Venezuela: Ruido de sables
Desde el exterior un conocido me pregunta cuál es mi opinión sobre los rumores en cuanto a los militares en Venezuela, su supuesto descontento e insatisfacción y lo que pudieran estar pensando hacer. Le respondo que así como el petróleo es para mi, devoto de las exportaciones no tradicionales, un tema oscuro, el militar es una completa caja negra, sobre la que sólo tengo aproximaciones. Sin embargo, movido por la curiosidad, me doy cuenta de que en efecto son tantas las “noticias” que ahora corren, que cualquiera se atreve —por algo es una caja negra— a aventurar teorías e hipótesis. ¿Por qué no yo?
No cabe duda, en la fuerza armada se respira también un raro ambiente. Basta con conectar hechos; mejor dicho, como no tenemos una teoría para conectarlos, ni información que permita reducir incertidumbre, basta con colocarlos sobre una hoja de papel y que cada quien se aventure a elucubrar y darles un significado. Veamos por ejemplo algunas noticias y hechos:
– Venezuela rompe un “acuerdo” militar de muchos años con los Estados Unidos y en medio de afirmaciones y alertas acerca de una posible intervención militar norteamericana, se anuncia la compra de armas a otros países y la implantación de una nueva doctrina o estrategia militar.
– Un general, Hidalgo Valero, expone esa “nueva” doctrina, la de la “guerra asimétrica”, en un acto en el cual interviene el propio Presidente de la República, quien dio una especie de “clase magistral” sobre el concepto y afirmó que algunos rasgos característicos de la guerra asimétrica son: “… la aplicación de tácticas no convencionales, como la guerra de guerrilla y el terrorismo, con el propósito de generar desgaste en el adversario”. (El Nacional, 09 de abril de 2005, página A-3). ¿Habré entendido bien? ¿Dijo “guerra de guerrilla” y “terrorismo”?
– Días más tarde, otra vez el Presidente de la Republica, anuncia e instala en acto público, en el patio de honor de la Academia Militar, vestido de verde oliva y con boina de paracaidista, un contingente de “reserva” que dice que llegará a tener un millón y medio de hombres para finales de este año. Pone al frente del mismo un general activo, Aquiles Viloria, pero lo constituye bajo su mando directo, sin que sea regulado o regida su formación por la Fuerza Armada.
– Para complicar más el cuadro, en medio de la época —abril a junio— en que se discuten los ascensos militares anuales, aparece en la Gaceta Oficial de la Republica de Venezuela (Número 38.182 del 9 de mayo de 2005), el “pase a retiro” de 24 oficiales de la Fuerza Armada, entre ellos: Ramón Maniglia (Inspector General de la FAN) ; Armando Laguna (Comandante General de la Armada); Luís Alfredo Torcatt Sanabria (Director del Despacho del Presidente Chávez Frías) y Fernando Camejo Arenas (ex presidente de la empresa PDV Marina); inmediatamente el Ministro de la Defensa, general de tres soles y general en jefe Jorge Luís García Carneiro aclaró que se trataba de un “error”. Menudo error, como si se tratara del pase a retiro de un encargado de estafeta postal.
– Días más tarde, el propio Presidente de la Republica, en su programa dominical —de hace dos semanas— confirma que están apareciendo en los cuarteles algunos “panfletos” de carácter subversivo (¿Qué otro carácter pueden tener unos panfletos en un cuartel?), mismos que más tarde comienzan a circular por Internet y que dan cuenta de un “descontento” entre los oficiales y una disputa entre dos de muy alto rango, García Carneiro, Ministro de la Defensa, y Raúl Baduel, Comandante del Ejercito.
– Como si todo eso no fuera suficiente, el Vicepresidente da unas crípticas declaraciones (El Universal, viernes 20 de mayo de 2005) a la salida de un Gabinete Móvil, en Cumana, y advierte que “…los militares no apoyaran un golpe” y que lo que él esta diciendo “… no es un mensaje para los periodistas, sino para los que saben perfectamente lo que estoy diciendo». (?)
