Opinión Nacional

Venezuela 2000: Tiempo de proyectos, reclamos y crímenes

Un alto funcionario de un gobierno amigo nos plantea una doble preocupación. La primera tiene que ver con el trabajo que se hace en relación con el desarrollo de la política venezolana. A él le interesa saber cuál es la receptividad de este gobierno a los análisis y críticas que se le formulan. ¿Hay algún intercambio, alguna respuesta? ¿Viene algo de allá para acá? Dice que para el lector es muy importante saber si los materiales que preparamos son objeto de algún tipo de discusión. La segunda cuestión se refiere a la situación política, económica y social … “de lo que usted considera como un expaís”. El amigo pregunta: ¿hay un proyecto de país o hay que conformarlo? ¿Cuál es el proyecto que se exhibió a la hora de la creación de la democracia llamada puntofijista? ¿Cuál el que se quiere constituir en lo que se ha dado en llamar la V República? ¿Se puede avanzar con certeza en una construcción sin saber exactamente lo que se quiere construir? A estas dos cuestiones intentamos dar respuesta.

Entre nosostros la discusión esta congelada

Lo primero es observarle al amigo, investigador y profesor, que en nuestro medio no prevalece el debate de ideas, propuestas, programas, tesis o hipótesis. Aquí el análisis se reduce a la exposición o intercambio de “verdades”. No tenemos la formación necesaria ni la tradición mínima del debate con miras a considerar o reconsiderar las conclusiones a las cuales hemos llegado, a la luz de las observaciones, críticas o sugerencias realizadas por otros. Se entiende que tal proceder es el llamado a enriquecer el conocimiento-experiencia establecido. Pero, es evidente que esto requiere del convencimiento de que no se sabe todo y que siempre será posible y necesario aumentar el caudal de conocimientos con los aportes de estudiosos, investigadores y analistas.

Aquí las «verdades» enfrentan toda perspectiva

Pero esto es algo poco frecuente en los ambientes académicos-intelectuales. Lo que prevalece, por lo general, es el elogio a las ideas del “amigo” o la descalificación a las ideas del “enemigo”. Las verdades se constituyen en cotos cerrados. En el campo político la situación es similar. Nuestros políticos son personajes caracterizados por su alto nivel de sabiduría y competencia. Alguien a quien no le hace falta más conocimientos. El buen político, en consecuencia, no duda de nada. Igual piensa y opina sobre economía, historia, política, religión, arte, ciencia, deportes o conflictos sociales nacionales o internacionales. Y este es un rasgo que ha estado presente en nuestros “grandes dirigentes”. Un ser superior en toda dirección y circunstancia, que es portador y ejecutor de la concepción individualista-autoritaria-mesiánico-religiosa de la historia. Y mientras la historia, en tanto realidad-concreción, esté guiada-orientada-regida por este tipo de hombre-Dios, ¿cómo pensar que puede haber discusión? ¿Quién se puede atrever a hacerle reparos o discutirle la verdad al todopoderoso? Sólo y en la medida en que el colectivo-pueblo haga y escriba su historia, desde una concepción diferente y al lado de la humildad que caracteriza al pueblo, se procederá al cambio en el orden histórico-historiográfico y estará la abierta discusión de quienes creen que es necesario e indispensable sumar experiencias, saberes, dudas y perspectivas. Cuando lleguemos allí estaremos en otra Venezuela.

Está vigente el proyecto del invasor

En relación al proyecto de país, debo decirle que este es uno de los temas que más se ha invocado en este conglomerado político desde los años 60. En la reflexión a que obliga la derrota, caemos en cuenta que uno de nuestros males fundamentales reside en no haber definido con precisión y nitidez, el país que queremos forjar y construir. Esto lleva a pensar que, hasta determinado momento, sentimos y aceptamos que había habido país-nación, entendido como comunidad de intereses, unidos por ideales-valores-idiosincracia y por vínculos idiomáticos, artísticos, religiosos, educacionales, políticos, sociales, morales. Este es un modelo de país-nación que se establece con la propia independencia. El propósito reside en la creación de una patria a imagen y semejanza de la europea (francesa, inglesa) o la norteamericana. Desde entonces observamos la ausencia de un proyecto propio y la continuación del mismo proyecto, puesto y dispuesto por la dominación establecida desde el momento mismo en el cual comienza la invasión.

