Opinión Nacional

Títere

El retorno de Francisco Arias Cárdenas al ruedo político electoral, sacado como un triste conejo de un sombrero, encierra una gran interrogante: ¿por qué?

¿Por qué Chávez oxigena a quien fuera en el año 2000 su adversario por la presidencia de la Republica y lo atacara con dureza, al tildarlo de gallina, de tener las manos manchadas de sangre, de asesino, enfermo de poder y paranoico. La respuesta es más sencilla que todas las implicaciones contenidas en la interrogante: desespero.

En el Zulia crece el rechazo al chavismo, a la pésima gestión del gobierno nacional y hacia los candidatos rebullones, viejos y nuevos, empeñados en obedecer ciegamente los dictámenes aún en contra de los intereses de la gente.

Cabezas, Isea, Souky, Pocaterra, Ortega son puros bates quebraos sin militancia, sin fuelle político. Y más rechazo aún tiene el general Martínez Mendoza. Hay un vacío del oficialismo en el Zulia y la derrota está escrita para el 26 de septiembre. Desesperante, según los números de las encuestas.

Un intento de tratar de detener esa dura derrota que se avizora desde ya en el horizonte radica en conquistar a los ni ni y ninguno de los aspirantes actuales a la AN tiene anclaje en ese segmento, ubicado en la clase media. Por ello Chávez recurre a una carta gastada, a Arias Cárdenas, su ex hermano del alma que una vez lo intentó desplazar del poder y que luego regresó pidiendo perdón y fue perdonado.

Piensa Chávez que Arias Cárdenas tiene aún fuelle para rasgar en los ni ni y quitarle votos a la oposición pero olvida que los zulianos tienen por máxima rechazar a los traidores y esa es precisamente la imagen que tienen del ex gobernador zuliano: un perfecto traidor.

Un hombre que se olvidó de la región y se alió a las políticas de recentralización que le quitaron al Zulia el puerto, aeropuerto y puente sobre el lago, obras íconos de la región, porque Arias se transformó en la antítesis del Pancho gobernador para convertirse en el Arias Cárdenas Títere y co responsable de las nefastas políticas públicas.

Para evidenciar el rechazo de los zulianos hacia Arias Cárdenas basta mirar la votación que obtuvo el “hermano del alma” de Chávez en el año 2004 cuando se postuló para la gobernación del Zulia: sacó 5092 votos (5 mil 92), el 0,56%, una cifra que provocaría el alejamiento político de cualquier dirigente digno. Pero Arias no lo es, al punto que ahora viene a pedirle el voto a los zulianos para dárselo al gobierno nacional.

Entonces, ¿qué hay detrás de la candidatura de Arias Cárdenas? Terror por la paliza electoral que le dará la gente, opositores y chavistas defraudados, al gobierno nacional.

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