Sobre el Petro, las rupias y yuanes
Quién ocupa la silla de Miraflores va de invento en invento mientras que el pueblo de Barcelona, como del resto de Venezuela, sufre y sufre por la escasez de alimentos y medicamentos, además de la terrible inflación que ahoga a todos por igual.
Mientras no hay efectivo, y el precio de la comida está por las nubes, Nicolás Maduro presenta la «idea» del Petro. Una criptomoneda para, según dice, evitar el bloqueo internacional.
Pero, mientras un pollo puede costar 300 mil bolívares, qué le puede interesar las absurdas propuestas monetarias al padre o madre de familia que no encuentra que darle de comer a sus hijos.
Mientras, en medio de una política de ensayo y error, Maduro primero habla del comercio a través de rupias o yuanes, e inclusive rublos, lo cual fracasó, y ahora nos trae el cuento del petro, en las calles de Barcelona vemos a gente comiendo en la basura y niños en mendicidad.
Sin duda, existe un divorcio entre la visión económica del régimen y la realidad social que golpea con fuerza los estómagos de un pueblo cansado de engaños y mentiras.
Usted que me lee, no puede ir a la bodega de la esquina, si es que tiene productos, a pedirle el kilo de arroz y pagarles con rupias o petros. Usted, que tiene que pasar una odisea para conseguir medicinas, no le interesa para nada los negocios que desde Miraflores estructuran para el beneficio del peculio de los enchufados.
El comercio desarrollado mediante las criptomonedas han sido señalados como una estrategia de aquellos que poseen manejos turbios para esquivar las autoridades internacionales; además, es hacer notar el cómo está formulado el proyecto monetario: el uso del petro se basará en nuestras reservas de petróleo lo cual indica que hipotecarán, aún más, nuestro futuro de nuestros niños.
El problema venezolano no estriba en el uso de tal o cual moneda, sino que posee una implicación directamente proporcional sobre aquellos que manejan el Estado.
Nicolás Maduro y su gente han demostrado que el modelo que defienden no sirven y han dado más de una demostración que la crisis los superó por mucho. Es decir, el cambio de ideas, políticas y dirigentes es una necesidad imperiosa para toda Venezuela.
Desde Barcelona denunciamos el juego macabro del régimen de crear expectativas para seguir maniobrando a base del dolor del pueblo. Esto se tiene que acabar ahora misma.
La mentada revolución destruyó el aparato productivo del país, pulverizó la moneda nacional, arrasó con el campo venezolano e intentó postrar a toda la ciudadanía ante los pies de una tiranía.
¿Seguir así? Es una imposibilidad; si queremos un mejor país tenemos que dar un paso al frente y luchar por una Venezuela libre y de los venezolanos.
Con o sin petros, con o sin rupias, el objetivo es cambiar a Maduro y al modelo por nuevas ideas, procedimientos y conceptos. ¡Es la hora!
@PlacidoMalave
