Y qué debe hacer la oposición?
Se avecina una nueva una elección presidencial. ¿Qué debe hacer la oposición?, ¿hacerle caso a los pseudo-radicales del 1% (y que sobreestiman su fuerza por culpa de Twitter)?, ¿caer en el peine chavista y pelear contra las paredes institucionales buscando que se cumpla la Constitución?, ¿seguir exigiendo que Chávez regrese o que se publiquen sus exámenes médicos?, o ¿prepararse y ponerse a trabajar desde ya para mejorar sus posibilidades de cara a esas cercanas elecciones presidenciales? La oposición debe plantearse la inquietud acerca de cómo conseguir más votantes, ¿si gerenciando y haciendo campaña desde los pueblos o peleando por los medios de comunicación y pidiendo justicia en un país donde esa señora no es ciega?
Dentro de la oposición hay mucha gente perdiendo tiempo pensando que Chávez no está, que si la firma electrónica no es válida para nombrar a Jaua canciller, que si Maduro y Diosdado se tienen odios, que si el parte médico, que si el PSUV, etc. ¿Por qué no enfocar esa energía en trabajar para tratar de ganar la próxima elección?, la consigna debe ser trabajar, no perder el tiempo en preocuparse por los problemas internos de la otra parte de la ecuación política venezolana. Para nadie es un secreto que hoy las instituciones responden a una línea partidista, por lo tanto hay que poner el doble (o el triple) del esfuerzo para generar el cambio necesario que requiere el país. Llamar a marchas o protestas como quiere un pequeño pero bullicioso sector, hacer denuncias estériles (nunca serán procesadas) o esperar que la OEA, ONU o EEUU nos hagan la tarea que nosotros debemos hacer, es entregarse a una segura y merecida derrota.
Debemos recordar que por cada acto «radical» de la oposición, se le entregó en bandeja de plata al gobierno alguna institución: Paro Petrolero= Pdvsa roja rojita, Plaza Altamira= Fuerzas Armadas sin voces disidentes, Abstención= AN completamente chavista y gobernaciones (y recursos de estas) en manos de seguidores del gobierno. ¿No es suficiente evidencia que el camino no es radicalizarse, sino pensar con inteligencia y demostrar que con este lado en el gobierno el país sería uno muy distinto y mejor?
Según algunos estudios dentro del chavismo sólo el 70% conoce a Maduro, el cual evidentemente no tiene el carisma ni el verbo del presidente Chávez. Obviamente partirá como gran favorito para las elecciones: cuenta con todo el poder y dinero del Estado venezolano, con el principal partido político del país unido en torno a su causa, y por sobre todas las cosas con el aval de haber sido designado el sucesor del líder (amén del uso que le harán a la imagen del otrora presidente en la campaña). Sin embargo el endoso de los más de 8 millones de votos del Presidente Chávez el 7O no será automático, por lo cual el candidato de la oposición tendrá chance. Y esa oportunidad dependerá mucho del trabajo que la oposición en pleno, unida y no cayendo en trampas, deberá acometer en las próximas semanas.
La oposición debe enfocarse en los verdaderos problemas del venezolano, mostrarle al votante que puede estar mejor y que la actual situación del país no es ni sustentable ni la deseable. Es primordial distanciarse del enemigo político, mostrando los nefastos resultados económicos obtenidos bajo su modelo en Venezuela (por ejemplo haciendo hincapié en el hecho que con la gran bonanza petrolera que hemos tenido, muchos venezolanos hoy no deberían estar en la pobreza y sí tener un trabajo que les brinde mejores posibilidades).
La estrategia de la oposición debe ser trabajar, empezar YA a marcar diferencias con un modelo económico-social fracasado, no perder tiempo en estupideces o haciéndole caso a viudas (o dinosaurios) del pasado. La tarea no es fácil, pero nadie dijo que salir de esto era sencillo.
