Tirano Banderas

«Una y otra vez se repiten en la Historia esos momentos trágicos en los que, cuando sería necesario que la máxima centralización de todas las fuerzas unidas protegiera la cultura europea, los príncipes y los estados no son capaces de reprimir ni por un momento sus pequeñas rivalidades». Stefan Zweig escribió esta frase al explicar la caída de Bizancio del 29 de mayo de 1453. Génova y Venecia, los grandes poderes de la época no pudieron unir fuerzas para repeler la ofensiva final de Mehmet, el sultán otomano, y el mundo cambió radicalmente. «En miles de años no se repone lo que se pierde en una sola hora», sentenció el escritor alemán.

 
Los venezolanos lo sabemos muy bien. Nuestra historia es rica en este tipo de momentos trágicos. La pérdida de la primera república, el asesinado de Delgado Chalbaud y el Carachazo de 1989, fueron algunas de las pérdidas nunca recuperadas. Aún hoy, Venezuela arrastra la herencia de la barbarie de las guerras federales, y ahora también el odio de clases, resucitado por el chavismo oficial, profundo, desgarrador y destructivo como en la independencia lo fue el odio racial. La Venezuela única y bolivariana contra la Venezuela diversa, la Venezuela amordazada por el poder y el odio y la Venezuela libre que lucha desesperadamente por salvaguardas las conquistas democráticas que costaron sangre y dictadura.

 
Éste, es un momento crucial en nuestra historia, donde todos los partidos políticos sin distinción de ideologías, deben hacer un solo frente contra el cerco dictatorial de un gobierno charlatán y poderoso, que se empeña en regresarnos a la Venezuela de Gómez, llena de corrupción pero donde sólo se aceptaba la opinión del tirano.

 
Si en esta hora oscura, donde el descontento de los venezolanos va creciendo como una ola, porque en seis años ha habido tiempo para el desengaño y la rabia, porque se ha repetido la tragedia de Vargas y ha puesto al descubierto la ineficacia y el latrocinio, porque si ahora que los santos abanderados del MVR se pelean a cuchillo por una porción de poder o por una ración de la torta millonaria, porque si ahora nuestro petróleo se reparte como si fueran caramelos y se compran 500 millones de deuda externa de otro país cuando en el nuestro la pobreza aumenta más cada día y el desempleo reina sin compasión, si ahora, que es el momento de la conciencia y la lucha, nuestra clase política no repara sus rupturas profundas, hace una propuesta coherente, diseña un nuevo pacto de lucha para reparar las heridas de Venezuela, como una vez lo fue el Pacto de Punto Fijo, si la oposición no consigue el camino de la unión y de la fuerza estamos vencidos de antemano. Nuestra ilusión por la democracia no depende de los gobernantes: la esperanza no se puede confiscar, no es competencia del poder ni de los poderosos.

 
No hay nada más resentido, más venenoso ni bajuno, que la vanidad de un reyezuelo mediocre afrentado en la que considera su ínsula. Caudillo a la manera de Guzmán Blanco, nada puede quedar fuera de su alcance: los cuarteles, las escuelas, los mercados, la asamblea, todo debe depender de su voluntad y deseo. Por todas partes debe imponerse su pensamiento. Pero no somos un pueblo manso, tocar la educación de nuestros hijos es toparse con la resistencia del que ya no soporta más mentiras y más imposiciones para convertirnos en la Cuba de tierra firme que desean nuestros reyezuelos.

Unión señores, unión, necesitamos una oposición valiente, unida e inteligente, AHORA, o después será demasiado tarde.

 
Esto nada tiene que ver con la ingenuidad de quienes sueñan con un mundo perfecto, ni con la obscena demagogia de quienes convierten en votos soldados quemados y cada muerte en Vargas. El venezolano de a pie sigue resistiendo, los periodistas siguen resistiendo, la iglesia sigue resistiendo… entonces nuestros políticos de la oposición están en la obligación de unirse y en un candidato único enfrentarse a la corrupción y la demagogia de este pseudo imperio esquizoide y dictatorial. Hay que desenmascarar al tirano banderas.

 
Debemos salvar la democracia que tantas vidas y cárceles ha costado, este es el momento, todos a una Fuenteovejuna.