Opinión Nacional

Venezuela: el Apartheid del régimen de Chávez Frías

Para quienes vivimos sumergidos en las tierras del realismo mágico, no nos sorprenden para nada los conceptos, veleidades, ligerezas, que el Presidente Chávez Frías lanza al ruedo de la discusión. Pero para quienes nos observan desde afuera, no acostumbrados a nuestras exuberancia tropical, la cosa es diferente.

Por ejemplo, en Venezuela se esta llevando a cabo un proceso revolucionario. Se trata, según el Presidente, de la construcción de un nuevo tipo de “socialismo”, del “siglo XXI”. Esta hazaña ideológica, reencarnación del socialismo real, fracasado en el mundo tras setenta años de penurias, es —suponemos— el deleite de personajes muy variados que nos visitan con alguna frecuencia: Periodistas, actores, abogadas, Senadores y Representantes, intelectuales, académicos y uno que otro Presidente.

Algunos firman extraordinarios contratos, petroleros o de armas —si es que logran que se concreten— y otros cobran jugosos honorarios como “justa” compensación por ensalzar a la revolución y su líder en los medios a los que tienen acceso; o por escribir uno que otro libro, salpicado de medias verdades y medias mentiras. A todos ellos la “revolución bonita” les muestra su mejor rostro. Pero a los venezolanos, por el contrario, la revolución nos muestra su rostro más feo. Nada más justo, entonces, que compartir esta carga de rostros feos y bonitos de una revolución que nos tiene viviendo un peculiar “apartheid”.

¿Cómo es el apartheid venezolano? Varios millones de venezolanos creímos que era cierto que teníamos derecho, como dice la Constitución, a solicitar la revocatoria del mandato de quienes fueron elegidos por votación popular. Y así lo hicimos. Estimulados, incluso, por la predica presidencial que en más de una ocasión nos retó o nos señaló esa, la del referendo, como la vía para resolver la crisis política que vive el país desde el momento mismo que él asumió su cargo y que se manifestó al mundo, en toda su crudeza, en abril de 2002.

Grave error el que cometimos. Pronto aprendimos que eso no era cierto; que quienes firmamos, gracias a la “ocurrencia” de un personaje —llamado Luís Tascón, diputado que disfruta de inmunidad o impunidad parlamentaria— que se apropio o le fue entregada subrepticiamente por el organismo electoral la lista de los firmantes y que él publicó en su pagina Web, posibilitando así la persecución más encarnizada de opositores políticos que haya conocido la historia venezolana. La publicación de la llamada lista de Tascon sirvió de pretexto para que quienes allí aparecían fueran despedidos de su trabajo, se les negara acceso a oficinas públicas, se les negaran contratos o se retrasara su pago, se les negaran becas, subsidios, crédito en entidades financieras del estado, cupo en institutos de educación públicos, hasta pasaporte y cédula de identidad. Llegó a tal extremo la situación, que el propio Presidente de la República tuvo que reconocer que “todavía” se estaba utilizando esa lista “… para determinar si alguien va a trabajar o no va a trabajar.” Y acto seguido de manera imperiosa —o imperial— ordenó: “¡Entiérrese la lista de Luís Tascón!”.

Claro que el Presidente no explica ese “todavía”; es decir, ¿Por qué esperó tanto —más de año, desde que se publicó la lista— para ordenar que se eliminara lo que a todas luces es una franca política discriminatoria hacia quienes no comulgamos con sus ideas y que se ha constituido en un verdadero régimen de apartheid? Lo de la lista de Tascon y su utilización para perseguir opositores al régimen de Chávez Frías, sólo tiene comparación con otra barbaridad laboral y política ocurrida también en Venezuela, como fue el despido de más de 18 mil trabajadores petroleros, por ejercer su derecho a huelga. Y de esa acción es responsable de manera directa el propio Presidente de la Republica.

Pero no sólo en PDVSA, también en Cadafe, Enelven, en varios ministerios, en el Metro de Caracas, Gobernaciones, alcaldías y hasta en hospitales se ha amenazado y despedido personal por haber firmado a favor del referendo revocatorio. Hasta un ex Ministro, el Ministro de Sanidad, Róger Capella, cuando aun ejercía su cargo, advirtió que «…quienes hayan firmado contra el presidente Chávez… serán despedidos …porque se trata de un acto de terrorismo».

El tema de la lista de Tascon ha ocupado las primeras páginas de la ignominia en estos días; pero no sálo era la lista de los que firmamos solicitando el referendo revocatorio lo que se podía encontrar en la pagina de Tascon; junto con la lista de firmantes, en la pagina del diputado, era posible encontrar el modelo —y una “invitación” a firmar— de una carta con la cual la persona declaraba que había sido “obligada” a firmar en el referendo revocatorio presidencial.

Pero ya pronto el tema será acallado. La mayoría parlamentaria oficial ya decidió que el tema no se discutirá en la Asamblea Nacional, porque hay otros “más importantes” que esas “insignificantes” violaciones de derechos civiles y humanos. El Defensor del Pueblo se limitó a explicar que en su despacho no se había producido ningún despido por haber firmado la lista, pero no aclaró porque él no se convirtió de inmediato, desde que apareció esa lista, en el defensor natural de los ciudadanos a quienes se amenazaba con esa publicación o se les “sugería” firmar la declaración de que habían sido obligados. Por su parte la Fiscalia dio un paso mucho más significativo para enterrarlo, asignó un fiscal al caso, con lo cual podemos estar seguros que seguirá la suerte del caso del asesinato del Fiscal Anderson y jamás sabremos nada de lo que en verdad ocurrió. De todas maneras, “la lista Tascon” ya cumplió su finalidad, que no era enterrar el Apartheid, sino “enterrar” al diputado Luís Tascon, que por alguna razón cayo en desgracia en los medios políticos del Gobierno.

Sin embargo, la lista de Tascon como practica de discriminación es solo una muestra. La prensa recoge el 28 de abril de 2005, que el funcionarios del Gobierno informaron a directivos de la Cámara Petrolera que el Ministro de Energía y Petróleo, Rafael Darío Ramírez, no inauguraría el Foro Energético, evento que se llevo a cabo a principios de este mes y que se llevarían a todos los representantes y expositores de PDVSA hasta que no se retiraran del mismo dos asistentes, Jorge Kamkoff y Nelson Navas, ex dirigentes y ejecutivos petroleros, que asistían al evento como simples ciudadanos. Claro que el Ministro desmentirá esta información, pero dados los antecedentes, no nos cabe la menor duda de que así ocurrió.

Esa es la “revolución bonita”, el socialismo del siglo XXI que vivimos los venezolanos. Ignacio Ramonet, Eva Golinger, Martha Harnecker, Danny Glover, Ernesto Cardenal, José Saramago, Cass Ballenger, William Delahunt, los integrantes del Black Caucus, Rigoberto Manchu, Pérez Esquivel, los religiosos de la congregación de Maryknoll y un largo etcétera que incluye las comitivas que acompañan a Rodríguez Zapatero, Ricardo Lagos y Lula da Silva, seguramente no han visto este rostro de la revolución.

(*): Politólogo

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba