Opinión Nacional

“Un Estado sin límites devora a sus ciudadanos”

Al cierre de las actividades administrativas de la Universidad Católica Andrés Bello, su rector Luis Ugalde, quiso expresar sus opiniones con respecto al Proyecto de la Ley de Educación al defender a ultranza la integración y consenso entre Estado y sociedad plural para mejorar la calidad y los valores de la enseñanza en Venezuela

En la Ley de Educación, lo más grave es la indebida apropiación por parte del Estado-Partido de los derechos educativos originarios de la sociedad plural. El niño no es propiedad de su familia, ni la gente instrumento del Estado. Por el contrario, éste es un poder creado por la sociedad para ayudarse en la consecución de los derechos y aspiraciones de sus integrantes.

El preámbulo a la Ley de Educación elaborado en 2005 no acepta los derechos humanos sin someterlos al Estado; si expresara, de manera clara y transparente, que hay derechos educativos que no tienen su origen en el Estado, sino en el niño, en los padres y en la sociedad, sería lo aceptable. Pero se va por el camino cantinflesco de dar la impresión de reconocer los derechos educativos que no quiere reconocer, pero haciendo como que los reconoce. Refleja la obsesión por concentrar el derecho educativo en el Estado-Partido, precisó el Rector de la Ucab.

Totalitarismo educativo
A Ugalde le preocupa sobremanera que la educación sea monopolizada por el Estado al igual que en los regímenes totalitarios. Y explica que según Marx, todo Estado es dictadura y como tal debe desaparecer con la nueva sociedad y el nuevo hombre comunista. “Lo mismo pensaban los anarquistas en cuanto a la naturaleza opresiva del Estado. La diferencia de unos y otros estaba en que Marx transitoriamente ponía ‘la dictadura del proletariado’ como medio indispensable para
destruir ‘la dictadura de la burguesía’. Esta dictadura proletaria suprimirá la apropiación privada de los medios de producción, con lo que desaparecerán las clases y se ‘extinguirá’ el Estado, por innecesario, para así entrar en el nuevo estadio comunista de felicidad terrenal de la humanidad: sin explotadores ni explotados, con abundancia compartida, sin Estado y sin religión. La historia ha demostrado que ese ensayo en todos los países terminó en un estruendoso fracaso, luego de pagar un alto precio humano. Pero algunos en Venezuela están empeñados en borrar esa historia de las dictaduras de los partidos comunistas y volver a repetir la experiencia fracasada de media humanidad”.

Para Ugalde, la democracia social significa la lucha permanente para que el soberano sea la sociedad, el pueblo, y para que los derechos individuales sean sagrados. El “soberano es el pueblo”, se dijo hasta la saciedad en los días de la Constituyente, y la Constitución y el Estado son lo “constituido” con poderes limitados y obligación de defender a los individuos y sus derechos. Ahora se quiere voltear esto para imponer el “socialismo del siglo XXI” que es estatista-partidista. El Estado es un instrumento del soberano; si el soberano es el Partido todo es de él, y si es la sociedad civil, es de ella. Ésa es la diferencia entre dictadura y democracia. El Estado sin límites es un monstruo que devora a sus hijos.

Para el sociólogo e historiador, el deber ser de la educación es que los primeros derechos sean los del niño, por indefenso que éste sea. También los padres y la sociedad tienen obligaciones, derechos y capacidades educativas que deben ejercerlas en la formación del niño y del joven. La sociedad define que la educación de calidad es prioridad central de su Estado, de las responsabilidades de éste y del presupuesto, para garantizar los derechos educativos de las personas, individualmente y como colectivo social. Lo razonable es que la autoridad estatal oriente y refuerce todos los derechos y responsabilidades de la sociedad, no que los subordine al partido en el poder. En democracia, la sociedad juzga y evalúa el desempeño del gobierno y lo cambia si lo hace mal.

El Rector de la Ucab recuerda que el único anteproyecto de la Ley de Educación gubernamental que se conoce es el del año 2005, el cual afirma que el Estado es el único “garante” de los derechos educativos. “¿Quién nos garantiza que el Partido ‘garante’ no va a imponer sus intereses partidistas sirviéndose del Estado? Negar la originaria responsabilidad de la sociedad plural educadora es consagrar el monopolio del gobierno y del partido en el poder. Y otra de sus incongruencias es la autonomía universitaria, que se afirma en un párrafo añadido por las presiones recibidas. Pero como dice la Constitución Bolivariana, la autonomía universitaria debe ser reconocida por el Estado y no concedida por el Estado-Partido.

Esto es lo que pretenden quienes quieren que los derechos educativos existentes en la sociedad sean usurpados por el Estado-Partido”, finalizó.

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