Opinión Nacional

Venezuela gana con Capriles

Se ve, se siente, Capriles Presidente, es la consigna que no para de cantar todo el pais .Un pais que reboza de juventud hasta en su tercera edad, porque no deja de pensar y de amar la juventud de la libertad, del trabajo, de la salud, del progreso y el bienestar. La alegría de quienes emprenden el camino del progreso se contagia en todas las casas y calles por donde se escucha el mensaje del Camino. La diversidad de banderas de todos los colores, de todos los sectores, de todas las etnias y razas, de todas las músicas del más rico pentagrama, es abrumadoramente contagiosa. Con Capriles todos somos jóvenes, porque volvemos a soñar en el desarrollo humano de la nación, porque comenzamos a tener un único propósito, progresar y una sola consigna, ganar, porque todos somos triunfadores, “que nadie se quede atrás”.

El candidato Capriles es un campeón de la Paz, de la Educación, de las Buenas Costumbres. Por lo tanto es capaz de sumar, multiplicar y potenciar con un lenguaje fraternal, claro y diáfano como el joven y la mujer de nuestro pais a quienes interpreta porque porta sus más preciados valores en su humanidad. El representa a una nueva generación de líderes de equipos que se hermanan alrededor de objetivos y sentimientos comunes. Ese es el signo de los tiempos globales, que no alcanzan a leer los iletrados llenos de las consejas y complejos divisionistas del pasado .Eso que desprecian los continuistas e idólatras de la autocracia, es el factor que constituye su principal fortaleza. Con Capriles no somos uno, con Capriles somos todos. Ha dejado que el contrincante pelee con el espejo de su megalomanía pedante y egolatría patológica, porque no merece la procacidad y pequeñez de su lenguaje otra respuesta que la de si mismo y la de su dialéctica marxista trasnochada, la cual evidencia su perversa dualidad cuando acusa al contrincante de todas las fechorías que practica para sí. Pero el Pueblo ya no se come ese cuento, sino al contrario, su abusiva práctica ha servido mas bien para desnudarlo en toda su extensión y protervas intenciones.El águila autocrática, símbolo real de quien se cree imperio, se ha quedado sin presa en su rapiña y no le queda otro camino que depredar en su propio nido, como va a ser el escenario cuando derrotado trate de voltear la mesa institucional. Pero va a ser muy tarde, porque aunque el balcón sea el mismo, el Pueblo es otro .Y la Fuerza Armada, al momento del despertar que le dará el Pueblo con su voto, sentirá el resorte profundo de la constitucionalidad con la que fue creada y que se encuentra en su ADN institucional, porque volverá a ver flamear su bandera orgullosa sin rendirle honores y pleitesía a la del comunismo internacional ni a la de imperio alguno en esta tierra , que en su delirio planetario ha olvidado el Rapaz honrar. Porque tiene un espíritu tan pobre que solo tiene poder. Poder que ha usado para saquear el erario nacional y evaporarlo en cuanta ayuda internacional se le ha ocurrido, demostrando el patético divorcio en la campaña oficial de la política real del país que constituye el mapa de sus problemas, dejando indigente por millones al pueblo venezolano, secuestrándole cual pran grandilocuente el futuro. Pero ese secuestro express, termina el 7-0. Los jóvenes y las mujeres, liberarán a la Patria de su yugo .Por eso Venezuela gana con Capriles. Para que se acaben los cuentos y las cadenas. Y punto.

 

 

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