Un camino no tan largo
Las cosas siguen de mal en peor para el régimen bolivariano, para su líder Hugo Chávez y para sus socios en el país y en la región. Los bolivarianos están realmente preocupados por el desprestigio creciente y acelerado del máximo líder y del mismo proceso. Recuperar la imagen es imposible y ellos lo saben. De allí, ante la realidad, las últimas declaraciones, rectificaciones y encuentros.
Los cambios de postura son evidentes, aunque se dude de la sinceridad de los mismos. No importa. Sabemos que nunca hay sinceridad en las declaraciones y en los hechos y actos de los revolucionarios. Es bien conocida su forma de actuar. Pero al margen de esa realidad, el régimen actúa bajo presión.
Las declaraciones del presidente Chávez sobre las FARC fue una primera muestra de la debilidad del proceso, lo que aprovechan algunos, como el presidente Uribe quien califica el cambio como una postura positiva. Al mismo tiempo, el presidente Chávez expresa su preocupación por la paz en Colombia, lo que por cierto nunca fue una verdadera prioridad. Sólo le importaba la paz, si ella se basaba en el acceso de los terroristas de las FARC al poder, lo que se sabía era imposible.
Las medidas económicas anunciadas en días pasados han sido otro recule, aunque en forma de disfraz electoral, del presiente Chávez. Un llamado a los empresarios para que participen en el proceso, en términos distintos. Es realmente difícil entender esta iniciativa revolucionaria. Lo único que se puede extraer de ello es que se trata de una medida simplemente electoral y ello, porque los bolivarianos saben y eso les enerva, que perderán la mayoría de los Estados y las Alcaldías en noviembre próximo. El día después de las elecciones se iniciará la última etapa del fin del proceso revolucionario, la mayor falacia de nuestra historia.
Los precios del petróleo le ayudan, es cierto, a mantenerse. Repartir dinero, aunque signifique una ofensa a la dignidad nacional, es fácil y muy bien recibido por algunos, no todos -por cierto- de los sectores más empobrecidos del país. Pero los precios actuales del crudo no se mantendrán a los niveles a que han llegado y eso también lo saben los revolucionarios. La decisión unilateral de Arabia Saudita, de aumentar la producción en más de 200 mil barriles diarios, para estabilizar los precios del petróleo, es una muestra de que hasta acá parecen haber llegado los precios del crudo. Esta noticia, por supuesto, no será bien recibida por el presidente venezolano; pero, no podrá hacer demasiado ruido pues los más afectados por los precios no son las economías de mayor desarrollo o las del norte, sino los más pobres y marginales, o los del sur.
De manera que las cosas no están bien para el chavismo y la revolución bolivariana. Su fin se acelera, el camino se hace más corto, al mismo tiempo que la oposición se organiza. Es el gran momento para unir esfuerzos, para dejar las ambiciones desmedidas a un lado, para pensar en el futuro inmediato y en la recuperación de la dignidad y la del país. Los días pasan y aunque se muestren diferencias en la oposición, se van cerrando las filas alrededor de los candidatos únicos, no los designados a dedo, como los del PSUV, por Hugo Chávez, sino los que cuentan con el mayor respaldo popular.
Las cosas empeoran para el régimen. La crisis lo ahoga. El desabastecimiento, los precios de los alimentos, el crecimiento de la miseria integral que cada vez se siente más, hacen abrir los ojos a los venezolanos de todos los sectores. A ello se agrega la inseguridad. Las muertes lamentablemente aumentan aunque el ministro Rodriguez Chacín insista groseramente en engañar a los venezolanos que viven la realidad, cuando recogen a sus familiares y amigos vilmente asesinados en las calles en las morgues del país, a diario, al afirmar que aumentaron los suicidios y los accidentes; que no hay más muertes violentas en el país porque el régimen ha logrado acabar con ese flagelo y que las muertes entre bandas no cuentan. Lo que no responde es por qué hay Bandas en el país y a qué se dedican…. Un modelo de seguridad, sin duda, único.
De manera que el panorama se muestra favorable a la recuperación de la democracia plena en el país. El camino no es tan largo.
