Opinión Nacional

Vamos a Organizarnos II

El presente artículo es continuación a uno intitulado (%=Link(6780110,»Vamos a Organizarnos I»)%)” publicado en Venezuela Analítica el 20 de diciembre de 2002. La idea principal de ese artículo puede resumirse que la discusión política al tratar sobre lo más preciado al ser humano y la sociedad, a saber el bien común, debe irremediablemente incluir las valoraciones humanas. En este sentido, una búsqueda por la “objetividad” informativa que reduzca la información al “hecho” concreto eliminándole la valoración humana es una especie de “asesinato” de la noticia. En consecuencia, el artículo continuaba proponiendo una técnica para la organización de la noticia que, a través de la presentación de diversos puntos de vista mantenga “objetividad”. La técnica consiste en hacer explícito el contexto desde el cual se interpreta una posición particular. Para ello, se debe comenzar por mostrar algunas pocas premisas que tengan carácter de verdad desde un cierto punto de vista y a partir de allí derivar las argumentaciones lógicas posibles desde las cuales se puede interpretar una opinión particular. Finalmente, el artículo culminaba requiriendo de aquellos quienes tienen la misión de moderar el espacio de discusión que velen por: 1) la rigidez lógica de las argumentaciones presentadas en cada punto de vista; 2) la confrontación de diversas y contrastantes interpretaciones, y; 3) la igualdad de condiciones para la exposición de cada interpretación.

El presente artículo pretende proponer, a manera de esbozo, algunos esquemas conceptuales que le puedan permitir al moderador detectar posibles contextos desde los cuales una interpretación puede tener lugar. Digo “a manera de esbozo” porque cada fenómeno, de acuerdo a sus circunstancias, exigirá un camino discursivo particular. Sin embargo, algunas ideas sobre posibles contextos podrán ayudar a facilitar la detección de esos posibles senderos a través de los cuales el moderador podrá encaminar la discusión para la presentación completa de cada punto de vista.

Antes de comenzar es importante mencionar que es útil y necesario deslindar dos estadios de conceptualización a la hora de abordar un fenómeno político. Ellos son los estadios normativo y descriptivo. El estadio normativo intenta abordar el nivel relacionado con los ideales de sociedad. Por su parte, el estadio descriptivo intenta acercarse a describir lo que en “realidad” sucede. En el presente artículo esbozaré algunos posibles esquemas conceptuales que pueden ayudar a comprender la discusión política venezolana a nivel normativo, en la actualidad.

En primer lugar creo que es necesario clarificar lo que se entiende por el ideal Bolivariano o Neo-Bolivariano que dice mover al sector oficialista hoy día. Creo que podemos exponer un esquema del ideal Neo-Bolivariano del siguiente modo. La llamada “Revolución Bolivariana” se propone la refundación de Venezuela. Ello implica la reconstitución como Nación para re-formarla como pueblo. Se trata de un pueblo consciente y responsable de su identidad y su cultura y que procure la inclusión de todos los venezolanos. El neo-bolivarianismo se presenta en contra del neoliberalismo y del sistema clientelista corrupto en el que, según este punto de vista, se convirtió la sociedad venezolana después de los cuarenta años transcurridos entre 1958 y 1998 y cuyo principal ícono es el Pacto de Punto Fijo.

La reconstitución nacional se basa en el ideal bolivariano de “Moral y Luces”. La reconstitución Moral, por su parte, consiste en la re-formación de la sociedad venezolana en términos de la revalorización de la percepción social de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. Ello es necesario puesto que la moral nacional quedó peligrosamente debilitada con el transcurso de los cuarenta años de régimen puntofijista. Por ello, se hace necesario un profundo cambio social a través de un proceso educativo que ilumine (de allí las Luces) o ilustre a la población en general y con especial énfasis en aquellos más desfavorecidos. Se trata de una educación dirigida a formar ciudadanos conscientes de su responsabilidad dentro de la Nación a la que pertenecen en un marco de equidad y justicia. Finalmente, la libertad se entiende como la posibilidad de actuar racionalmente en justicia de acuerdo a los dictámenes morales. Creo que estas ideas espesan, grosso modo, el nivel normativo de la llamada “Revolución Bolivariana” y bajo estos ideales se configuran los equilibrios político, social, territorial, económico e internacional del Plan de Gobierno del Presidente Chávez Frías.

