Venezuela: Crujiendo

Seth Antiles
Febrero 13, 2004
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Citigroup
Economic and Market Analysis
Country Analysis &Commentary

Decisiones perturbadoras del CNE

El miércoles por la noche, el CNE, en una votación 3 a 2 de su cuerpo directivo, decidió un recuento de las firmas en 13 de los 23 estados de Venezuela. Para comprender de esta decisión hay que hacer un breve recuento del proceso de validación. Durante la revisión de los primeros 13 estados, el número de firmas que fue invalidadas fue muy reducido, lo cual no es sorprendente debido al gigantesco esfuerzo organizativo de la oposición durante el proceso de recolección de firmas. Entonces, al terminar la revisión de los primeros 13 estados, la facción pro-Chávez del CNE hizo más estrictos los criterios de validación. Todas las planillas que tuviesen en la casilla donde se coloca el nombre del firmante un mismo tipo de escritura a mano para distintas firmas, en los 10 estados restantes, serían colocadas en el conjunto de “cuestionables”. Estas se denominaron “planas”.

Todas las apariencias indican que las reglas del juego fueron cambiadas en medio del proceso de revisión, con el objetivo de evitar que la oposición pudiese activar la convocatoria al referéndum revocatorio (RR) del mandato presidencial por amplísima proporción. En lugar de ello, el RR se ha colocado en entredicho, porque ahora parece posible que el CNE decida que no existen las firmas suficientes para convocar al RR del Presidente. La decisión del CNE del miércoles por la noche supuestamente sería para tratar todas las firmas con criterios similares. Sin embargo, la injusticia real se cometió cuando las reglas del juego se cambiaron después que la validación de las firmas de los primeros 13 estados terminó.

Un golpe a los derechos electorales

¿Se debían separar las “planas” de las firmas validas? Cuando el ex-Presidente Jimmy Carter estuvo en Venezuela semanas antes, indicó que la intención del votante debe tener prioridad sobre las sutilezas técnicas. Su comentario estaba orientado a subrayar un principio básico de las democracias modernas: no debe existir discriminación basada en la capacidad de leer o escribir en forma legible. El hecho de que existan muchas “planas” se debe en parte al bajo nivel de educación de Venezuela. Por ejemplo, no debería ser una sorpresa, dado que el nivel promedio educativo de los partidarios de Chávez es menor que el de los que se le oponen, que la proporción de “planas” en las firmas recogidas por los chavistas contra los congresistas de la oposición sea mucho mayor que las existentes en las recogidas por la oposición para el RR contra el Presidente Chávez.

Los menos educados no fueron los únicos que posiblemente no colocaron ellos mismos sus nombres, también le pudo ocurrir a los viejos. En otros casos, puede haber sido un procedimiento para ahorrar tiempo y potenciales errores. Es importante notar, que en la recolección de cada firma, cuatro observadores estuvieron presentes, dos entrenados por el CNE, más dos testigos, uno representando al lado chavista y otro a la oposición. Sí hubiesen existido objeciones a como se debía colocar el nombre de los firmantes, ellas se han debido levantar en ese momento.

Conclusiones

Algunas conclusiones se desprenden del comportamiento reciente del CNE:

1) Existen firmas válidas suficientes para convocar el RR del mandato del Presidente.
2) Aparentemente el CNE ha cedido a las presiones del Ejecutivo, lo cual explica la decisión de cambiar las reglas del juego en medio del proceso de validación.
3) El CNE ha creado otra cerca u obstáculo que la oposición debe superar, y
4) La credibilidad del CNE como un arbitro justo ha sido severamente lesionada.

La última decisión del CNE ha colocado el equilibrio social y político en un terreno frágil. El electorado está de nuevo enojado y frustrado. Otro paso en falso del CNE puede cerrar la salida electoral de la crisis.

¿Qué viene?

Ciertamente el número de firmas objetables crecerá. En nuestra opinión, estas no serán automáticamente invalidadas. Esta decisión sería percibida como una violación demasiado descarada de los derechos electorales de los ciudadanos, y posiblemente provocaría una crisis institucional y social, con un resultado incierto para el Presidente Chávez. Existe la proposición de un lapso para que los firmantes de las “cuestionables” puedan presentarse al CNE manifestando que ellas representan su voluntad.

El CNE ha levantado un obstáculo importante para convocar el RR al Presidente Chávez. Pero, a diferencia de los intentos previos de cambio político, esta vez la oposición está operando con dos ventajas. Primero, las protestas de la oposición en el pasado fueron vistas por muchos, dentro y fuera de Venezuela, como un intento de lograr una transición política a través de medios no democráticos. En contraste, la oposición hoy en día está claramente persiguiendo el cambio político a través de mecanismos pacíficos, democráticos y constitucionales. En consecuencia, existen más simpatías internas e internacionales para el proceso político que impulsa la oposición. Segundo, existen firmas más que suficientes para que se active el RR al Presidente Chávez, y la evidencia de ello se ha distribuido a actores internacionales claves. No sólo el electorado parece convencido de que las firmas son más que suficientes, sino también la OEA, el Centro Carter y el gobierno de los Estados Unidos. A pesar de que el CNE intenta introducir obstáculos, la realidad es que las firmas son verídicas y los actores principales no pueden ser engañados. Si bien el último obstáculo levantado por el CNE es considerable, los derechos democráticos de la oposición son poderosos, la voluntad de los que firmaron es fuerte, y la evidencia es demasiado obvia para que el CNE la niegue.