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Oscar León Mata: El espíritu de un guerrero de ciencia

En el marco del VIII Ciclo de conferencia sobre el manejo y conservación de la fauna silvestre en Venezuela, en homenaje a Oscar León Mata, a celebrarse el martes 12 de Noviembre del 2019, en los espacios del Vicerrectorado de Producción Agrícola del estado Portuguesa, de la UNELLEZ-VPA, se reproduce a continuación las palabras del Dr. Ramón Azócar, en reconocimiento a la figura académica y de investigación del homenajeado.

Hoy me convoca ante ustedes un asunto muy serio, muy sentido y sobre todo, muy justo. Recordar la memoria, acción y pensamiento del profesor e investigador Oscar León Mata. Desde el día de su partida he estado urgido de elevar su nombre y presencia en los valores académicos de la que fue su Universidad, la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Vicerrectorado de Producción Agrícola del estado Portuguesa, UNELLEZ-VPA, y de la que fue su familia: los peces, la naturaleza, sus iniciativas ecologistas, su espíritu de libertad, y por supuesto la presencia de personalidades como la del Ph. D., Nathan K. Lujan, Becario postdoctoral Departamento de Ciencias Biológicas Sendero militar 1265, de Toronto, Canadá, quien en una misiva reciente expresara entorno a la figura de Oscar León Mata: “mi amigo y colega Óscar José León Mata, durante los últimos 13 años que trabajamos de manera estrecha, pudimos organizar y liderar cinco expediciones científicas a lugares  remotos del sur de Venezuela. Gracias a las diligencias, ingenio y atención al detalle de Óscar –expresa el doctor Lujan-, estas expediciones fueron placenteras, seguras y científicamente muy productivas.

“De hecho, sin Óscar, estas expediciones y los muchos descubrimientos científicos que se generaron nunca hubiesen sido posibles, y mi carrera como científico habría sido mucho menos productiva….”

Más adelante recalca el doctor Lujan: “…Conocí a Óscar al inicio de mi primera expedición a Suramérica en abril de 2003, cuando era un estudiante graduado y recién comenzaba mi investigación de doctorado, y Óscar a su vez estaba terminando su carrera de ingeniería. Viajé a Venezuela sólo y hablaba muy poco español, pero Óscar me hizo sentir muy bien presentándome a sus amigos y colegas en todo el país.

“Juntos, viajamos al río Ventuari en el estado de Amazonas, un lugar al que regresaríamos nuevamente en 2004, 2005 y 2010, cada vez con equipos más grandes de científicos e itinerarios más complejos.

“A lo largo de estas expediciones, Óscar Siempre fue un guía firme, conocedor y entusiasta tanto para mí como para mi equipo científico. A pesar de las condiciones a menudo arduas e incómodas que forman parte de cualquier expedición científica, siempre pudimos contar con su buen humor y su fuerte ética de trabajo. Estos son aspectos importantes de la personalidad de Óscar que lo harían indispensable en cualquier organización o persona que lo emplee…”

Para cerrar su percepción de quién fue Oscar, el Dr. Lujan dice: “…sé que alguien como Óscar, cuya vida la ha dedicado al descubrimiento, estudio y cuidado de la biodiversidad, sería un activo indispensable para cualquier Museo de Historia Natural. Como alguien que también se preocupa profundamente por la biodiversidad de Venezuela…”.

Si bien es cierto, lo traducido del inglés de la Carta del doctor Lujan, donde recomienda a Oscar para ser considerado como un recurso humano valioso en esa construcción artesanal de la biodiversidad en países tan remotos en tecnología y presupuestos como Venezuela, nos hace pensar que contamos con un gran ser humano; que tuvimos la fortaleza de tener a un investigador comprometido ética y moralmente con las causas científicas que mueven el escenario académico de la UNELLEZ, y que perdimos, al pasar Oscar a otro plano de la existencia humana, a un gran conocedor de la ciencia y del sacrificio que implica hacer ciencia en estos lugares donde un pez es valorad más como alimento que como ser vivo perteneciente a un ecosistema saludable.

