¿Y después del 26S-10?
Para unos se consolidará el régimen socialista del siglo XIX reciclado en el XXI.
Para otros será una victoria que permitirá superar y olvidar (¡al fin!) todas las derrotas, para proceder a la reconstrucción de Venezuela, una vez derrocado el GP en el 2012.
Se apela en este caso a la subjetividad que sirve para el auto -engaño y no admitir la dura realidad que se vive.
En este ex-país está instalado el equivalente a un régimen de fuerza, que llaman socialista y que cuenta con el respaldo de la institucionalidad democrático-constitucional.
Una ‘locura de revolución’ sin actores definidos. Nadie la señala como revolución del proletariado o el campesinado. Sólo se declara que ser rico es malo.
Pero a la vez es ‘la revolución’ del militarismo, los boliburguerianos, con las mejores relaciones con el capital y el imperio. A la Chevron (Bush) se le acaba de entregar buena parte de la franja petrolera del Orinoco y se cumple religiosamente con el servicio de la deuda y la cuota petrolera.
Esto ocurre en un régimen, que se junta al camino cubano para producir VENECUBA. Una realidad que ajusta la maquinaria electoral -vía fraude-trampa- a los intereses revolucionarios. Porque es absurdo pensar una revolución con las mismas elecciones de la democracia burguesa, oligarca e imperialista.
Y mientras la ‘revolución’ aplica su paz de la violencia, la lucha de clases, represión de diferentes tipos y niveles contra los adversarios ‘al proyecto’, y amenaza permanentemente con profundizar la revolución para cerrar cada vez más el espacio a la disidencia, ‘las oposiciones’, enfrentadas o unidas, sólo transitan la vía electoral.
Por ello, en este cuadro de violencia, por ahora electoral, ¿se permitirá a las ‘oposiciones’ obtener la mayoría absoluta de la AN para derogar ‘las leyes de la revolución’ e ir por el jefe del circo socialista del siglo XXI?
Se concederán los curules de la legitimación y barniz de democracia. Pero en el caso (negado y vuelto a negar) de un imprevisto, tendrán el ‘recurso revolucionario’ del 348 de la CN para eliminar la AN y convocar una constituyente.
El único peligro radica en el descontento del colectivo ¿Se juntarán entonces, Sancho, los malestares políticos a los del hambre-luz-agua-inseguridad para enfrentar, con la incorporación incluso del 50% de no alineados, a este gran y creciente desmadre?