Opinión Nacional

Veamos las cosas asi

El triunfo de Nicolas Sarkozy en Francia, hace diez días, coloca al Partido Socialista (PS) en una situación difícil ante las elecciones legislativas de junio en las que también tendrá una participación importante el nuevo partido de centro, de Francois Bayrou.

La izquierda democrática sufrió un serio revés. La señora Segolene Royal, aunque ha sido muy criticada, fue una buena candidata. Sin mucha experiencia, pero con firmeza defendió la posición socialista que, lamentablemente, no fue lo suficientemente sólida ante la presentada por Sarkozy quien planteó el cambio, en base al respeto, la tolerancia y el orden, mensaje que sedujo a muchos franceses que ven en los socialistas, demagogia en sus planteamientos, como disminuir las horas de trabajo cuando el país necesita competir más con el mundo, como lo dijo el ahora presidente Sarkozy.

Tal como expresé la semana pasada, el PS perdió, pero de ninguna manera desaperece. El PS es un partido con tradición, con una ideología democrática y social propia y acepatada por el 25 por ciento de los franceses. Los grandes perdedores fueron los representantes de la izquierda radical, entre ellos el Partido Comunista francés y el alter mundialista José Bové, como también dije, este último, amigo de Chávez, Lula, Morales y del Foro de Sao Paolo. Dirigentes trasnochados y fracasados que no tienen nada que ofrecer a la sociedad moderna.

La izquierda democrática tiene mucho que buscar en Europa y en el mundo. No la izquiera que se autodenomina revolucionaria y salvadora de la humanidad como la que representa, sin serlo realmente, el chavismo en Venezuela, que es más bien un movimiento radical totalitario y militarista que se aleja de los parámetros democráticos más elementales.

La tolerancia, el respeto, el diálogo, la concertación, son términos propios del vocabulario socialista democrático del mundo. Términos que no existen -porque chocarían con su propia naturaleza- en el léxico bolivariano como el mismo presidente lo ha dicho expresa e implícitamente en varias oportunidades, en público, ante todos, sin ningún espaviento.

Sin tolerancia y respeto mutuo, sin participación real de todos, con las políticas exclusionistas y discriminatorias que impone el régimen bolivariano, nunca habrá un desenvolvimiento democrático y es sólo en este espacio en el que se pueden disfrutar los derechos humanos, los civiles y los políticos, tan disminuidos por el chavismo; y, los sociales, culturales y económicos.

En Francia la democracia salía fortalecida, ganara quién ganara las elecciones. La izquierda o la derecha. Los mensajes de Sarkozy, de Royal se basaban en el respeto y en la tolerancia, aunque el carácter de la candidata socialista habría mostrado cierta agresividad que la sociedad francesa rechazó.

A pesar de las diferencias ideológicas fundamentales, hay coincidencias importantes en los programas de ambas tendencias y de los partidos democráticos franceses. No se trata de acabar con la República , de destruir las instituciones, de lograr el poder para manejar el país al antojo de un grupo e imponer el modelo que consideran el único viable. No. Todo lo contrario. La vocación de servicio de los políticos franceses, el respeto por los principios, distintamentre a lo que sucede hoy en nuestro país, debido a la irrupción del denominado chavismo o bolivarianismo, mueve a la dirigencia y ésta al pueblo.

El triunfo de Sarkozy en Francia no favorecerá los regímenes totalitarios en el mundo. Un compromiso que asumió a lo largo de campaña. El nuevo Gobierno deberá examinar cuidadosamente la situación en el país y tomar una posición clara y de principios, ante su evolución.

La dirigencia europea tiene un serio compromiso con al democracia en el mundo y particularmente con la democracia en América Latina, región que sufre cambios que desvirtúan el sentido y el alcance de la democracia como se debe entender hoy en día.

Es cierto que hay que redefinir la democracia, pero es más cierto que ninguna interpretación puede contrariar los derechos humanos y las libertades fundamentales. Nos se trata de democracias de origen, simplemente; sino de democracias en ejercicio, basadas en el respeto. En dónde no haya detenidos ni presos politicos, en dónde las instituciones funcionen, en donde el Defensor del Pueblo, el Contralor General de la República y el mismo Fiscal General sean funcionarios independientes que protejan los intereses del colectivo y no simplemente que respondan al mandato del Ejecutivo.

Esa es la realidad venezolana y así deben verla los dirigentes del mundo. Un reto de la dirigencia opositora venezolana que debe continuar su lucha porque la libertad y la dignidad no desaparezcan en el país.

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