Santos vs Zuluaga y la economía de Colombia

Por Moisés Bittán

Aunque durante la campaña electoral el tema de las negociaciones con la Farc ha sido uno de los temas más tratados, así como otros escándalos impropios de un país que viene desarrollándose a un ritmo vertiginoso, tampoco podemos dejar de lado en tema económico en un una nación que se disputa el peldaño de la tercera economía en Suramérica.

Esta coyuntura electoral podría traer la duda de ¿qué diferencia habrá para la economía colombiana la elección de Juan Manuel Santos o de Óscar Iván Zuluaga?

Cabe recordar que los dos candidatos pertenecen a las élites de su país y su relación con el sector empresarial ha sido muy buena, además, pertenecen a agrupaciones políticas identificadas con la derecha, resaltando que ambos ejercieron cargos ministeriales durante el gobierno de Álvaro Uribe. Siendo Zuluaga ministro de Hacienda logró darle una gran estabilidad a las Finanzas Públicas colombianas, mientras que Santos en su rol de ministro de la Defensa fue el gran ejecutor de las ofensivas a los sectores irregulares.

Sin duda alguna los dos candidatos mantendrían estrechas relaciones con el gobierno estadounidense y mantendrían políticas acordes con el sistema de libre mercado.

Por todo esto pareciera que la economía del país neogranadino no sufrirá mayor impacto de importancia a raíz de esta elección en el corto plazo, de hecho destaca que durante la campaña las variables económicas no han mostrado comportamientos inusuales, ni el tipo de cambio ha tenido alguna variación significativa. Por lo que la inversión extranjera que tan afanosamente los gobiernos colombianos han conseguido no pareciera peligrar por cualquiera de los resultados a primeras de cambio. El partido de Santos pronostica que un posible acuerdo de paz negociados en La Habana mejoraría el clima de inversión en Colombia, Tanto o más podría ocurrir en el caso que el candidato Zuluaga retome integralmente la política de seguridad iniciada por expresidente Uribe y disipe la incertidumbre en materia de políticas monetarias y económicas pues goza de gran aceptación en los mercados internacionales su trayectoria profesional.

A pesar de estas similitudes hay diferencias muy llamativas que ameritan tener en cuenta, mientras que Santos ha tenido gran ascendecia sobre las élites económicas bogotanas , su contendiente posee una excelente relación con los productores del campo, siendo este caldense cercano a los caficultores, además, su mentor político el también paisa Álvaro Uribe tiene un gran apoyo en este sector.

En cuanto a su política económica se pronostica que de ser electo Zuluaga consolide aún más la  apertura económica colombiana fiel a su concepción de libre mercado, mientras que en el caso de Santos se espera un poco más de protección por parte del Estado a determinados sectores justamente producto de las intensas huelgas que ha sufrido durante su actual gobierno. Esto último podría atenuar la candidatura del Presidente Santos con miras a una segunda vuelta que ha sido fuertemente criticado por su deslealtad a la línea por la cual fue electo y su excesivo acercamiento a las políticas y aliados estratégicos de La Habana so pretexto del proceso de paz.

La relación con Venezuela también es un tema crucial, de mantenerse el presidente Santos no se deslumbra ningún sobresalto con respecto las relaciones bilaterales que vienen mejorando a pesar de la controvertida pasividad neogranadina ante los recurrentes excesos en materia de Derechos Humanos, lesión al comercio binacional y gravísimo problema de contrabando que impera en la región fronteriza. En el caso que sea electo Zuluaga habría incertidumbre sobre qué camino tomarían las relaciones comerciales, ya que el candidato han mantenido un discurso de profundo desacuerdo con respecto a la gestión del presidente Maduro y de la relación que mantienen los dos gobiernos en la actualidad -con el de Santos – , lo que traerá a nuevos rocen diplomáticos y un cambio sustantivo en la forma de confrontar los hechos irregulares de diversa índole que se presentan en la frontera que desembocarán en trabas al comercio bilateral, el oportuno pago a los proveedores Colombiano y en fuertes tensiones en el ámbito de la Unasur y Hemisféricos.