En contraste a esta posición se encuentra el esquema conceptual de la globalización neoliberal. El neoliberalismo es una ideología cuyo principal componente es el individuo. Bajo el neoliberalismo todo individuo es libre de escoger sus propios fines y valores siempre y cuando éstos no coarten la libertad de otros individuos. Nótese que la interrelación entre los individuos se da a través del intercambio. El intercambio permite el beneficio mutuo en procura de la consecución de los fines y valores particulares. En consecuencia, la sociedad se considera un mercado. De lo anterior se desprende que la competencia domine en la interrelación social debido al intento por reducir la incertidumbre de acceder a los recursos limitados. Asimismo se entiende que, bajo este punto de vista, el modo de propiedad por excelencia es la propiedad privada y que lo público no tiene mayor sentido como no sea como espacio para el desarrollo del mercado. Por otro lado, la justicia neoliberal consiste de una serie de reglas que permiten el desarrollo del intercambio entre los individuos. Finalmente, la globalización se entiende como la coronación a nivel mundial del neoliberalismo como ideología a seguir por todos los habitantes del planeta.

Estos dos esquemas, el Neo-Bolivariano y el de la Globalización Neoliberal, son a nivel normativo los que mayormente resaltan en la discusión política de la Venezuela actual. El esquema neo-bolivariano es asumido por el sector oficialista. Por su parte, el esquema neoliberal es comúnmente aceptado por la mayor parte de la oposición. Un medio de comunicación que tuviera el genuino interés de mostrar lo que está en discusión debiera develar estos supuestos de ideales de sociedad de manera clara. Sólo de este modo los escuchas, lectores y videntes podrían tomar una posición informada y crítica.

Un ejemplo, que demuestra con diáfana claridad la necesidad de hacer estas explicaciones lo es un tercer esquema normativo que comúnmente surge en la discusión sobre la realidad venezolana. Se trata del ideal de sociedad basado en el comunismo. Diariamente, columnistas de medios escritos, así como comentarista en medios audiovisuales nos aseguran, o dejan que otros aseguren, que el Gobierno actual es comunista. Ahora bien, si simplemente buscamos en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) el significado de “comunismo” encontramos que es la “doctrina que propugna una organización social en que los bienes son de propiedad común”. ¿Podemos decir que el Gobierno actual ha realizado acciones que conllevan a la eliminación de la propiedad privada para así llegar a la propiedad pública?…

Una respuesta sincera a esta interrogante tendría que decir que “no”. No existe ningún decreto, ley, ni artículo de la Constitución de 1999 que procure la eliminación de la propiedad privada para convertirla en propiedad pública. Por ello, tildar al actual gobierno de “comunista” demuestra o ignorancia o hipocresía. De ser el caso que se contra-argumente que se trata más bien de una tendencia del gobierno actual, que aún no se puede “develar en sus verdaderas intenciones” y que, ante esta tendencia, debe hacerse oposición, debo recomendar a los moderadores situar estas posiciones en la sección del horóscopo.

Por el contrario, encontramos que una de las organizaciones más activas de la oposición es de ideología comunista. Se trata del partido político “Bandera Roja”, la última guerrilla en pacificarse. Este partido adversa al actual régimen precisamente por no considerarlo comunista. Llama la atención que ningún moderador alude este pequeño detalle… Aunque las imágenes televisivas siempre presentan las insignias de “Bandera Roja” en las marchas y concentraciones de la oposición.

A nivel normativo nos encontramos con dos visiones del mundo contrapuestas, la Neo-Bolivariana y la Neoliberal Globalizante. Sobre estas visiones del mundo se puede comenzar la discusión sobre el ideal de sociedad para la Venezuela del siglo XXI. Por el contrario, abrir espacio reiterado para el despliegue de argucias, como aquella que asevera que el régimen actual es comunista, demuestra ignorancia, hipocresía o complicidad. La libertad de expresión debe abrir espacio para el despliegue de la verdad, no para su encubrimiento. La libertad de expresión no puede ser guarida para la mentira.

¿Habrá alguien, con un megáfono apropiado, con el genuino y humano interés por el despliegue de la verdad?

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