Thermidor

Los recientes asesinatos de los militares de Altamira y la restricción de las libertades de Carlos Fernández ejemplifican las intenciones del gobierno. No nos debemos de sorprender ante este tipo de acción. La situación venezolana está pasando del surrealismo al realismo. Este es el tipo de cosas que suceden con frecuencia en regímenes totalitarios como el que se vive en Venezuela. Aterricemos y dejemos de pensar en la buenas intenciones del oficialismo. La ruta marcada por ellos es clara. El país está dividido y hoy en día está en guerra.

Hay que tomar las riendas en el asunto y dejar de actuar con espíritu
Partidista. La oposición debe dejar de ser dirigida por un comité. La
búsqueda de consenso dentro de la coordinadora democrática es equivalente al partidismo del pasado. Chávez y sus secuaces están aprovechando este momento de debilidad en la oposición para atacar. El punto débil de la oposición, a raíz de lo que algunos equivocadamente consideran el fracaso del paro, es precisamente su afán de buscar culpables. Con ese espíritu siempre tendrá una actitud reactiva ante las arremetidas del gobierno. Lo importante es lograr recuperar la iniciativa. El esfuerzo de Súmate para El Firmazo es un ejemplo digno de esa estrategia.

La salida de esta pesadilla que se vive no está a la vista. Estamos entrando en una etapa del proceso revolucionario que se caracteriza
en la aceleración de las purgas. Esto pasó en 1933 en la Alemania Nazi; en 1936, en la Rusia de Stalin; en 1962 en Cuba y en 1966 durante la revolución cultural china. No es nada nuevo. No nos sorprendamos por estos acontecimientos, lo sorprendente es que no haya pasado antes

Esta situación también pasará pero en el ínterin hay que buscar la forma de defenderse y como primer paso se debe, a como de lugar, encontrar la unión.

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