Carecemos de un proyecto propio de país nación

Desde entonces lo que prevalece es la copia, la actuación-creación a imagen y semejanza de quienes tuvieron la capacidad necesaria para insurgir y mantenerse. Esto nos lleva a establecer que aquí hasta el presente no ha habido un proyecto propio-auténtico-original de país. La constante ha sido la reproducción, hacer lo que otros, sin tener en cuenta para nada capacidad, iniciativa y decisión. Desde el inicio de la invasión en 1492, se comienzan a trasladar-copiar instituciones, doctrinas, procedimientos y formas de pensar y actuar. Y en cada momento, cada una de las instituciones o los funcionarios, apenas han sido sometidos al cambio de forma, de imagen. En términos de la esencia todo permanece igual. Esto nos lleva a tocar la raíz de la cuestión. El proyecto de país remite –irremisiblemente- al proyecto de continente y de mundo. No basta con decir que los problemas locales deben ser examinados en el contexto nacional, continental y mundial. Y esto conlleva a la vez, a tocar la concepción-filosofía del hombre, la sociedad y la historia. De modo que, al plantearnos lo atinente al proyecto de país, procede la interrogante relacionada al proyecto de continente y el mundo. ¿Cuál es el proyecto de continente o de mundo que prevalece? ¿Pero es que los colectivos sociales han avanzado en la conformación y realización de proyectos continentales o mundiales?

Hoy predomina el mismo proyecto-mundo de los propietarios

Hasta el presente, el proyecto de mundo-continente-país que se ha realizado y mantenido es el forjado por la concepción filosófica que tiene al hombre como sujeto y la clase-explotación como motor fundamental de la historia. Esta doctrina nos ubica entonces en el plano-perspectiva de la explotación en tanto definidora de los grandes acontecimientos del hombre. Hasta el presente, lo prevaleciente ha sido el proyecto mundo-explotación. De allí ha devenido todo. Este es hasta ahora el norte del mundo. Los privilegios se forman como resultante del despojo a que es sometida la mayoría. Esta es una situación en la cual se aprecia dos niveles: el que refiere la aspiración y el que registra la realidad. En sentido general, hay que concebir un mundo lleno de enfrentamientos-contradicciones, a su lado, el mundo de las aspiraciones-esperanzas. En el caso continental o local, se trataría de crear estas dimensiones, a partir de una clara y coherente visión que permita expresar realmente lo que se aspira. Sólo así se podrá evaluar lo que tenemos y diseñar el camino a recorrer o la realidad por construir. Pero es necesario detenerse a calificar este momento por cuanto se trata de alcanzar el estadio de la libertad e independencia que debe predominar en el mundo para que fructifiquen los deseos-aspiraciones y para que se conciban y realicen proyectos de contenido colectivo y proyección de justicia, amor y libertad.

El poder globalexportador está por encima de los países y continentes

¿Pero es esto posible? ¿Cómo proceder? ¿Permitirá el imperio unipolar que se avance en esta dirección? Mientras esto no ocurra, estaremos obligados a proseguir por las vías de la degeneración-masacre-asesinato. En realidad, el proyecto de país que ambicionamos está unido a instancias que lo determinan. Por ello decimos que el cambio de un país está unido a un continente y un mundo. Y hoy, más que eso, a la globalexplotación. A partir de este momento, deja de existir, materialmente, todo cuanto se había configurado-clasificado como país, país-nación, continente y hasta las posiciones que refieren una condición de clase y una altura-ubicación financiera. Estamos hoy ante el mundo que no está conformado simplemente por continentes, países, imperios, transnacionales. Por encima de estas instancias está hoy el poder globalexplotador, el mayor desarrollo-expresión-expansión del capital financiero. El imperio de los imperios ante el cual el “mundo tradicional” y sus países lucen como algo que pertenece al pasado.

