Opinión Nacional

Todo apunta que no queremos que baje tranquilo al sepulcro

No desearíamos tener siquiera que comentar sobre temas tan lamentables como al que aludimos en esta opinión, pero la realizad de los hechos y comentarios al respecto así lo imponen. No deberían existir en verdad razones para justificar que no puedan reposar en paz los restos humanos de quien en vida supo darlo todo por la patria.

Nos negamos a hurgar por razones serias que de alguna manera pudieran hacer comprender que es lo perseguido con todo ese procedimiento. Nada sensato podría estar tras ello y así seguros estamos quedará demostrado por la historia.

Salvo el solo hecho de que lo perseguido con ello fuere colocar esos insignes restos mortales en un mejor sitial que el asignado por la tradición y la historia, única cabal justificante de tales conductas, lo cual nunca será bastante, no hay argumento ni razón que justifiquen la perturbación de esos despojos mortales que merecen todo el respeto y celo en su custodia tal como nos lo ha legado la historia a las generaciones actuales de sus conciudadanos.

Ni aun pensando en los mas viles motivos que hayan podido tener sus más acérrimos enemigos en la muerte del héroe sería justo o glorioso valerse de ello para perturbar ahora nuevamente sus restos mortales con motivo de abrir una posible averiguación en búsqueda de unas causas de muerte horribles deparadas al Padre de la Patria.

Si entonces para nada hubiere servido todo ello, como no sirvió, ahora lo sería por más pobre causa, y a nada conduciría atestar sobre la verdad de aquellos ya pretermitidos hechos. A nada conducirá el rencor que nuevamente hagamos flamear entre acusados y acusadores. Los hechos permanecerán impertérritos, aquellos ya trascendieron como fenómeno ordinario del fin de la vida, por la muerte natural, o como aborrecible causa del fallecimiento provocado.

Se nos turba la mente y el sentimiento humano el pensar siquiera que algo de ello estuviere guiando el mal pensamiento de algún fanático, quien aun invocando para ello la justa causa de la defensa del Padre de la Patria , re-esgrimiera de nuevo el acaecimiento de los mismos o el pretender reavivar esos sentimientos de repudio y rechazo contra tan salvaje tropelía y con ello provocar de nuevo el enfrentamiento de dos pueblos hermanos, mas si ello tuviere como única razón, procurar ocultar la verdad sobre algunas imputaciones que se han hecho de gobierno a gobierno, Colombia y Venezuela. Esto seria algo aborrecible e imperdonable.

Solo si la historia permitiera esa quimera y pudiere volverse sobre las realidad de tales hechos se justificará la osadía de profanar esos restos, pues aun arrojando los mismos esa hoy inexistente certeza nada se lograra reavivando la llama del rencor y el oprobio de las negras culpas, que permanecerían por lo demás impertérritas por el paso de los tiempos.

Quiera pues séame imputable a mí , en lo personal, al no poder evitar tales tristes comentarios que sin motivo legítimos no se puedan impedir sean profanados dichos restos y explicar esos sentimientos de rechazo, por el solo prurito de velar por que no se turben ni deturpe ese sagrado osario que tanto deben significar para nosotros venezolanos y colombianos.

No imaginamos siquiera que con ello hoy se pretendan buscar razones y odios entre dos pueblos hermanos y menos que sirvan para acallar odios personales entre gobernantes desavenidos. Dejemos de levantar cadáveres insepultos, no precisamente para fines científicos de analizar causas de muertes, son para aupar guerras sin balas, entre dos enemigos aparentes, o con lo cual enjugar sus malos episodios.

Ni Bolívar, ni sus ilusas pero justas causas lo merecen, ni ahora ni nunca, y seguramente sin ningún buen resultado que pueda arroja todo ello.

Si de alguna manera todo ello pudiere arrojar luz oportuna sobre tan nefastos hechos o facilitar el camino para invocarlos o demostrarlos no es precisamente este el más adecuado. Si son otra las causas como quizá pudieren esgrimirlos algunos, esto es , como defensa por algunas intolerantes acusaciones de conductas desleales, son otras las vías que deben escogerse para tales fines, dando la cara directamente para asumir o evadir las reponsabiliadades, pero en todo caso se debe impedir que se usen de mampara los sagrados restos del padre de la patria, para tan oprobiosas osadías.

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