Votar o no Votar
Faltando escasos días para un nuevo evento electoral, un difícil dilema se presenta para quienes defendemos la democracia como el mejor sistema de gobierno (a pesar de sus imperfecciones siempre corregibles). Se trata de decidir entre quedarnos en nuestras casas el próximo 7 de Agosto, como un mecanismo de protesta pasiva, o salir a escoger a nuestros representantes en los Concejos Municipales, apoyando mayoritariamente a quienes estén mejor preparados para ejercer estos cargos, cerrándole el paso a los mediocres y oportunistas que hasta ahora han ocupado las concejalías, buscando sólo su beneficio particular, diciéndose revolucionarios y comprometidos con un proceso, que hasta ahora no ha hecho más que vender falsas ilusiones, demostrando una evidente incapacidad para resolver de raíz, los problemas de la gente.
Es comprensible la desilusión y rabia de muchos ciudadanos ante un Consejo Nacional Electoral (CNE), cuyo Presidente durante todo su desempeño como miembro del árbitro comicial, no ha hecho otra cosa que defender los intereses del oficialismo y entorpecer las peticiones a las que tiene derecho todo ciudadano u organización política, sólo por formar parte de la oposición. Hay además una convicción, plenamente justificada, de que nuestro voto no va a ser respetado, dado que no resulta confiable el sistema de las máquinas y el CNE, encabezado por el hijo de un revolucionario del mismo nombre, mantiene su “terco empeño” de no auditar adecuadamente el sistema, como muchas veces hemos denunciado en esta columna. Además tenemos un Registro Electoral ilegal, impugnado ante el Tribunal Supremo de Justicia por el partido Copei, y cuya nulidad fue negada por un mero formulismo. Con todo y esto, quienes estamos en política no podemos rendirnos y “tirar la toalla” sin dar la pelea, siempre en el terreno democrático. Quienes llaman a la abstención es porque, o bien no tienen una organización que defender en todos los municipios del país y nada tiene que perder retirándose de la elecciones, o bien porque no tiene un solo alcalde que deba ser protegido de una mayoría de concejales contrarios a su gestión, que entorpezcan su actividad en beneficio del pueblo. Los resultados de octubre pasado, demuestran que muchas gobernaciones y alcaldías se perdieron, por la falta de participación de los ciudadanos opositores al régimen, por lo que hoy tenemos unos alcaldes y gobernadores inexpertos e incompetentes, que no han hecho más que agravar los problemas de la gente y que, llenos de soberbia por el ejercicio del poder, se niegan a atender al ciudadano, que con justicia acude a ellos a reclamar sus derechos.
Por todo ello requerimos a partir del próximo día siete de agosto, una nueva correlación de fuerzas en los Concejos Municipales, que sirva de contrapeso a esos “alcaldes revolucionarios”, quienes sólo han demostrado incapacidad e ineficacia en el ejercicio de sus funciones. Si no damos la pelea en el terreno democrático, luego no tendremos derecho a reclamar. Por ello es necesario salir masivamente a votar, aunque luego tengamos que salir masivamente a defender nuestros votos. Que así sea.
