Opinión Nacional

Todos somos bolivarianos

Hace algunas semanas publiqué un artículo en el cual cuestionaba el buen
juicio del cambio de nombre a República Bolivariana de Venezuela. Además de
poco serio, el desafío era demasiado grande dadas las circunstancias. Ningún
honor se le hacía al Libertador cuyos ideales son patrimonio de todos los
países democráticos y no solamente de Venezuela. Los acontecimientos del 11
de abril lo confirmaron así.

Esto no quita, sin embargo, la validez de emplear el término «bolivariano»
para las buenas causas. Yo puedo ser un buen católico aunque mi país no se
llame República Católica de Italia, o un buen gaulista sin ser ciudadano de
la República Gaulista de Francia. En Venezuela, en América latina, todos
deberíamos ser buenos bolivarianos.

Si bien me parece innecesario darle el nombre de bolivariana a nuestra
república, reconozco que el presidente Chávez fue brillante al crear los
círculos bolivarianos. Claro que lo digo asumiendo que la intención del
presidente era la enseñanza y la aplicación de los ideales del Libertador,
empezando por ‘Moral y luces son nuestras primeras necesidades’ que hoy en
día es una prioridad en el mundo entero.

Si la intención del presidente fue otra, y si los círculos bolivarianos se
convirtieron en la defensa de una revolución en particular al estilo de los
Comités de Salud Pública, entonces estamos frente a un grave peligro y los
círculos deben cambiar de nombre para indicar lo que verdaderamente son,
deslindándose del glorioso nombre del Libertador. ¿Por qué asociar los
círculos bolivarianos con la violencia? Serán círculos de otro género, pero
nunca bolivarianos. No veo la relación entre los saqueos del 13 de abril y
los auténticos círculos bolivarianos. O será que pecamos de racistas y de
clasistas, además de machistas (ver la composición del gobierno del Dr. Pedro
Carmona)?

Pero ésto no quita la validez de los auténticos círculos bolivarianos.

Pregunto entonces: ¿por qué no hay más círculos bolivarianos, no solamente en
los barrios sino también en las urbanizaciones, en las aldeas? Conozco
honorables venezolanos expertos en el pensamiento de Bolívar, que aplican
sus ideales en lo cotidiano, y que no forman parte de círculo bolivariano
alguno. ¿Por qué? Ser bolivariano no debe ser sinónimo de ser chavista. Todo
lo contrario, quizás.

Si queremos rescatar los valores perdidos, si queremos honrar la memoria del
Libertador no debemos dejar que su nombre sea empleado en lo que es
contrario a sus ideales. Si queremos hacer una marcha general de protesta,
los bolivarianos de Chuao deben ser los mismos que los de Petare, Caricuaco
o Catia.

Claro que esta práctica de ponerle un adjetivo a todo es típico de un inicio
de siglo traumatizado. Ojalá que dentro de muy poco tiempo podamos vivir en
la República de Venezuela bajo los ideales bolivarianos, sin necesidad de
crear círculos, pero integrando la enseñanza de su pensamiento desde el
primer grado y poniéndolo en práctica diariamente. Para que el Libertador
pueda descansar en paz y ser orgulloso de la república que creó.

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