Las leyes del mundo cambian aceleradamente su transformación es más difícil y exigente

Las leyes del mundo cambian aceleradamente. La explotación en su mayor dimensión se afirma y reafirma como la gran ley de la historia. El capital-clase-explotación no se detiene en la realización de ninguna clasificación o consideración. Lo pautado e importante es profundizar la acción explotadora y esta es invariable e irreversible. Nunca alcanzó mayor profundidad y estabilidad la explotación. Este contexto debe ser leído y entendido por todo aquel que quiera avanzar en la reflexión con miras a establecer un proyecto-modelo de país. Es obligado entender que esto sólo tiene sentido si se parte de la convicción de que es necesario promover un proyecto que traspase el objetivo de la transformación de este expaís. El plan tiene que ser más profundo y ambicioso: se impone transformar el mundo y forjar una nueva sociedad, unas nuevas relaciones entre los hombres que den inicio al período de la libertad. Mientras, en la medida en que persistan las relaciones de explotación-dominación-sometimiento, el mundo carecerá de vida, conciencia, perspectiva y porvenir. Esta concepción permite entender a cabalidad la pequeña y agobiante dimensión en la cual nos movemos.

El costo de una visita

En esta temática pensábamos cuando se produce, en fecha reciente, la terminante declaración del canciller guyanés: no cederemos ni una pulgada del Esequibo a Venezuela. La reacción venezolana fue de sorpresa y extrañeza. Llamó la atención el duro discurso que deja a un lado el lenguaje amistoso que se venía utilizando. ¿Pero qué ocurrió? ¿Qué explica esta nueva posición? Las fuentes oficiales han guardado silencio y cuando se ha soltado prenda se acude a la generalidad o al “enigma”, como aquel al cual aludió el señor presidente: ¡es mejor que no me hagan hablar! Si se expresa puede decir cosas inconvenientes. Y en este caso, no se puede menos que acudir a la interpretación. El cambio de conducta guyanés se produce en el contexto de la visita del presidente venezolano a los países de la OPEP y, en particular, a Irak y Libia. Y el problema no reside en la visita en sí misma sino en el carácter que se le da: va más allá de lo diplomático-comercial e incursiona en el área política para manifestar su solidaridad con el pueblo iraquí y su desacuerdo con el bloqueo, que no conocía previamente, pero que le produce el mayor impacto. Abogó por el fin del embargo que desde hace 10 años pesa sobre el país gobernado por Saddam Hussein. Chávez es el primer jefe de Estado que pisa territorio iraquí en el lapso en el cual rige la medida.

El imperio contraataca

El mundo entero registró la noticia. El Departamento de Estado norteamericano expresó su malestar y rechazo a lo actuado por el presidente venezolano. Muchos analistas han leído el gesto venezolano como un claro desafío al imperio. Para unos procede celebrar, para otros lamentar. La declaración guyanesa puede ser vista y tenida como la primera reacción del imperio ’desafiado’ que, conjuntamente con Inglaterra, actúan como puntales de la medida aplicada a Iraq. La comunidad de intereses USA-Inglaterra en Guyana es bien conocida. El ‘coloso del norte’, por intermedio de la empresa Beal Aereospace Technologies Inc., logró una importante concesión para establecer una base de lanzamiento de satélites. Pero, a la fecha, se han otorgado muchas otras concesiones y entre los países favorecidos se encuentra China. De este modo, la conflictiva situación planteada en el esequibo, adquiere una profunda dimensión-espacio internacional. Dos imperios, y algunos “aliados”, estarían entonces en la línea de defensa de la política diseñada por Georgetown, que parece estar muy claramente definida en sus propósitos: ponerle la mano definitivamente a la zona en reclamación y tenerla y actuar en ella en tanto propiedad.