Estamos en este recinto hoy en la celebración del (octavo) VIII CICLO DE CONFERENCIAS SOBRE EL MANEJO Y CONSERVACIÓN DE LA FAUNA SILVESTRE EN VENEZUELA, y estamos HOMENAJEANDO AL ING. ÓSCAR LEÓN MATA, eso nos debe llenar de fuerza y de optimismo, porque se trata de reconocer en aquél hombre que al igual que yo “caminaba por ahí”, su visión, su entrega, pero sobre todo, su legado como uno de los precursores de todo esto que hoy nos llena de orgullo en la UNELLEZ-VPA, y que hemos denominado “Biocentro” y que debe mantener esas banderas de rectitud, disciplina y sacrificio que nos enseñó Oscar cuando al salir de sus otros compromisos laborales con instituciones públicas se venía a su campus universitario a ejercer de manera altruista su papel de curador de peces, permitiendo hoy día contar con una de las muestras más representativas en esta dimensión de saberes en el área de las ciencias del agro y el mar.

El Biocentro, que para muchos es un espacio físico y nada más, debe ser por antonomasia el lugar de encuentro en Latinoamérica con el pensamiento y acción de hombres como Oscar León Mata, y no un espacio para purgar intencionalidades burocráticas; en el Biocentro solamente deben estar las colecciones, los productos y esfuerzos de las investigaciones, los investigadores y los  aspirantes a profundizar su esfuerzo investigativo, por la vía de nuestro recién y flamante Doctorado en Biodiversidad que comenzará sus actividades académicas en los próximos días. Queremos darle honor a Oscar y todos aquellos que han contribuido en darle prestigio a la Universidad que Siembra, por ello esos espacios deben destinarse únicamente a darle realce al legado de Oscar y de otros tantos más que han dado lo mejor de sí para la UNELLEZ-VPA, apartando cualquier visión operativa de utilidad pública, porque el Biocentro debe convertirse en el “Centro Latinoamericano de Biodiversidad”.

¿Quiénes estarán en toda esta actividad que honra la memoria de Oscar León Mata?  Muchos amigos fraternos de Oscar: el Dr. Donald Taphorn, con su “Ponencia: Peces de la familia Rivulidae en Venezuela”, la ponencia del Ing. Álvaro Cedeño, titulada

“Sustentabilidad de unidades de producción piscícola en los Llanos Occidentales de Venezuela”, la ponencia del Dr. Danny Villegas, titulada “Estudio de la morfometría de peces desde una perspectiva biométrica”, la ponencia del Ing. Albany Castillo, titulada “Aspectos biológicos y situación actual de las cachamas (Colossoma macropomum y  Piaractus orinoquensis) en los Llanos Occidentales de Venezuela”, y la ponencia del Ing. Luis Mieres, Msc., titulada “Mamíferos en agro ecosistemas de los municipios Guanare y Sucre, estado Portuguesa-Venezuela”.

            Todos abordan el centro vital de lo que fueron los saberes aprendidos y vividos por Oscar; en cada una de estas ponencia está un pedazo de lo que le fue vital a Oscar para sentir su existencia: identificar ecosistemas con biodiversidad saludable para desde allí proyectar estrategias reales de desarrollo que elevar la posibilidad de ir remontando la ardua cuesta de un Medio Ambiente amenazado a muerte por los hombres.

            Ahora bien: ¿Quién fue Oscar León Mata? Para definirlo recurro a mis últimas conversaciones con él y al retrato de familia que amigos y allegados me permitieron conocer de él. Oscar, en sus últimos años, coincidió conmigo en un cafetín de Guanare que tiene por nombre “Pollo Café”, allí su amigo y regente del lugar, con quien llegó a llevárselo en una de sus excursiones a la Gran Sabana, el Sr. Omar Sereno, pudimos conversar de diferentes tópicos, pudiese llegar a decir una pequeña inferencia: hasta de brujería. Pero lo fuerte de nuestro diálogo estuvo circunscrito a la geobiología de los asentamientos humanos como él le llamaba y que no era otra cosa que el hombre en su relación con la naturaleza y la necesidad imperiosa que ese hombre tenía de comenzar de nuevo a “aprender” lo olvidado, a volver a sus orígenes y dejar atrás un avance hacia la percepción cosmopolita del mundo que le estaba aislando de la razón real del para qué está acá el ser humano. A juicio de Oscar, el ser humano estaba acá para ser parte de la naturaleza y no un complemento. A su juicio la conservación del medio ambiente es un asunto de interés colectivo no de “intereses de Estado”; las sociedades se Gobiernan y dirigen desde las grandes jefaturas burocráticas del Poder,  pero ese Poder puede estar allí, puede desenvolverse desde allí y tener con qué actuar desde esas amplias oficinas, gracias a los frutos que la naturaleza le da, y si pierde la conexión con esa naturaleza, poco a poco se irá perdiendo el Poder y se terminará llegando a la anarquía, al sin sentido, al abandono total de los valores transcendentales que mueven la vida siguiendo la herencia de la tribu.

