Opinión Nacional

¡Tarde piaste, pajarito!

Ha circulado por Internet un artículo de un conocido opositor al régimen del cual transcribiré algunos párrafos. Si bien concuerdo en que la oposición no debe aceptar ser nariceada, no es ésta la mejor opción.

“Mañana puedes ir al cine, con una sola condición… que me enseñes la tarea terminada. Te dejo que regreses a la casa, con una sola condición… que no vuelvas a presentarte aquí bebido. Estoydispuesto a firmar la venta, con una sola condición… que rebajes diez por ciento al precio.

“Así, en muy diversas situaciones, establecer una sola condición final, es considerado como fórmula decisoria para finiquitar conflictos. En ocasiones, luego de aceptada la última condición, suele añadirse la sentencia: ¡Y que sea la última vez!

“De igual manera, visto el fracaso en la negociación de condiciones mínimas para garantizar la transparencia del proceso que garantice respeto a la expresión de voluntad de la ciudadanía, tanto por el brazo electoral del régimen, como por los propiciantes del proyecto a mediano plazo de la izquierda sobreviviente, es hora de fijar esa condición última y definitiva que exigimos para votar.

“Convencidos de la imperiosa necesidad de dirimir las controversias por vías pacíficas, civilizadas y democráticas; acordes todos en respaldar a Manuel Rosales como candidato unitario de la oposición, a quien todos preferimos antes de permitir el continuismo del régimen; trabajando como estamos en organización y campaña electoral con vistas a ganar y cobrar; queremos ir a votar, ¡Con una sola condición!: Conteo manual vinculante.

“Ya que el régimen impuso condiciones y no cedió en ninguna, ahora la ciudadanía exige, cuando menos, una condición. No tenemos nada que ver con el Registro Electoral fraudulento, no nos importa que pongan a funcionar las máquinas tramposas, ni que usen captahuellas para los veinte dedos, ni el resto de triquiñuelas montadas por el CNE rojo en proporción de cinco a cero. Les regalamos todas las artimañas fraudulentas que inventaron.

“Pero E-XI-GI-MOS el conteo manual vinculante. De tal manera, votaremos
muy temprano y regresaremos al momento de los escrutinios públicos a los cuales tenemos pleno derecho. Y no importan los programas pretotalizados que utilicen. Si en mi mesa el resultado final es de noventa votos para Rosales y doce para el resto de los candidatos oficialistas, así deberá reflejarlo la totalización que deberá ser publicada en detalle.

“Esa condición del conteo manual vinculante, debería ser el punto de encuentro entre las dos grandes mayorías opositoras. Manuel Rosales como candidato unitario y el Frente Patriótico, tienen allí la ocasión para movilizar el formidable caudal de descontento ciudadano y lograr esa salida democrática que tanto esfuerzo nos viene costando en ocho años en ruta hacia el totalitarismo autocrático.

“No importa que alguien salga a balbucear que el peor enemigo de la oposición es ella misma. El agua tibia fue descubierta tiempo atrás. Y si en algún momento no fuimos a abrir cajas, no fue por falta de ganas. Responsabilidad era de la dirigencia llamarnos y dirigirnos en ese proceso.

“El 3 de Diciembre vamos a ganar y cobrar, ¡Con una sola condición!.Que se pongan de acuerdo, seguidores de Rosales o defensores de la NO Participación, para ir a votar o para retirarse al desierto electoral y dejar al régimen con su plebiscito. ¡Y que sea la última vez!

“De aquí en adelante: Conteo manual vinculante. Vamos, Manuel, ¡Manual y vinculante! O acabemos con el mito y que hagan plebiscito. Y salió en verso, sin mucho esfuerzo.”

¿Peor que borbónica?

Se decía que los Borbones, monarcas de Francia y España, “ni aprendían, ni olvidaban” y que eso los condujo al peor absolutismo, a la decadencia y a la ruina. Para aprender es condición sine qua non recordar. Si aquellos reyes recordaban, pero no aprendían, ha debido ser una cuestión de voluntad. No lo hacían, porque no les daba su real gana. La oposición nuestra ha tomado el camino más fácil. No aprende del pasado, sus experiencias no le enseñan nada, por una razón sencilla: La oposición ha decidido no recordarlas. Quizás, por ser experiencias desagradables, que le prueban lo imbécil que ha sido en el pasado.

