Vergüenza Nacional

El lamentable episodio que vimos en la Asamblea Nacional en días pasados me permite reflexionar sobre un tema que va mas allá de la política y cuyas causas están mas vinculadas a la educación de las personas que con la ideología que profesan. A lo largo de los años he conocido hombres y mujeres con distintas visiones de mundo en muchos países, con rectitud y firmeza en sus convicciones pero con una característica común , una profunda educación y tolerancia en el trato a otras personas independientemente de sus credos, raza o posición económica. Son seres humanos con altos grados de civilidad que la exponen en sus vidas publicas y privada.

Lo que el mundo vio que paso en nuestro parlamento son una serie de imágenes que hacen recordar que somos un país rezagado en principios morales. Las causas del subdesarrollado de las naciones tienen evidentes motivos económicos, pero no tengo duda de que falta de valores éticos, costumbre y respeto por los demás, puede ser tan grave o perjudicial, como la escasez de industrias, de recursos naturales. Nadie niega que la corrupción a todos los niveles es una de las grandes tragedias que nos ancla en una de las variables que nos aleja del desarrollo. La fragilidad legal cuando existe sin duda a quien más beneficia es a quienes no tienen moral, ni valores.

No importa cuanto pongamos en el papel si quienes incumplen las leyes y tienen que hacer cumplirlas se encuentran el espacio de la complicidad de las conductas sin ética. Lo que vimos en la casa de las leyes de Venezuela es una vergüenza que hiere nuestro ego como nación. La barbarie se apodero esa tarde de nuestro gentilicio.

No recuerdo los orígenes de la noción del valor ético y que en la vida se centra en algo relativamente fácil que permite concentrarnos en creer entender lo que es bueno y lo que es malo. Lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto, entre el ser y él deber ser. Lo que sí percibo es que actuar en conformidad con valores lo hace a uno sentirse relativamente cómodo. Cierto es que no existen dosis de moral y de ética. No se puede tener un poco, algo o mucho. Se actúa correctamente o no.

La ecuación es relativamente simple. Hay cosas que están bien hechas y otras no. Hay conductas correctas y otras que no. Hay actitudes en la vida que van mas allá de satisfacer nuestro ego y se convierten en patrimonio de quienes nos rodean. Los individuos siempre sabemos al tomar una acción lo que esta mal y lo que no esta. Ese si es un don que poseemos. Cuando a la justicia la tratamos de arropar con argumentos, solo nosotros sabemos si somos justos o no.

En un país como él nuestro, cuando los niveles de corrupción, no solo son el producto del aprovechamiento para beneficio propio de los recursos del estado, sino cuando la corrupción llega hasta las entrañas de nuestra manera de actuar ante nuestro entorno, con indiferencia, con despotismo, con viveza, esa que alabamos como «criolla», la tragedia ya no es solo lo de algunos, sino la de la colectividad en su conjunto. Sin duda, es allí en donde los tiempos de cambio en Venezuela no pueden ceder. Debemos recolectar de la historia no solo los acontecimientos negativos, sino algo más importante que es la recolección de los valores, de la manera de ser, de actuar, de respetar, que sin duda en Venezuela en algún momento ha servido para marcar el estilo y la manera de abordar nuestra conducta ante lo que nos rodea.

Las imágenes de la Asamblea las debería de retrasmitir por algún tiempo, sin triquiñuelas, sin edición y trampas comunicacionales para que veamos a quienes consideramos los mejores hombres y mujeres de nuestra patria sumergidos en tremendo bochorno. Necesitamos dirigentes políticos de altura ,nobles ,respetuosos del otro, de todos y fundamentalmente incapaces que agredir a ningún ser humano por pensar distinto, ni con las manos ,ni con el verbo. No votamos por ellos para que sean agredidos y menos agresores.

@bernalette1