El EditorialOpinión
Paro nacional
Aunque hace varias semanas que Andrés Velasquez y algunos sectores han estado haciendo el lobby necesario para una convocatoria a paro nacional en protesta contra el Gobierno nacional, la propuesta no había sido acogida por todos, algunos aduciendo que no estaban dadas las condiciones; otros, por cuidar sus propios intereses.
Sin embargo, los anuncios del viernes 17 de agosto, vinculados a la reconversión que entra en vigencia este lunes y que incluyó un aumento del salario que es imposible que las empresas asuman, parece haber logrado una posición unánime y unitaria de convocar y asistir a una paralización nacional a modo de protesta porque dicha sea la verdad, Venezuela ya es un país casi detenido.
Este martes el país se paralizará en protesta, pero no debe ser un paro nacional inactivo, debe estar acompañado de acciones de calle, desde las comunidades y con la vanguardia política al frente y asumiendo una vocería que ponga con mayor fuerza y ahinco los intereses de los venezolanos, de cada uno de quienes viven en los barrios y urbanizaciones del país, de los trabajadores que todos los días siguen yendo a trabajar a pesar de los insuficientes sueldos, la hiperinflación y la crisis de transporte, salud y educación.
Y es que las recién anunciadas medidas económicas, lo sabe el país entero, van a profundizar la crisis, cerrar más empresas y negocios y van a parar de hecho lo poco productivo que queda en el país, para definitivamente bajar la santamaría, por lo que esta protesta del martes 22 de agosto puede ser la que encienda el cambio de rumbo político para lograr embarcarnos en el camino de la reconstrucción.