Sembrar el petróleo
A unos 84 años de un editorial del doctor Arturo Uslar Pietri “Sembrar el Petróleo”, muy emblemático y relevante ya que nos insta a reflexionar sobre el país y su futuro. Quizá una frase pintoresca y de naturaleza muy personal que todo gobierno de turno intenta interpretar, ajustar, diseñar y adaptar a su momento histórico.
El 14/7/1936 en un editorial del diario caraqueño “AHORA” el doctor Uslar Pietri indica, concienzudamente, que Venezuela debe “sembrar el petróleo”; plantea la necesidad imperativa de redireccionar los recursos provenientes de la renta petrolera hacia el impulso del sector no petrolero de la economía nacional, al desarrollo integral del país; inquietud que se plasma en el siguiente párrafo de su nota:
“Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas, amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia. Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla en ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales. Que en lugar de ser el petróleo una maldición que nos convertierta en un pueblo parásito e inútil, sea laafortunada coyuntura que permita con su riqueza súbita acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales”.
No obstante, pese a sus inquietudes tan acertadas, hoy nos hallamos ante una economía agrícola que nisiquiera nos garantiza el maíz para la elaboración de las tradicionales arepas y hallacas, porque no podemos deslastrarnos del facilismo petrolero para alimentarnos en términos de autosuficiencia productiva. Y, hoy día, sobrevivimos a través de una economía de subsistencia y/o portuaria.
El “excremento del diablo” fue una frase que el doctor Juan Pablo Pérez Alfonso acuñó para referirse al petróleo y al efecto tan pernicioso que este recurso conlleva sobre el manejo de las economías de naciones acreedoras de este recurso minero como nuestra Venezuela.
Ínterin, aún el ingreso petrolero permite la asignación de prebendas improductivas, tales como bonos e incrementos salariales, sin perspectivas de retorno alguno, pues solo alientan la carestía y laxitud laboral en perjuicio de la economía nacional.