Opinión Nacional

Vergüenza Universitaria

Escribo este paraninfo el jueves por la noche, justo cuando estoy oyendo a un teniente coronel en cadena desde el teatro Teresa Carreño reunido con unos supuestos dos mil estudiantes universitarios. La sangre me hierve, me siento lleno de dolor, de rabia, de tristeza, no sé realmente cual es el verdadero sentimiento que siento. Le digo a mi señora, mi amor pellízcame, para ver si estoy despierto, porque esto no puede ser verdad. No puede ser que en mi país estemos pasando por esto. Un energúmeno diciendo y haciendo cosas difíciles de creer que puedan ser dichas y hechas por alguien que detenta la primera magistratura de un país y que llegó a ella por el voto popular. Un país que parió hombres de la talla de Miranda, Bolívar y Sucre, militares valientes; de civilistas como Bello, Rodríguez, Vargas, Gallegos, Andrés Eloy y Betancourt; de universitarios como Pizani, De Venanzi, De Armas y Perucho Rincón, por solo mencionar algunos. Venezolanos probos, íntegros, idóneos, nacionalistas, cultos, respetuosos. Que dejaron una profunda huella en nuestra historia, cada uno en su época y según su condición. Ese país ha parido también a esto que tenemos hoy en día disque dirigiendo los destinos de la patria. No puede ser, pero lo es.

Viendo a esos jóvenes supuestamente universitarios dando saltitos afeminados acompañando a un teniente coronel y a varios de sus ministros me remonto a mi época cuando yo era presidente de la Federación de Centros Universitarios de la U.C. y se me hace inconcebible pensar que mis compañeros de liderazgo universitario de todo el país y los propios compañeros de todas las universidades hubiésemos dado ese triste espectáculo. Éramos universitarios en todo el sentido de la palabra. Contestatarios, críticos, rebeldes, revolucionarios de verdad, verdad. Miembros o no de diferentes partidos políticos pero nunca rendidores de culto a un presidente y menos aun a un militar y por añadidura golpista, por más revolucionario, socialista e izquierdista que se autocalifique. Los militares y los universitarios, conceptualmente, somos como el aceite y el vinagre, imposibles de mezclar. A los militares se les entrena para matar; la universidad forma para la vida. El militar debe obediencia ciega a sus superiores; el universitario es un eterno buscador de la verdad.

Lástima dio ver a esos supuestos universitarios dando vítores al militar felón. De la UCV, un grupo; de la ULA los mas, capitaneados por un ilegítimo presidente de la FCU-ULA. Escuálida representación de LUZ y UDO. Pero algo me consoló, solo una veintena de supuestos estudiantes de mi universidad, la Universidad de Carabobo y ninguno de la UNEXPO, la universidad donde fui rector fundador. Muchos de una tal universidad Bolivariana y UNEFA. Me atrevo a asegurar que la inmensa mayoría de esos supuestos estudiantes universitarios estaban allí pagados y muchos haciendo turismo en la capital.

El acto nos dejó ver, en forma clara e irrefutable, que en nuestras universidades no hay chavismo. De mas de 500 mil universitarios, entre autoridades, docentes, estudiantes, empleados y obreros, solo ese puñito de dos mil supuestos universitarios haciendo ese triste papel en el Teresa Carreño. Por cierto que al mencionar a Carreño, recuerdo al autor de la buenas costumbres, sobre todo cuando el militar se metió el dedo meñique en el oído y olió lo que extrajo de su interior.

Luego vendría el ataque al imperio, la burla a organismos internacionales y gobiernos democráticos, y el reiterativo discurso histórico-personal y el anecdotario ya gastado. El  triunfo “democrático” sobre RCTV. Una pita para el Senado del imperio y una repita para el Parlamento Europeo: uh, uh, uh. A tumbar las puertas de las universidades si ellas no se incorporan a la revolución, al proceso socialista. La autonomía soy yo, igual que el Estado. Después vendrían los grandes anuncios. Apruébese la nueva ley de Educación Superior, ya, vía emergencia parlamentaria. Voy a crear 28 “universidades”, una para cada especialidad. Y la universidad universal qué. Voy a transformar todos los tecnológicos y colegios universitarios en “universidades politécnicas”. Fidel te cambio profesores por barriles. Y el bozal de arepas para los que vivimos de ese sector. Aumento de sueldos, vía me da la gana, a obreros, empleados y docentes. Pago de todas las deudas. Aumento de las becas y de los autobuses y de los comedores. Petro-chequera comprando conciencias. Y el más significativo anuncio de excelencia académica: se acabó la prueba de actitud académica. Llegó la lidia del quito toro de la tarde: puerta franca para ingresar a las universidades. Universidades o cuarteles. Sombra sobre nuestras casas. Qué egresará de ellas. Ahora si tendrá vigencia aquello de pasaron por la universidad pero la universidad no pasó por ellos. Patria, socialismo o muerte.        

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