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Sin alusiones a mandatarios actuales: Poema de Caupolicán Ovalles

El Presidente

EL PRESIDENTE vive gozando en su palacio;
come más que todos los nacionales juntos
y engorda menos
por ser elegante y traidor.
Sus muelas están en perfectas condiciones;
no obstante, una úlcera
le come la parte bondadosa del
corazón
y por eso sonríe cuando duerme.
Como es elegido a voluntad de todos
los mayoritarios dueños de inmensas riquezas
es un perro que manda,
es un perro que obedece a sus amos,
es un perro que menea la cola,
es un perro que besa las botas
y ruñe los huesos que le tira cualquiera
de caché.
Su barriga y su pensamiento
es lo que llaman water de urgencia.
Por su boca
corren las aguas malas
de todas las ciudades.
Con sus manos destripa virgos
y
como una vieja puta
es débil
y orgulloso de sus coqueterías.
Se cree el más joven
y es un asesino de cuidado.
Nadie podría decir
cuál es su gesto de hombre amado,
porque todos escupen su signo
y le dicen cuando pasa:
«Ahí va la mierda más coqueta».
Cuando
se apaga la luz,
el teléfono,
el gas,
y el agua,
como un recién-nacido,
entre cuidados y muelles de colchones,
la vieja zorra duerme.
Nada le hace despertar.
EL PRESIDENTE vive gozando en su palacio.

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2 comentarios

  1. Como poema es pésimo. Y su contenido abunda en insultos y vulgaridades derivadas de su posición política, hipotecado al neoestalinismo y simpatizante de la irresponsable aventura guerrillera, promovida por el Stalin caribeño, Fidel, la exportación del inmdiatismo foquista desplazó en esa isla parasitaria a los rubros tradicionales, azúcar y tabaco. Buscaba simplemente descalificar al presidente Rómulo Betancourt, quien le dio la respuesta negativa a Fidel, en su primera incursión como limosnero, de una larga y vergonzosa trayectoria buscando quien mantuviera ese descomunal fracaso, ya con 60 años a cuestas y un enorme prontuario criminal. http://www.analitica.com/opinion/episodios-anecdoticos/

  2. El poema es muy actual. Los revolucionarios de antes son el gobierno de ahora…y el poema es su propia medicina. Luchar para que las cosas fueran peores y trabajar aupando el desastre.

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