El laudo despojo y el Plan Colombia

Es la aplicación del Laudo de París de 1899 que ha sido calificada como Laudo despojo. Pero se atiende también el acuerdo de Ginebra que no le prohíbe a Guyana estas ejecutorias. En este sentido, el Buen Oficiante de la ONU tendría que actuar ante posiciones tomadas, contenidas en concesiones que afirman la propiedad. Pero este resultado hay que verlo en el contexto de una política imperial que actúa por otros lados. El Plan Colombia no puede verse como un simple regalo a este país para que logre la paz y el entendimiento nacional. Estamos en presencia de una intervención negociada del imperio con la hermana república para ayudar a “restablecer el orden”. Poner fin, por la vía política, con una inversión de 7 mil millones de dólares, en el binomio drogas-guerrilla, es una empresa que arroja importantes consecuencias. El “agente regulador” de toda esta empresa será el imperio quien estará obligado a no fracasar. Nadie puede negar, a estas alturas, que la paz colombiana pasa por la más profunda criminal de las operaciones de exterminio. No estamos entonces ante un Plan que se limite a Colombia. Removerá la geopolítica de muchas fronteras. La emergencia es más que evidente. De modo que la situación planteada con el Esequibo no está separada, no puede estarlo, del Plan que se dejará caer sobre Colombia para garantizar la pervivencia de la democracia. Y conste, no se trata de un programa exclusivo para Colombia, como lo señaló la nueva embajadora de USA en Venezuela. Su aplicación está prevista para enfrentar la narcoguerrilla cuya ubicación no es posible delimitar por claras y precisas fronteras.

¿Se perderá definitivamente el esequibo?

Esto permite calibrar lo difícil de la situación planteada para este expaís que está obligado a enfrentar la avalancha imperial en el caso del Esequibo. A estas alturas está claro lo que hay detrás de la declaración guyanesa. Estas no son decisiones improvisadas que se echarán para atrás. Venezuela ha dicho que no permitirá la base satelital ni cederá ni un centímetro en la reclamación territorial (UN,26-08-00,p.1). Frente a la no pulgada, el ni un centímetro. Difícil –por no hablar de lo imposible- el acuerdo diplomático. ¿Cuál es entonces la salida? En principio, calificados juristas han señalado que la “razón legal” favorece al imperio que maneja, a la vez, las instancias internacionales. ¿Qué hacer entonces? ¿Puede el gobierno de Venezuela, campeón del patriotismo-soberanía-autonomía-libre determinación, echarse para atrás y empezar a ceder territorio hasta quedarse con una ínfima parte, en función del acuerdo que aceptaría el imperio? Y de no actuar de esta manera ¿hacia dónde dirigir los pasos en caso de que no se detenga la actividad-acción de las concesiones y avance, entre otras, la destinada a establecer la base satelital? Esta es una ocupación de hecho, apoyada por un derecho sobre el cual recaen dudas, pero que es el vigente a esta hora. En el caso del avance del imperio, la única salida lógica es la vía de la confrontación de concesiones. Pero el combate a este nivel con el imperio tiene un anunciado y seguro perdedor. Igual en el caso de la confrontación militar.

