Opinión Nacional

Yo tengo fe

A diferencia de otros, a mí no me cabe duda de que el presidente Hugo Chávez está convencido de que el proyecto que tiene entre ceja y ceja es el mejor para el país. No creo que sus intenciones sean tan egoístas y básicas como perpetuarse en el poder y mucho menos le atribuyo malas intenciones. Para mí el Presidente no sólo es buena persona, sino que tiene una gran sensibilidad social.

No obstante, también tiene, como toda persona, sus áreas oscuras que se explayan a sus anchas cuando, por ejemplo, se burla de quienes no lo siguen, insiste en reducir en «buenos y malos» a quienes amamos este país, expresa de la manera más coloquial su rabia -que otros pueden interpretar de manera violenta- o cuando lejos de buscar la unidad frente a la desgracia, saca provecho político de ella. Eso sin contar las veces que hace el ridículo frente a todos por querer controlar cada detalle, incluso, de las transmisiones de sus cadenas audiovisuales.

Si toco este tema es porque el Presidente aludió en estos días a un elemento muy subjetivo, pero que nos marca a todos: el ego. Una de las expresiones de la individualidad que pocos pueden definir, pero que la mayoría podemos «experienciar».

Cuando veo la desesperación que acogota a muchos, la esperanza que brilla en los ojos de otros, la incomprensión de nuestras realidades de parte y parte, apeló a mi fe. Creo que nuestra sociedad ha estado muy enferma durante mucho tiempo y muchos no nos habíamos dado cuenta. La medicina que hemos tomado nos ha hecho expulsar muchos cuerpos negativos: intolerancia, desprecio por el otro, violencia, insultos, y más. Como cualquier organismo hubo quien no aguantaba la cura y decidió que mejor era cortar el tratamiento (el golpe de estado) con lo cual más bien sufrimos una recaída. Yo confío, entonces, en que, a la larga, el proceso que vivimos nos hará crecer como sociedad y podremos realmente ser solidarios, corresponsables y estaremos más atentos a ser útiles a los otros, más que a nosotros.

Pero sabemos que la lucha contra el ego no es fácil. Esa vocecita nos susurra a cada rato y nos hace creer que tenemos derecho a todo, incluso atropellar al otro.

La historia de la humanidad está llena de ejemplos y es lo que, a mi juicio, pasó esta última semana en la AN. Los diputados se indigestaron de leyes -la mayoría demandaba al menos la práctica del parlamentarismo de calle- y además se pasaron de golosos al otorgarle la Habilitante al Presidente por 18 meses y no por un año como él había solicitado.

¿Qué razones políticas hay para pretender imponer a todo el país la visión que tiene una parte, y que de acuerdo con los resultados del 26S no es mayoría? Las que hay no justifican la arbitrariedad. Algunos esperábamos un poquito más de audacia política, no el lugar común del abuso del poder, al que ya nos tienen acostumbrados.

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Mi Niño jesús

Querido Niño Jesús:

Este año te pido que nos ilumines a todos para meter menos la pata; que toques los corazones para que dejemos de estar atacándonos; que nos des fortaleza para unirnos, pese
a las diferencias, y enfrentar los retos que tiene el país; que aquellos que hoy no tienen vivienda digna la obtengan
y puedan desarrollar la experiencia de familia; que nuestras rabias se reviertan y que el amor y la solidaridad que todos podemos dar encuentren los caminos adecuados para expresarse. Que haya consuelo para los que sufren pérdidas y que nuestros corazones no den cabida a los malos sentimientos. Que El Ávila siga floreciendo de verde y que podamos cuidar más nuestro ambiente.

Si se me quedó algo en el tintero tráenoslo también.

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