Si se están Ahogando, Pidan Ayuda
En una de las láminas de la presentación que estaba dando, repetí varias veces: “Si se están ahogando, pidan ayuda!”. Parece tan sencillo. Uno se imagina que cualquier persona en una situación de necesidad pediría ayuda. Sin embargo, la vida nos demuestra que personas de todas las edades se enfrentan a situaciones muy difíciles y no le dicen a nadie lo que están viviendo. Se lo tragan, igual que cuando alguien en el mar comienza a tragar agua y no grita. En estos casos, las posibilidades de sobrevivir o de avanzar se reducen considerablemente.
Lo primero que debemos hacer es tratar de no adentrarnos donde no hacemos pie y de no pisar sobre terreno desconocido sin antes prepararnos bien. En todo caso, antes de que el agua nos llegue al cuello ya debemos haber hecho lo necesario para llamar la atención de quienes están cerca y hacerles saber que estamos en una situación de necesidad. La mayoría de la gente está dispuesta a ayudar pero es muy difícil ayudar si uno no sabe que alguien necesita ayuda o si la persona se niega a recibir esa ayuda.
Estamos atravesando aguas movedizas. El entorno es cambiante, difícil, retador. Si sentimos que nos estamos hundiendo, hablemos a tiempo y busquemos la ayuda adecuada. Si los dolores se comparten se hacen menos pesados. El dolor no desaparece pero se hace más fácil de cargar. Igual ocurre con los dilemas, las presiones, los retos, los obstáculos. Debemos estar abiertos a escuchar a quienes nos quieren bien, a abrir la mente para analizar las opciones, a recibir palabras de aliento, a escuchar una voz amable, y a tener a gente cercana dispuesta a tendernos una mano. Adicionalmente, debemos saber que incluso encontraremos en el camino manos extrañas que nos ayudarán cuando menos lo esperemos pero, para que nos ayuden, deben darse cuenta de nuestra necesidad.
Pidamos ayuda cuando estemos en situaciones críticas. Comuniquemos nuestra necesidad y sepamos que el hecho de que nos sintamos solos no necesariamente significa que lo estemos.
¡Vivamos cada día como si fuera el último! ¡Prendamos una vela y pasemos la luz!