El imperio globalexportador obliga a una respuesta

La situación se vuelve cada vez más difícil en lo relacionado con el qué hacer y sobre todo si se parte de la premisa de que este gobierno no puede simplemente entregar el Esequibo porque eso significaría su inmediato fracaso-derrocamiento en un expaís donde el 99% de la población es fronteropatriotérico. Máxime en este período de “revolución bolivariana” en el cual se ha promovido y enriquecido, como pocas veces antes, el ideal de patria independiente y soberana. Y no estamos en la hora del Protocolo de Puerto España para congelar la consideración del diferendo por un tiempo prudencial. En este tema llegó la hora de decidirnos. Así lo define y determina el imperio globalexplotador. ¿Y ante tan terrible cerco habrá que considerar como salida honorable el hacer matar varios miles de hombres con el objeto de ocupar el espacio de las víctimas que son objeto del despojo? Ahora, esto implicaría enfrentar al imperio en una pelea cuyos resultados se conoce de antemano y que arroja a la vez otras consecuencias. Un estado de guerra significaría inestabilidad y ausencia de todo clima para atraer inversiones y mejorar nuestra economía. Entonces ¿a qué se juega? ¿Será ésta la tragedia que el “proceso” nos tiene reservada como triste colofón de una política construida en base a la improvisación y al margen de una clara y definida orientación filosófico-doctrinaria y un concreto proyecto de país?

Estamos ante el fin de las fronteras países

Es evidente que en esta materia se cometieron muchos errores en el pasado y que no sería justo echarle las culpas a gobierno actual. ¿Pero qué se hace en la actualidad para definir una política que sea el producto de una voluntad colectiva-nacional? Este gobierno dice creer en esto, pero en la práctica decisiones tan delicadas, se toman en un cenáculo y se comunican por un micrófono al colectivo social-pueblo quien debe acatar y actuar en consecuencia. Estamos ante la mejor demostración del fin de las fronteras-países-naciones. ¿Cuál es entonces el modelo-proyecto de que echa mano el gobierno venezolano para demostrar lo contrario? ¿Acudirá, una vez más, a las citas de Bolívar y el Oráculo del Guerrero?

Cuando el crimen viene como la lluvia ya nadie grita para que se detenga

Y en medio de esta dura situación, nos ubicamos frente a otra: la que refiere una sociedad que aprueba y justifica el asesinato para resguardar y garantizar su propia existencia, termina por apreciar y disfrutar el crimen. El hombre se identifica y congracia con todo aquello que le trae beneficios-satisfacción. En este caso, el asesinato le asegura una vida más tranquila y llevadera. Por lo general se condena y se califica como degenerados a los asesinos, pero llega el momento en el cual descubrimos que esta no es una condición detestable: produce bienestar y sosiego. Y al llegar a acostumbrarnos al crimen, terminamos convirtiéndonos en cómplices de las masacres. Por ello resuenan las palabras de Bertolt Brecht: … “cuando el crimen viene tal como cae la lluvia, ya nadie grita para que se detenga”… El 20-08-00 Ultimas Noticias informa lacónicamente que el día anterior las policías abatieron 11 personas (léase jóvenes). Es decir fueron asesinadas. ¿Y esto qué importa? Es algo aceptado y apoyado por los medios y, por tanto, es algo que no le interesa al colectivo social, cuya conciencia está controlada por el aparato mediático. El mismo aparato que, en cambio, es capaz de convertir la tragedia del ‘Kursk’ en un dolor que conmueve al mundo entero. Y de nuevo Brecht: “Cuando los crímenes se acumulan, se tornan invisibles. Cuando los padecimientos se tornan insoportables, ya no se oye los gritos.” Tanta muerte acumulada nos vuelve insensibles. Y el crimen del criminal nos resulta lejano. El propio crimen del otro, del prójimo, nos resulta lejano. Por todas partes el padecimiento insoportable al lado del silencio cómplice. Porque no debemos no queremos complicarnos lo que se califica como vida. Pero se trata, a la vez, de una vida que nadie garantiza.

¡Viva la pena de muerte !

La inmensa mayoría de la pobreza-hambre-miseria amenaza entonces con formar filas con la delincuencia. El único remedio pensable-creíble es la pena de muerte. De este modo se intentará hacerle ver que de no aceptar la muerte lenta pero en paz, puede llevarles a una muerte prematura y violenta. Y todo sin perder de vista que, en la práctica, ésta tiene plena vigencia, no sólo por la presencia misma de la miseria, sino también por las órdenes-acuerdos que impone la liquidación del presunto delincuente como medida preventiva-profiláctica. Ante la explosión delincuencial, las ejecuciones extrajudiciales: no se quiere detenido ni herido. El delincuente, simplemente, debe ser asesinado, sin dejar huellas. Los casos se multiplican porque es más fácil abatir que torturar y dejar con vida a alguien que luego emprender una protesta-denuncia. Por ello, la consigna es clara y terminante. ¡Viva la pena de muerte!

