Opinión Nacional

Tiranía

Según el DRAE: “Gobierno ejercido por un tirano. Abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad…”. Tirano, también según el DRAE,…. “El que rige el gobierno sin justicia y a medida de su voluntad, el que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier
concepto o materia y también simplemente, el que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario”. Creo que ha llegado el momento en que los venezolanos que conocimos la democracia con todas sus imperfecciones y pudimos compararla con el régimen dictatorial de
Marcos Pérez Jiménez, y los venezolanos que nacieron en el lapso democrático de los cuarenta años anteriores a 1999; entendamos todos a una que lo que empezó como una democracia (aunque con extraños matices) con la ascensión de Chávez al poder hace algo más de diez años, es ya una tiranía por la calle del medio. Y Hugo Chávez es un tirano sin tapujos ni rubores.

Una vez conscientes de que ésa es la situación real en que nos encontramos, nuestro diario decir y escribir debería deslastrarse de conceptos como autoritarismo porque los eufemismos sobran. O de dictadura constitucional porque ésta que sufrimos es absolutamente inconstitucional. Menos aún
pontificar que estamos enrumbados hacia una tiranía porque no es que vamos hacia allá sino que ya llegamos. Por supuesto que es importante denunciar cada atropello para llevar el record documentado de cómo fue que la democracia venezolana, después de pisoteada y arrastrada por el pavimento, terminó lanzada al pipote de los desperdicios. Algún día -el tiempo que falte depende de nosotros- será necesario acudir al expediente del oprobio, a ese inmenso dossier de las canalladas, vejámenes, abusos, violaciones legales y crímenes de toda índole cometidos por la banda de cuatreros que asumió el poder en febrero de 1999. Así se establecerán las responsabilidades de
los delincuentes que nos gobernaron y de sus cómplices, y se les podrán aplicar las leyes de verdad, no las arbitrarias de la venganza y la retaliación.

Pero basta ya de perder el tiempo en análisis de profundidad jurídica sobre cada una de las decisiones que toma el tirano de Miraflores y decir que son violatorias de la constitución y de tales o cuales leyes. Cuando quien gobierna se transforma en tirano, todos sus actos de gobierno son
inconstitucionales e ilegales. Dirigentes políticos, analistas y opinadores, por favor: no nos aburran más diciendo que Venezuela es una olla de presión que algún día va a explotar. En Cuba los hermanitos Castro y su pandilla asesinaron a centenares de personas en el paredón, encarcelaron a miles, despojaron al pueblo entero de sus bienes, silenciaron mediante el terror a millones de cubanos, los han hecho soportar durante medio siglo condiciones de vida miserables e indignas.

Y la olla de presión jamás explotó.

Claro que Venezuela no es Cuba, al menos es lo que siempre le decía a mis amigos cubanos exiliados por cinco décadas en Miami, pero cada vez se va pareciendo más. Y será casi igual cuando surta efecto el régimen de terror que ahora empieza a diseñarse desde la Asamblea Nacional con sus
leyes represivas y desde los Tribunales con decisiones que pisotean la justicia de la manera más cínica. ¿Las diferencias? Primera: que Venezuela no es una isla y es imposible impedirle a la gente que huya de la dictadura cuando quiera hacerlo, sobran los caminos verdes. Segunda: que a diferencia de la nomenklatura cubana que roba con cierta discreción, la venezolana roba a manos llenas y no aguanta la tentación de ostentar y de exhibir impúdicamente el producto de su latrocinio.

No sigamos creyendo que basta con que los medios no adscritos a la nómina oficial reclamen su derecho a la libertad de expresión. El tirano no tuvo empacho en anunciar ante el presidente Álvaro Uribe -quien por cierto le dio una lección de conducta democrática- que cerraría los canales de televisión que conspiraran contra la estabilidad de su gobierno. Y conspirar puede ser cualquier cosa que no le guste al tirano. Por ejemplo criticar la decisión de esa Papiniana del foro venezolano, llamada Marjorie Calderón, que sin pestañear condenó a 238 años de prisión a ocho funcionarios policiales inocentes, solo para abonar la estrategia del terror que ha impuesto el tirano. Así los que quieran meterse a opositores saben lo qué les espera. Globovisión, el único canal de televisión independiente que aún queda en el país, va a ser cerrado en cualquier momento. ¿Y no pasará nada? Probablemente no porque la olla de presión no habrá llegado al máximo de su aguante.

Mientras el panzer nacional-socialista del tirano avanza aplastando a su paso cualquier atisbo de disidencia, la dirigencia opositora deshoja la margarita para determinar si algún día puede ponerse de acuerdo para formar la Sociedad Patriótica que propone Antonio Ledezma o el Frente de Oposición que propone Manuel Rosales. Apreciados amigos: olviden las elecciones parlamentarias de algún día o de quizá nunca. Ni se les ocurra pensar ahora en quién tiene más posibilidades para competir con Chávez en 2012. Si las cosas siguen como van, las elecciones seguramente serán como en Cuba: cuando el tirano lo decida y con el 99% de los votos a favor suyo y de la camorra que lo rodea.

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