del prelado Guevara”.

“El más hipócrita y execrable de los déspotas”

Como señala Polanco, Sucre tenía gran ascendencia en el arzobispo Guevara, y aprovechando sus dotes de periodista que había consolidado en Colombia, donde había caído preso por atacar en un medio al Presidente Mosquera, uso la misma estrategia para atacar a Guzmán Blanco a través de cuatro cartas públicas, de las cuales extraemos dos cartas, la primera escrita en Trinidad, donde acompañaba temporalmente a Monseñor Guevara y la segunda días antes de la batalla de Apure. Ahora vamos al primer escrito del 15 de julio de 1871, en que critica a Guzmán Blanco y a su gabinete “(Guzmán Blanco), El más hipócrita y execrable de los déspotas y perseguidores de la iglesia de dios, sus fechorías políticas, sus maldades, son la obra permanente de Lucifer ¿Por donde comenzar y sobre quién detenerme entre esos demonios encarnados en vuestra persona y en las de vuestros ministros? Guzmán está poseído por el triple demonio del orgullo, de la ambición y de la venganza. Caraqueños sin entrañas, soldado de fortuna y estadista de ocasión, general de parada, militar de bufete. Diego Urbaneja, el ministro del interior , es la personificación de los pecados capitales ;el ministro de la guerra Juan García alberga en el alma el doble demonio de voraz rapiña y de grosera orgía; el de relaciones exteriores y padre del presidente ,Antonio Leocadio Guzmán, es materialista, incrédulo, rencoroso, dogmático, tribuno corruptor y corrompido, para escalar el poder y vivir en las altas regiones cual sátrapa insolente y sabarita, el de Crédito Público, Pimentel y Roth, está poseído del demonio de la intemperancia, sacrílego ejecutor del decreto sobre censos; el de fomento ,Martín Sanabria fue el famélico promulgador del robo oficial de los caudales de la iglesia, tan joven por sus años y tan viejo por sus continuas y repugnantes metamorfosis”.

“Me es imposible la idea de ser esclavo de un tirano de vuestra talla”

El 4 de noviembre escribe la última carta esta vez desde ciudad Bolívar, para atacar a Guzmán Blanco, días antes de incorporarse física y espiritualmente a las fuerzas que querían derrocar a Guzmán Blanco “Dueño soy, pues, de proseguir contra vos una guerra sin tregua con las armas que me es lícito esgrimir ,sin comprometer tan sagrada persona ; y lo proseguiré ¡vive dios!, con todo el vigor de mis potencias ,porque nacido libre en tierra regada con sangre altiva de mis mayores, me es imposible la idea de ser esclavo de un tirano de vuestra talla; porque ungido sacerdote de una religión que anatematiza con las maldiciones divinas la usurpación y el sacrilegio , mi conciencia me estrecha día y noche a clamar contra el aventurero que ha usurpado el poder en mi patria y brega por mantenerse en el a fuerza de crímenes de todo género; a predicar contra el sacrílego que ha puesto mano osada e inmunda sobre la libertad y honra de la iglesia que Dios se ha adquirido con su sangre”. Desde luego la pluma de Sucre fue el arma que usó el sacerdote para defender a la iglesia de los ataques de Guzmán Blanco, sin embargo en el libro “Anales eclesiásticos venezolanos” el Monseñor Nicolás Navarro critica la vehemencia del presbítero cumanés ya que habría perjudicado a quién debía defender : a la iglesia y al Arzobispo Guevara. “Estas cartas, junto con otros escritos de igual procedencia, eran para enrostrar a Guzmán en los términos más airados del apasionamiento, la conducta observada con el arzobispo y los excesos de la tiranía que estaba implantando. Es innegable que esos escritos traspasaron todos los límites de la moderación y dieron escape a los más violentos arrebatos: Al leerlos todavía hoy, se admira y quizás entusiasma la poderosa energía e indomable fogosidad de aquella vehemente elocuencia; pero al mismo tiempo se advierte que tales publicaciones tenían que resultar incendiarias y de ninguna manera podían favorecer al prelado proscrito. No puede menos que creerse que, en efecto, la intervención del doctor Sucre le hizo daño a Monseñor Guevara”.

Batalla de Apure

El clímax de la pugna entre Guzmán Blanco y Antonio José Sucre y Alcalá se produjo en la batalla de Apure, que fue el punto donde se confrontaron las fuerzas del gobierno contra las de sus opositores, que eran encabezados por Antonio “Chingo” Olivo, tropas a las cuales se une el presbítero Sucre, donde inclusive el 23 de noviembre, días después de escribir su última carta pública al entonces jefe de gobierno venezolano, arenga y bendice las banderas de las tropas de la revolución azul en Guayana “Ciudad Bolívar sirvió a la revolución de punto de apoyo al proceso que hemos descrito. De hecho fue controlado por los revolucionarios al mando del llamado “Chingo” Olivos, quién tenía a su lado al Doctor Sucre, el arcediano de Caracas a cuya enemistad con Guzmán ya hemos aludido” (“Guzmán Blanco: tragedia en seis partes y un epílogo”). Días después llego la hora de la verdad, el esperado día donde las fuerzas de gobierno se encuentran con las fuerzas de Olivos para escenificar la batalla de Apure, con triunfo para Guzmán Blanco quién momentáneamente respiró tranquilo, y radiante escribe una de las tantas cartas a su esposa Ana Teresa los primeros días de enero de 1872 “Vencidos en todas las posiciones el enemigo huía hacia el Arauca, río navegable , tormentoso, y lleno de animales carnívoros, allí los alcanzó la fuerza que mande a perseguirlos y el que no está prisionero murió ahogado o se lo comieron los caimanes, babas y caribes. Esta es la batalla más grande que he dado .Ha sido una batalla ganada a fuerza de estrategia .La guerra me parece que ha sido concluida. Guayana y Cojedes después de la batalla de Apure no entrañan peligros y dificultades”. ¿Qué pasó con el sacerdote cumanés?…al parecer ni caimanes, babas y el río Arauca pudo con el, ya que logró escapar para enfilar ruta hacia el sur…hacia Chile donde comienza a escribir otra historia….

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