Opinión Nacional

Yugoslavia: sobre los fines y los medios de la guerra

Lo primero que podría preguntarse un observador imparcial es por qué a Milosevic le fueron planteadas condiciones que sólo un suicida político podía aceptar. De haberlo hecho, él debería haber sido procesado inmediatamente por alta traición a los intereses nacionales.

«La cuestión de la relación entre los fines y los medios de la guerra de Yugoslavia es una de esas cosas, que ahora no tiene sentido discutir. A su debido tiempo sabremos la respuesta», anunció recientemente Ralf Darhendorf (El País, 09.05.1999). Según él, «cuando el régimen de Milosevic comenzó a masacrar a albaneses para «purificar» toda la provincia, se llegó a un punto en el que tuvimos que decir «BASTA YA». En términos geopolíticos la guerra no tiene mucho sentido, cree el autor. Y prosigue: «el objetivo de la guerra en Yugoslavia es claramente la seguridad y la supervivencia de unos seres humanos, que se ven amenazados por un nacionalismo agresivo».

Es difícil coincidir con la opinión del profesor Darhendorf. Creo, sin embargo, que sí debiésemos discutir sobre la relación entre los fines y los medios en la guerra de Yugoslavia. Y sería útil hacerlo precisamente ahora, antes de que el conflicto se profundice y extiende aún más. No después, ni «a su debido tiempo», porque entonces podría ser irremediablemente tarde.

Los medios de la guerra los estamos observando diariamente en la pequeña pantalla. Estos no son sólo los aviones y los cohetes de la OTAN, y los puentes y casas destruidos. Medios de la guerra son la política de limpieza étnica y los cientos de miles de refugiados albanocosovares en los campos de Albania y Macedonia. Medio de la guerra fue el asesinato deliberado de los periodistas de la televisión nacional serbia, que daban una versión diferente a la de la OTAN y CNN. Medios de guerra son también los «errores» como la destrucción del tren de Leskovatz, el convoy de los refugiados albanocosovares en la carretera de Prizren, el autobús cerca de Pristina o la embajada china en Belgrado. Sólo en estos cuatro «errores» las víctimas (o los daños colaterales, como suelen llamarlos los funcionarios de la OTAN) superan las 180 personas. Medios de la guerra se podrían considerar las conferencias de paz en Francia y muchos de los medios de información que silenciaron por una u otra razón el anexo «B» del acuerdo de Rambuillet. Según este anexo, el personal de la OTAN tendría acceso libre e irrestricto no sólo en Kosovo, sino en todo el territorio Yugoslavo, plena inmunidad contra arrestos e investigaciones, uso gratuito de los aeropuertos, puertos, ferrocarriles, acceso a todo el espectro electromagnético. El personal de la OTAN tendría además derecho de «arrestar individuos» y entregarles a autoridades correspondientes.

Lo primero que podría preguntarse un observador imparcial es ¿ porqué a Milosevic le fueron planteadas condiciones, que sólo un suicida político podía aceptar?. De haberlo hecho, él debería ser procesado inmediatamente por alta traición a los intereses nacionales. Y segundo: ¿por qué, como correctamente observó el director del Real Instituto Militar de Londres, estas condiciones no fueron divulgadas? Podrían surgir muchas otras interrogantes: ¿por qué no fueron tomadas en cuenta las advertencias de los expertos militares en relación a que la primera reacción de Milosevic a los bombardeos sería la limpieza étnica?. ¿ Podría la OTAN salvar a los albanocosovares con bombardeos sobre Kosovo?. ¿O sobre la minoría étnica húngara? Por mucho que nos esforzamos en creer que Milosevic había planeado la limpieza étnica con anterioridad, hay que reconocer, que la catástrofe humanitaria se produjo no antes, sino después de la intromisión de la OTAN. Si Milosevic es el principal culpable de la situación, ¿porque la OTAN no comenzó el ataque destruyendo de golpe todas sus residencias? Una de estas residencias por cierto fue atacada, pero sólo después de que el mando de la OTAN estaba seguro, que estaba vacía. Al mismo tiempo, sin previo aviso, fue destruida la televisión estatal serbia, un objetivo militar «valido» según el portavoz de la OTAN, matando 16 periodistas y técnicos.