            Oscar le interesaba el Poder, pero para poner ese Poder al servicio del Medio Ambiente, de la conservación del ecosistema natural y desde ese sistema producir una biodiversidad saludable, vibrante, activa y multiplicadora de buenas noticias para la preservación de la vida humana.

            Otro aspecto que hablaba Oscar con insistencia, era que había llegado el momento de una “arquitectura del ambiente”, la cual partía de una lógica cognitiva: tomar en cuenta los límites de la propia percepción del ser humano y, en consecuencia, de sus factores subjetivos, lo cual permita conformar nuevas teorías entorno al conocimiento humano. Y esa arquitectura ambiental no era más ni menos para Oscar, que se la había leído al geógrafo de la Universidad Central de Venezuela, profesor Omar Ovalles Falcón, profundizar en el conocer del conocer, es decir, deconstruir las características cerebrales, mentales, espirituales y culturales, del proceso de conocimiento científico desde sus prácticas y protocolos, para explorar el ecosistema natural en concordancia con la visión consiente e inconsciente del hombre, que coloca valores, creencias y significado social al vínculo directo con la naturaleza, reconociendo no solamente una imagen fiel del ambiente local que influye en la vida de ese hombre, sino en la historia de los pueblos que exige al hombre hacer de la naturaleza su morada respetando la naturaleza de la biodiversidad.

            Puse un tono académico a las palabras de Oscar porque en un acto como este su voz pedagógica y orientadora debe tomar el control. De su familia, sus hijos, ha quedado la imagen de un gran padre, de un esposo entregado a su gesta de amor y responsabilidades; al final de sus días hubo momentos en los que no pude terminar de conversar con Oscar, porque su salud comenzaba a deteriorarse. El cuerpo humano es una pieza única e irreparable cuando  los órganos vitales son afectados por nuestro esfuerzo descomunal en la vida. Quizás Oscar no midió la fuerza de sus sacrificios y eso le costó partir antes y dejarnos a todos, familiares, amigos, discípulos y colegas, con el sabor amargo de no haberlo despedido con el mismo ímpetu y entrega conque él le entregó su vida al trabajo.

            Para aquellos días de su partida hubo una postura institucional digna de querer ayudar a los sobrevivientes de Oscar, sobre todo sus hijos y su esposa; se prometió brindarle apoyo a la señora de León Mata y eso no se materializó, intuyo que por los confines burocráticos de nuestra Universidad. Hoy le estamos rindiendo un homenaje, pero siento que ese hombre curador de peces, amigo incondicional y leal al ejercicio de la academia y la investigación, me toma como conducto desde el más allá espiritual, para pedirle a las autoridades de la UNELLEZ-VPA, se cumpla la intención de seguir ayudando a Oscar a través de su familia, quienes, como todos, necesitan de una mano solidaria que les abrace y les diga en voz clara y sin titubeos: “estamos acá para honrar a Oscar y para cumplirle a Oscar”.

            Termino esta breve intervención, sacada del alma y evitando frases que me lleven a condimentar de lágrimas el dolor que causa nuestro amigo ausente, con una frase que me quedó guardada de Oscar, y que según mis registros se dio en una tertulia informal en el 2016, en el nombrado cafetín “Pollo Café”, donde le explicaba acerca del nuevo libro de norteamericano Peter Senge, relacionado con la revolución de la sustentabilidad, y entre mi apasionamiento explicativo del texto surgió su interrupción y la frase: “…la Universidad es la mejor trinchera para cuidar el medio ambiente, que no es solamente preservar la flora y fauna silvestre; las aguas y los insectos…, el medio ambiento es todo, la vida, todo cuanto nos rodea y todo cuanto soñamos…”

            Oscar, donde estés estamos soñando tus sueños y creo, de manera brutal y empecinada, que llevaremos tus banderas por mucho tiempo y haremos de ti la excusa perfecta para convertir la UNELLEZ-VPA, en el epicentro internacional de la biodiversidad en Latinoamérica y el Caribe, y mucho más allá. Nos quedamos con tu espada, con tu disciplina de trabajo, con tu visión exacta de lo necesario y urgente; y con el amor y la grandeza que te hizo un entrañable amigo y un ser invadido de saberes al servicio de la existencia humana. ¡Ha muerto Oscar León Mata! ¡Larga vida a Oscar!*[email protected]

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