Opinión Nacional

¿Venganza o movida política?

Desde hace tiempo tenía la intención de ocuparme de la forma en que el chavismo trata el periodo previo a su llegada al poder en febrero de 1999. Todos los venezolanos recordamos que, desde esta fecha, los 50 años entre el restablecimiento de la democracia en enero de 1948 y su desenvolvimiento hasta la elección de Hugo Chávez Frías como Presidente de la Republica fueron tildados del periodo del “puntofijismo”, del “ejercicio excluyente del poder por la burguesía y la oligarquía” y del “tutelaje política por el imperio”, entre otros epítetos igualmente denigrantes. Sin embargo, siempre surgieron hechos y acontecimientos que me llevaron a comentarlos y por ende a postergar cumplir con esa intención. Pero hoy, lunes, apareció en la prensa una nota que me recordaba aquella intención: decía que la fiscal general había señalado que “los fiscales que adelantan investigaciones en torno al Caracazo han encontrado pruebas para imputar a funcionarios de la época, entre ellos a Ítalo Valle Alliegro, ministro de la Defensa para ese entonces”. Ello me hizo recordar que hace algún tiempo el régimen había formado una “Comisión de la Verdad” encargada de investigar los “crímenes” de la era puntofijista.

No es la primera vez y no será la última que un régimen que llega al poder, especialmente cuando se autoproclama “revolucionario”, crea su primer enemigo al señalar que el que lo precedió fue decadente, antidemocrático, incapaz, sin apoyo popular, corrupto etc., máximo cuando se autoproclama “revolucionario”. El chavismo no fue una excepción: absolutamente todo lo que había pasado entre 1948 y 1998 fue malo, empezando por el Pacto de Punto Fijo y llegando a los gobiernos de la década de los 90. Solamente los movimientos y acontecimientos contra la democracia merecieron otra apreciación: la guerrilla de los años 60 y 70, el Caracazo y los dos intentos de golpe militar en 1992, marcados como antecedentes de la “Revolución Bolivariana”.

A mí siempre me ha sorprendido que Chávez y sus seguidores incluyeran al Caracazo en febrero de 1989 en esta lista como un episodio germinal de la Revolución Bolivariana. La mayoría de los analistas políticos y de los “opinadores” lo calificó como un acontecimiento anárquico, resultado del anuncio del Presidente Pérez de una nueva política económica con implicaciones pesadas para el pueblo, como una devaluación de la moneda nacional, el aumento de precios y especialmente el aumento del precio interno de la gasolina. Para otros (entre los que me incluyo) fue el resultado de las frustraciones económicas y políticas acumuladas durante la década de los 80, que había percibido y descrito como de regresión democrática en comparación con el periodo anterior. Hace algún tiempo, pero en el presente, algunos lo calificaron incluso de un intento revolucionario estimulado por invitados cubanos que habían llegado para la lo que se llamó “la coronación del Presidente Pérez” después de las elecciones de 1988.

Con estos precedentes la afirmación de la Fiscal no es sorprendente, pues ella comparte plenamente la interpretación chavista de la era de vida de la democracia. En más de una oportunidad se refirió Luisa Ortega Díaz a este periodo de nuestra historia en los mismos términos que el liderazgo de la “Revolución Bolivariana”, incluido el Presidente Hugo Chávez Frías. Ella fue más lejos al señalar personas que habían tenido cargos en el gobierno del momentum del Caracazo como actores, entre ellos en lugar prominente al General Ítalo Valle Alliegro. Y “la Comisión de la Verdad” era (¿y es?) para ella un grupo encargado de desenmascarar los que habían promovido el Caracazo.

Pienso que a estas alturas de nuestra historia contemporánea pocos venezolanos comparten la interpretación del periodo pre-chavista, incluido del Caracazo. Con el cambio de la opinión de la gran mayoría del pueblo venezolano, muchos seguidores y votantes del chavismo incluidos, interpreta el periodo de 1948 hasta el inicio de la regresión democrática a comienzos de la década de los 80 como un periodo de una democracia realmente existente. Ello no quiere decir que esa mayoría desee su restablecimiento, pues ha aprendido e internalizado, precisamente por las ejecutorias totalitarias y excluyentes del “Proyecto Bolivariano”, que lo que tenemos que anhelar y construir es una democracia que incluso no tiene los defectos de aquella democracia, por cierto bastante menos nefastos que aquellos en los que nos ha envuelto el “Socialismo del Siglo XXI”. Al respecto una sola pregunta: ¿De quién es la culpa de los miles de muertos por la violencia contra la enorme cantidad personas en estos 14 años?

Para responder me pregunta inicial: No es venganza, es una simple movida política que, por cierto, es, como tantas otras, el único instrumento que tiene el régimen para mantenerse en el poder.

 

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