«En términos geopolíticos la guerra no tiene mucho sentido», afirma Ralf Darhendorf. Según él, la seguridad de Europa no se ve directamente amenazada por el asesinato en masa y la expulsión de personas de los Balcanes. Los dos puntos son discutibles. Hace algún tiempo Zbignew Brzezinski en su libro «El gran tablero de ajedrez» advirtió que «la unida y poderosa Unión Europea va a convertirse en el principal adversario político de los EEUU». Según el mismo autor, la OTAN es el «mecanismo principal del ejercicio de la influencia norteamericana sobre los problemas europeos». En este plano se puede plantear la lógica pregunta si los EEUU realmente van a querer resolver los problemas en el entorno de su «adversario político», o al contrario van a intentar profundizarlos.

La desestabilización de los Balcanes significa la ruptura de vias de transporte y abastos de suma importancia para Europa. No parece casual la destrucción de casi todos los puentes serbios sobre el Danubio, lo que ha interrumpido la principal arteria fluvial europea. Un conflicto duradero en los Balcanes creara serios problemas para la Unión Europea – humanitarios, económicos, militares. Tal conflicto frenará todos los proyectos de transito de gas y petróleo caspios hacia el continente Europeo, privando la economía europea de los potenciales proveedores de energia caspios y haciéndola mucho menos competitiva frente a los EEUU.

Rusia también tiene interés en la crisis de los Balcanes. Así se aplazarán por tiempo indefinido la mayoría de los proyectos energéticos de las ex repúblicas soviéticas, obligando a transitar su petróleo por los existentes oleoductos rusos. El conflicto en los Balcanes va a mantener altos los precios internacionales del crudo que beneficiara a Rusia y a los demás productores. Sólo en los últimos meses curiosamente el precio del petróleo subió casi 50%. Podría ser pura casualidad, pero como enviado especial del Presidente ruso para la crisis en Yugoslavia fue nombrado el cobista energético ruso más influyente, Viktor Chernomidrin.

¿Se dan cuenta los políticos europeos de los intereses que están detrás del conflicto en Yugoslavia?. ¿Podrán contrarrestar los intereses de los poderosos lobbys energéticos y militares?. ¿Se dan cuenta del peligro que podría devenir para la seguridad europea una eventual operación terrestre de la OTAN en Yugoslavia?.¿O del peligro que representa armar un ejercito incontrolable como el ELK, que fácilmente podría llevar a su «talibanizacion», que incluiría a Macedonia?. La desestabilización de Macedonia -donde la etnia albanesa representa ya casi 40% de la población- fácilmente podría llevar a una guerra balcánica, debido a que todos sus vecinos tienen pretensiones territoriales.

Sin embargo, la gran interrogante es si el conflicto va a ser restringido dentro de los Balcanes, o saldrá de sus fronteras. Los conflictos internos de Rusia (evidencias de los cuales son el rechazo de la política de Yelsin por parte del Parlamento y la destitución de Primakov) y los intentos de la CIA de provocar tensiones con China, podrían llevar a la internacionalización y profundización de la crisis. A diferencia de la Unión Europea, los Estados Unidos fácilmente podrían abandonar el pantano balcánico, así como una vez lo hicieron en Somalia. Por lo visto estas preguntas no preocupan ahora a los políticos europeos. Pero muy pronto podrían surgir con enorme fuerza.

«Hay que tener mucho cuidado con el uso de la palabra imposible al hablar de temas humanos. Muy pocas cosas, que han sido posibles en el pasado, son hoy imposibles», dice Ralf Darhendorf, referiendose a la guerra. Y tiene mucha razón.

Analista del Instituto de Estudios Sociales y Políticos
Sofia, Bulgaria.

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