Opinión Nacional

¿Unión o Abstención?

En los últimos días las discusiones entre los mermados y confusos miembros de la oposición han girado acerca de la unión, separación o abstención en las próximas elecciones. Como un ciudadano de a pie, cuyos zapatos sufrieron enormemente en las marchas de los últimos años y cuya empresa se marchitó como una flor en el desierto como consecuencia del Paro, considero que el liderazgo político de la oposición se esta quedando muy atrás a la ciudadanía.

Nosotros estamos sobreviviendo, soñando y luchando en nuestras maneras individuales para mantener la posibilidad de un país democrático y con verdadera justicia social viva dentro de un ambiente donde los líderes parecen haber olvidado que el liderazgo no puede ser una aspiración personal o partidista, sino la asunción de una responsabilidad en nombre del colectivo y que los deseos de cada individuo se deben subrogar a una necesidad colectiva. En momentos de crisis es bueno recordar las palabras del sabio Benjamin Franklin, famoso periodista, estadista y filósofo norteamericano que dijo en la antesala a la Revolución Americana: «We must all hang together,» he said, «or, most assuredly, we shall all hang separately.» («Debemos mantenernos juntos o seguramente, colgaremos cada uno por separado»). Pareciera que nuestro liderazgo esta desesperado por probar la soga y no les importa si llevan a 25 millones de venezolanos al mismo destino.

A nuestros líderes y a la colectividad les digo que en mi humilde opinión la pregunta no es ¿Unión o Abstención? La pregunta es como lograr la Unión. Claramente, la respuesta a la crisis actual debería ser Unión. Una unión entre todos los miembros dedicados a luchar contra la dictadura, contra las listas Tascón y contra el abuso del poder, las instituciones doblegadas, corrupción y todo lo demás que sabemos y nos disgusta a todos. Unión que significa sacrificio de muchos para entregar la postulación en cada carrera electoral al mejor posicionado para ganarle al candidato del gobierno. Si en esas condiciones aún perdemos, entonces la vida democrática deberá continuar via formas alternas que evaluaríamos en ese momento, pero a sabiendas que el liderzgo hizo lo que tenía que hacer para ofrecer posibilidades de victoria – o por lo menos esperanza de victoria – a una causa justa ante condiciones desiguales.

Si no se logra la Unión, entonces la única respuesta del ciudadano de a pie es la Abstención. NO iremos a votar. NO votaremos ni a favor del gobierno ni a favor de unos candidatos que no representaron la voluntad básica del pueblo de unirse contra la dictadura. En esa circunstancia, postularse para dividir el voto y perder de forma segura, inequívoca y autoinfligida es traición a la voluntad del electorado y de esa forma el electorado no debería apoyarlos, ni los apoyará.

La abstención sería el voto silencioso pero estremecedor en contra de un universo de opciones que son totalmente inaceptables y lanzaría un mensaje a los políticos de oposición que en su derrota deberán ceder sus espacios a otros que pudieran merecer mejor y entender de forma mas completa el mandato y las necesidades del país. El Gobierno, desnudado ante las filas invisibles de votantes no podrá abrigarse en el manto de la legitimidad si nadie votó.

¿Unión o Abstención? La respuesta la tienen los líderes en sus manos. La acción final la haremos nosotros con nuestros pies.

Saludos a todos en esta excelente columna.

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