Insistiendo

· El CNE es íntimo amigo del colmo. En un inicio calificaron la nueva planta del organismo electoral como honorable y honesta. A estas alturas –25-08-00- sacan a relucir el informe de las tan nombras auditorías (¡congeladas!) para hacerle saber al electorado que el resultado avala la transparencia electoral que ellos habían anunciado. Esto quiere decir que todas las impugnaciones carecen de sentido. ¿Cómo va a decir nadie que hubo irregularidades, inconsistencia numérica, fraude si las auditorias dicen lo contrario? A esta hora es indispensable preguntar: ¿pero es que estos señores del CNE son incapaces de advertir que aquí se puede crear una gran y descomunal crisis-contienda si no se hace “justicia electoral”? · Arias Cárdenas, una vez que se lanzó a la impugnación de las elecciones, de manera al parecer contundente –aunque inoportuna-, no podrá devolverse so pena de labrarse un puesto privilegiado en el cementerio de los políticos venezolanos que han dado muestras de incompetencia y desubicación. · Ronald Blanco La Cruz puso en práctica, por primera vez en este expaís, algo que muchas veces se ha señalado como ideal: hacer la escogencia de los funcionarios públicos por la vía del concurso, para seleccionar, entre los aspirantes, las mejores credenciales. Esto da muestra de procedimientos que se apartan de los vicios politiqueros del puntofijismo. Una acción que es necesario saludar y esperar que no forme parte de ningún ardid publicitario-politiquero. El manejo de la duda procede del peso-significado de la medida. Esto tiene que ver con el enfrentamiento a la tradición burocrático-partidista que impone el reparto y el pago de dividendos. Los partidos políticos y, en especial, el del centro-eje del gobierno, protestan porque gente que no es de su marco puede formar parte del equipo que conduce la administración pública, no por méritos político-electorales sino por formación profesional y empeño en el cambio. Ojalá y el poder central no interprete la medida del capitán y gobernador como un desacato a su orientación sino como una medida acorde con el espíritu y el mandato de la constitución del 99.

· El enfrentamiento militar-civil en el MVR es algo que ya nadie puede negar. La confrontación Dávila-Rodríguez obligó a mantener a Miquilena como regulador atemperador de una crisis que a la media o a la larga reventará. · Lo de Alfredo Peña no puede verse como algo caprichoso. Ya se ha dicho que se está preparando como el anti-Chávez, el antimilitante. El civil que viene a demostrar la importancia de la civilidad en la conducción de este expaís. El Comandante de la PM será un civil y el Ministro y Vice-Ministro del Interior y Justicia, voceros del presidente, quedan muy mal parados. · El cambio de nombre de algún Ministerio nada significa en cuanto a posibilidad de crear nuevas políticas, nueva visión de la historia para la verdadera construcción de este expaís. · El ‘Kursk’ quedó en el fondo del mar y el auxilio principal lo dieron los noruegos. Un alumno me dice que este mundo está viviendo días difíciles: un país de pescadores es capaz de auxiliar lo que hasta ayer se tuvo como el imperio ruso. · Es tal la zafra asesina que nadie acepta lo de los abatidos. Al referir los correspondientes a las últimas horas, Ultimas Noticias (26-08-00, p.41) titula: “Asesinados a tiros seis delincuentes”. Los enfrentamientos se produjeron en Vargas, Dto. Federal, Zulia y Cojedes. Luego habla de presuntos hampones. La nota es de Juan Manuel Pérez: todavía queda sensibilidad periodística ·

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