Opinión Nacional

¿Y tú qué eres: heterosexual o gay?

Es increíble cómo la comunidad “gay” ha abarcado desde la iglesia y la política hasta las más excelsas profesiones. Así como ha sido reconocida en muchos países mediante la formalización del matrimonio civil.

Perseguidos por una sociedad hipócrita y corrupta, a los “honestos” se les da cabida si aparentan ser heterosexuales o practicantes del catolicismo u otra religión reconocida. Ser “gay” en ciertos países es una “raya”.

No puedo -como ser humano sensible y lógico- opinar que las personas que tienen una ambigüedad sexual, por sentirse inclinadas a su mismo sexo en lugar de al sexo opuesto, sean catalogadas de pecadoras y tratadas como si sufrieran de sida, alcoholismo, drogadicción, degeneración o enfermedad contagiosa.

En mi opinión, quienes deben ser excretados de la sociedad son aquellos que corrompen a sus semejantes e instituciones de diferentes formas. Es común ver esto en la política.

“Una cosa es la libertad y otra muy distinta el libertinaje”, decía mi madre.

Las cosas deben hacerse con el debido respeto por el prójimo. Aún existen aquéllos que no entienden, que prefieren disentir y perseguir, viviendo de apariencias e ignorando la realidad del mundo al más puro estilo “machista”.

Quienes empezando la vida adulta, se sientan atraídos hacia personas de su mismo sexo, corroborando que desde pequeños fue así y disimulándolo por temor a represalias; deben tomar una decisión. Deben ser ellos mismos, comportándose de manera responsable con respecto a su orientación en la sociedad en la que se desenvuelven.

Los “gay” son seres humanos extremadamente sensibles al rechazo social; más que cualquiera que se considere heterosexual.

Los curas que violan a sus estudiantes son degenerados; las mujeres casadas que tienen sexo con sus amigas, son hipócritas; así como los hombres casados que visitan los bares “gay ” para experimentar.

Los padres que al enterarse de que su hijo es “gay”, deciden botarlo de la casa por “el qué dirán”, enviándolo a una escuela correccional en donde le aplican “electro-shocks” y hormonas para tratar de cambiarle la orientación sexual; están atentando contra sus derechos humanos.

Estos temas no se discuten abiertamente en nuestros países. Sin embargo los “gays” existen en forma genética, prefiriendo ser ignorados por muchos progenitores.

La religión Católica que practico en la “Renovación Carismática”, reza en uno de sus mandamientos: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Dejemos la hipocresía y falsedad de lado y abramos un espacio serio y comprometido en la sociedad, aceptándola como realmente es y no como nos dijeron que debía ser.

Aceptar al tercer sexo, cuando el mismo es creado por Dios y no por modas o provocado por exceso de drogas o alcohol, es fundamental. Investigando como heterosexual y cristiana con amplio criterio, opino que debemos sincerarnos.

¡Basta de hipocresía! La sociedad a nivel internacional está compuesta por mujeres, hombres y “gays”. Démosle “aceptar”, empezando por nuestro Presidente quien ha hablado efusivamente de la importancia entre tener concubina -ahora primera dama- a no tener pareja, comparándose con el líder opositor.

No conozco la orientación sexual del aguerrido Henrique Capriles, pero está tratando por todos los medios de sacar a Venezuela del caos. ¿Nos importa saber con quién duerme?

¿Y tú qué eres: heterosexual o gay?

 

@maureengubbins

 

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