Terrorismo de Estado
Estamos frente a un gobierno que está desarrollando en forma sistemática un Terrorismo de Estado. Su violencia contra el pueblo, la sociedad civil organizada y los organismos intermedios, responde a una estrategia del terror ejecutada por el aparato represivo, el poder del estado y el partido de gobierno.
Este terrorismo de Estado elaborado desde miraflores tiene como único objetivo mantener al régimen en el poder, utilizando la capacidad de respuesta en armas de las fuerzas policiales municipales adheridas al proyecto del gobierno, los militares y los paramilitares y desarrollando acciones en el plano nacional que se caracterizan por el empleo indiscriminado de la violencia represiva.
Para el gobierno la represión indiscriminada es una “violencia legitima”, porque es la utilización del poder del estado para sostener su régimen de privilegios, mientras que para el pueblo inocente y desarmado esa violencia significa: 12 personas fallecidas, 410 detenidas, 1750 heridas, 7 desaparecidas y 9 torturadas.
El terrorismo de Estado en ejecución por parte del gobierno pretende suprimir a la fuerza, toda creencia política distinta a la suya hasta llegar a la destrucción total de la oposición política al régimen.
En ese proceso la Constitución y las leyes son sólo una formalidad que se debe utilizar únicamente cuando son útiles al proyecto y en esa manipulación dirigida del “estado de derecho”, los poderes públicos y el sistema judicial se encargan de esconder los derechos, la violación y la verdad procesal. No podemos olvidar que la impunidad es parte esencial del terrorismo de estado, donde lo primero que se pretende asesinar es a la verdad y a los derechos.
En nuestra historia Latinoamericana la práctica del terror, siempre ha sido propia de los regímenes militares o militarizados quienes han pretendido que los pueblos terminen por tenerle miedo al poder y fundamentalmente si ese poder está uniformado.
Pero, en nuestro caso no es precisamente miedo lo que tiene el pueblo, la dirigencia, los ciudadanos y la coordinadora sino coraje, resistencia y calle para seguir luchando por sus derechos, sus firmas, el revocatorio y por un destino distinto que nos permita pacifica y constitucionalmente reconstruir a la nación con un proyecto de país que nos muestre la otra orilla de la patria unida, libre y justa.
Además, es dramáticamente clara para nosotros y la comunidad internacional, la violación flagrante de los derechos humanos que ya activó a la Red Jurídica Internacional encargada de defender los derechos humanos y de procesar los crímenes de lesa humanidad.
Nuestra gran fortaleza esta en la gente, en los millones de seres humanos que en todo el país han marchado y seguirán marchando, para decidir su destino y el futuro de Venezuela. Las firmas no las pueden esconder más y el referéndum no lo podrán enterrar y es que sólo decidiendo con votos es que un país democrático puede iniciar su proceso de reconciliación y reconstrucción.
Cuando un país está decidido por la vida, la muerte pierde y sí esta decidido por su libertad no hay rejas que lo detengan.
(*): Profesor y Presidente de la Alianza Sindical Independiente