Pues bien, una de las “conquistas” de la revolución bolivariana fue terminar con la práctica puntofijista del “acta mata voto”. Esta queja la escuchamos durante muchísimos años, pero especialmente en los últimos veinte. De ella se hicieron eco todos los medios de comunicación, entonces fervientemente opositores a cualquiera de los gobiernos, fueran adecos o copeyanos. Esto parece olvidarlo hoy la oposición, como se puede ver por el texto del artículo. Ningún revolucionario va a aceptar el conteo manual de los votos. Eso debe quedar claro.

Entonces, ¿Qué se hace con esta propuesta tardía?. Fueron muchos años de prédica constante en contra del sistema de conteo manual. Ahora, ya no hay remedio. Además, en México, los aliados de la oposición venezolana, el PAN y su candidato Felipe Calderón, se niegan a ese conteo manual. Porque la máquina cuenta mejor que los humanos.

¿Qué hace, pues, esta propuesta? Solamente confundir a la oposición. Manuel Rosales y sus seguidores han dicho y repetido que van a las elecciones en las condiciones actuales pautadas por el CNE. ¿Es suicida? Claro que sí. Por eso dije en un artículo pasado que a la situación de completa anormalidad que ha privado en Venezuela en los últimos 7 años no se le puede dar salida con medios normales, con normalidad. Pero ese es el error Rosales. Que no es de Manuel, sino de quienes auparon su candidatura.

Porque la oposición o, mejor dicho, estas oposiciones al chavismo parecen querer olvidar lo que para mí está clarísimo. Aquí el único juego democrático posible en las actuales circunstancias es el de un Hugo Chávez omnímodo, todo poderoso, con el real que jode y dispuesto a usarlo en cuantas medidas populistas se le ocurran, aún cuando esas medidas conduzcan a la larga al país a la ruina. ¿Qué hace la oposición? Ofrecer lo mismo. Iguales o peores medidas populistas. Pero, sucede, que entre dos competidores parecidos, la gran mayoría del pueblo se irá por el malo conocido y no buscará al bueno por conocer. Así de simple. Prefiere la lotería Chávez que es posible que alguna vez le conceda el gordo, a un retorno a la rifa de quienes ya les propusieron cantos de sirenas.

Una oposición dividida

Esta propuesta tardía solamente producirá una mayor división de la oposición. ¿Por qué lo digo? Pues porque ya sabemos que el país está dividido en tres toletes: Gobierno, oposición democrática y ni-nís. Estos últimos –se ha visto en las elecciones desde hace más de 4 lustros- cuentan con una base de 20 por ciento. Es más que probable que vista la gran cantidad de triquiñuelas del Gobierno, un porcentaje importante de opositores, no menor al 10 por ciento, se les haya unido desde hace bastante tiempo. Quedarían pues, 70 por ciento de electores a dividirse entre Chávez y Manuel Rosales. La propuesta a que vengo haciendo referencia apunta hacia la oposición. Si el Gobierno no acepta el conteo manual, sería algún porcentaje de opositores el que no iría a votar. Ningún prosélito de Chávez seguiría ese camino.

Hugo Chávez fue electo por primera vez con un total de 34 por ciento de electores. Hoy, después de sus misiones y otras medidas populistas de gran envergadura, debe contar con el apoyo de no menos del 40 por ciento. Yo creo que es más. Mejor dicho me atrevo a señalar lo mismo de la encuesta de Hinterlaces de que cuenta con un 45-48 por ciento. Si la abstención llegase a sumar 35-40 por ciento, díganme, ¿Qué le quedaría a la oposición democrática? Pues 30 por ciento.

(*) Es diplomático de carrera, politólogo y periodista. Fue Embajador de Venezuela en Austria, Canadá, Jamaica, Paraguay, San Vicente y las Grandinas, El Salvador y Barbados.

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