– Al día siguiente, el diputado del oficialista Movimiento Quinta República (MVR): León Heredia, integrante de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional (AN), se hace eco de la advertencia del Vicepresidente JV Rangel y va aun mucho más lejos al afirmar: “Los tenemos marcados, sabemos quiénes están metidos en líos. Pero se ha querido respetar el derecho a la defensa y al debido proceso. Disponemos de toda la información de inteligencia, aunque nadie todavía ha sido puesto a las órdenes de la Fiscalía Militar” (El Nacional, Sábado 21 de Mayo de 2005, A/4).
– Mientras todo esto pasa, en la AN se discute un proyecto de ley orgánica de la Fuerza Armada Nacional, que está listo para ser llevado a la plenaria y que entre sus artículos polémicos, ya aprobados, algunos se refieren al también polémico tema de la “reserva militar”, que ya hemos mencionado; según algunos entendidos, lo aprobado hasta el momento, implicaría la creación de un componente paralelo a la Fuerza Armada regular y más aun, según algunos entendidos, el comando de la “reserva” podría controlar las acciones operacionales y administrativas de los jefes de las zonas militares. No se si eso será cierto o parte de la paranoia, que es mucha, pero lo que si es cierto, es que la Ley aprobada crearía cuatro viceministerios más, que a la larga, según lo mal pensados que somos algunos no tan entendidos, no es más que buscar cargos en donde colocar algunos molestos “jarrones chinos”, a los que se deja sin mando de tropa, pues ya las embajadas no alcanzan.
Todo esto, hasta para un lego como yo, denotaría una cierta desconfianza del Presidente de la República sobre la posición del sector castrense frente a su Gobierno. ¿Quizás por ello será que el Presidente esta instando al Alto Mando a que en los cuarteles se discuta el socialismo, buscando una reideologización de la Fuerza Armada? La verdad es que no se si la intención es asustar a alguien, pero lo están logrando, lo que no se bien es: ¿A quién?
En lo que a mi respecta, en medio de mi ignorancia, he llegado a algunas conclusiones, probablemente erradas, pero mías. La primera es que cada día acepto más a los militares, pero retirados. Me parece que es en ese momento —cuando pasan a retiro— que se convierten en personas a quienes se les puede tomar en cuenta, de manera seria.
Otra conclusión a la que he llegado, observando su desempeño y omisiones en los últimos años, es que creo que es un error pensar que este ejército que hoy tenemos es el de los Libertadores. Creo que nada tiene que ver con él, ni en ideas, ni en tradición, ni en historia. Este no es más que los residuos de las “montoneras”, con las que acabaron Cipriano Castro y su compadre Juan Vicente Gómez, pero que al hacerlo, mataron también el espíritu y alma del ejercito independentista y Libertador y crearon un ejercito centralizado, no sin alma, sino con una a su imagen y semejanza, es decir a la de un tirano dictador.
Luego lo modernizaron —a partir de López Contreras— y finalmente lo sometieron al control civil, del estado civil —a partir de 1958— pero con la misma alma que le infundió Gómez. La «modernidad» que le insuflaron y el control de los ascensos por el poder civil, lo obligaron a someterse a sus designios y caprichos y al crecer la corrupción, nos dejó lo que hoy tenemos y hemos visto en estos seis años en todo su esplendor. Me pregunto, ¿Para que queremos una Fuerza Armada así?, ¿De que nos defiende, si la guerrilla y el narcotráfico actúan a sus anchas por el país? Sí además ciertos “efectivos militares”, dependiendo bajo las ordenes de quien estén, reprimen o no reprimen a la población, sin mirar principios o atender razones.
Creo que al igual que los partidos actuales, tampoco tiene remedio la Fuerza Armada y debe ser eliminada. En mi ignorancia, lo confieso, pienso que con una policía de fronteras y antinarcóticos debe ser más que suficiente. Por temor a un juicio por vilipendio a la Fuerza Armada, dejo hasta aquí la explicación; a la imaginación de cada quien el resto y que me disculpe mi amigo del exterior.
(*): Politólogo
