Opinión Nacional

Tecnología vs. Ideología

Ambas palabras día tras día vendrán asociadas a Chile y Venezuela, respectivamente. Ricas experien­cias y expectativas entre ellos; lo peor para nosotros, al menos por dos años más. Allá, racionalidad y logros desde el gobierno. Irracionalidad y amenazas por acá. Las comparaciones cuando son aleccio­nadoras abren los ojos y afinan las miradas.

La imagen en la tele de una rueda incesante trayendo mineros a la superficie permanecerá para la humanidad como símbolo secular de un pueblo ejemplar. En suspenso marcaba un continuo ir y venir de hombres y alientos, brazos y movimientos ante el asombro del mundo. Ella será un símbolo de los aportes y lecciones de Chile hacia otros pueblos a nivel planetario. Representación

Se suscitará un cúmulo de estudios por el lado de las ciencias y las humanidades en búsqueda de res­puestas respecto a un hecho particular con alcances generales aun por estimar. La his­toria de la tecno­logía da cuenta de una ilustración con una rueda semejante con mecanismos, guinches, poleas, guías, engranajes, etc., del siglo XVII – XVIII en Inglaterra: era el cálculo y/o paralelogramo articulado de James Watt, ( webdelprofesor ) en búsqueda de energía mecánica y la solución a problemas específicos del trabajo precisamente en las minas. La rueda, la grúa y la jaula Fénix 2, operando en el desierto de Atacama aparecen como los elementos emblemáticos del fomento y desarrollo de la tecnología en tanto factor de producción; desde luego, también dan muestra del valor asignado a la educación, investigación y cultura en Chile. Han sido soportes relacionales o so­cio-téc­nicos por excelencia. Frente a una circunstancia límite y extrema, mediante la tecnología, la prima­cía del ingenio y la experiencia mostró sus logros en justa proporción con el principio de utilidad. Lo tras­cendente es que el rescate de vidas humanas demarcó y orientó la aplicación de ese principio.

Desde Chile, el mundo vio con asombro la puesta en marcha de tecnologías con un virtuosismo eficaz sin precedentes y la puesta a prueba de una organización socio-política madura, educada. ¡Gracias a la vida! dice la canción chilena… ¡Qué bonita que es la vida! afirma la otra colombiana. Porque para el gobierno de Chile, la meta era la vida, la vida de unos mineros. Ante un reto tan supremo, se logra conjugar esfuerzo, trabajo y sensatez. Porque la meta era la vida lo demás fue ganancia cultural y ma­terial para todos los chilenos, incluido el presidente Sebastián Piñera.

En cambio, el gobierno en Venezuela tiene como metas extender una ideología y perdurar en el poder. Una ideología cuya consigna exalta la muerte. Sólo el delirio de implantar un régimen totalitario en­traña una ideología capaz de sostenerse con propaganda y amenazas. Cada semana los venezolanos escuchan un discurso oficial que afirma despreciar la vida en nombre de una ideología. ¿Cómo aceptar que por orden de un militar se exalte la muerte y no la vida? Que se intente hacer prevalecer el partido antes que la fami­lia, la violencia antes que la paz, las armas antes que los alimentos, las misiones antes que las Universidades, la energía nuclear antes que el servicio eléctrico, la inseguridad antes que la salud física y men­tal del ciudadano, el militar antes que al trabajador, al empresariado extranjero antes que al nativo, los delincuentes antes que a los estudiantes. El lector (venezolano) sabe en carne propia cuánto se alarga la lista y cómo se padecen día a día las derivas de semejante pregón ideológico.

También Chile puede exhibir con orgullo, indicadores e índices relativos a ciencia y tecnología, inves­tigación y desarrollo, educación superior y Universidades. En cambio, en Venezuela, las cifras por homicidios, robos, secuestros, delitos, confiscaciones y atracos a mano armada y de una violencia generalizada (el gobierno la denomina, lucha de clases) sólo suscitan de hecho, dolor y pavor.

Este año otra preciosa y precisa enseñanza Chile ha proporcionado. Es aquella vinculada a los esfuer­zos y logros frente a los desastres naturales y la adversidad. El dato recobra extrema impor­tancia cara al futuro en razón a los desafíos ambientales del milenio. Luego del terremoto, los chilenos levantaron puentes, fábricas, hospitales y escuelas en tiempo record. Allí la estima y el valor atribuido a las Uni­versidades, la Investigación y el Desarrollo (ID) coloca en primer plano a unos Ministros que no dejan duda alguna respecto a su seriedad, sensatez y coraje.

En cambio en Venezuela predominan las figuras gubernamentales portadoras de risitas, insolencias, torpezas y cinismos. La semana pasada vimos al pequeño ministro de Educación Superior asustado escurrirse entre militares ante un documento de los universitarios con sus demandas; mientras, el joven vice-ministro invitaba al diálogo mediante epítetos y descalificativos.

Desde Inglaterra llegaron prácticas y logros tecnológicos como los arriba mencionados y en el campo de las Humanidades sus clásicos legaron un vasto saber acerca del alma y la condición humana. Y retorna la imagen del ególatra de Shakespeare, Ricardo III. En sus últimos instantes, perdida toda gue­rra y el poder, pedía un caballo para huir; también apreciaba los espejos a los cuales solía hablar. Aquí y ahora, en medio de soeces ocurrencias, el tenientico pedirá un espejo; desde los recónditos pliegues viscerales de quien aun maneja ciertos hilos de poder clamará por un espejo y frente él seguirá hablando y hablando de sí mismo. Antaño aquél intentó cam­biar un reino por un caballo en huida. Hogaño podemos rechazar y resistir a quien es capaz de cambiar una Repú­blica por un micrófono. Mediante éste, intentará en vano encadenarnos durante los dos años que le quedan.

La vida prevale­cerá en Venezuela por encima de su pequeña y oscura ideología. Falta poco para que este gobierno finalice su periodo. Entonces el mundo quedará asombrado cuando a luz pública salgan las arbitrarie­dades, deudas,   regalos, hipotecas, delitos, abusos e injusticias ocurridas por más de una década en Ve­nezuela.

Para finalizar anotamos lo mejor y lo positivo que en el ámbito social y el plano sociológico ofrece Chile con ocasión del rescate de los mineros. Se trata de lecciones cuya lista dejamos abierta…     

– El aprovechamiento óptimo, virtuoso de la tecnología 

            – La apertura hacia la innovación tecnológica y la cooperación internacional

            – El manejo responsable de los accidentes y desastres naturales

            – La lucha por la vida en medio de condiciones extremas de sobre vivencia

            – La constancia, tenacidad y perseverancia ante la adversidad

– Una sólida organización social, la disciplina y división del trabajo

            – El valor, la apuesta y los retos por la vida humana 

– La primacía concedida a la vida, la salud y la medicina

            – La seriedad, eficacia y rigor profesional

            – El vigor espiritual, las creencias y convicciones religiosas

            – El poder de la fe y la fuerza de la oración y devoción

            – Una política de Estado conexa a la salud, educación y bienestar de la gente

            – El coraje y valor, la disciplina y sensatez ante las vicisitudes

            – La atención humanitaria, solidaria, médica e integral

– El cuidado dirigido hacia los detalles y pormenores de los mineros y sus familias

– Las reflexiones acerca del espíritu, la conciencia, el alma y el cuerpo humano

            – Un marco de acuerdo institucional de prevención, seguridad y protección laboral 

 

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