TIAR y Barbados
Muchos se preguntan qué hay en común entre la próxima aprobación del TIAR ( Tratado interamericano de asistencia recíproca) y la reanudación de la mediación de Noruega en la isla de Barbados. Ambos son mecanismos internacionales para resolver conflictos, solo que el ámbito de aplicación es diferente.
En el caso del TIAR, este solo es aplicable en el caso de que peligre la libertad y la soberanía de un país miembro del tratado ,por una intervención extranjera en su territorio.
La mediación es uno de los mecanismos para la solución de controversias previsto en el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
Ambos métodos pueden ser usados sin excluirse recíprocamente, pero dependerán del nivel que haya alcanzado el conflicto. En el caso de la mediación es indispensable que las partes enfrentadas lo acepten. En el TIAR se requiere que los estados miembros consideren que existe una situación de intervención extranjera lo suficientemente grave como para comprometer la independencia del país afectado.
En el caso específico del próximo encuentro en Barbados, habría que agregar a la voluntad de las partes a asistir a la reunión, el apoyo masivo que ha recibido ese procedimiento por muchos países y organizaciones internacionales.
Resolver una aberrante situación como la que actualmente vive nuestro país requiere del apoyo decidido de la comunidad internacional, ya que Venezuela está hoy literalmente en quiebra y para reconstruirla se requerirá de sumas ingentes de capital que provendrán del exterior. Y estos no vendrán si no se soluciona la crisis y si no se constituye un gobierno estable políticamente hablando, lo cual necesariamente debe pasar por una transición que permita, oportunamente, la celebración de elecciones libres para la conformación de un gobierno aceptable para la mayoría de los venezolanos.
La mediación de Noruega forma parte de un esfuerzo planetario en el cual los diversos países de la comunidad internacional interesados -por las razones que fueren- en resolver la situación venezolana, tendrán mucho que ver para que esta pueda ser exitosa.
No tiene sentido demonizar cualquier procedimiento de solución de los conflictos antes de conocer los resultados, y ya luce evidente que la salida a la crisis venezolana no está en nuestras manos, sino en las del acuerdo que logren entre sí los países interesados en ponerle término a la insostenible situación por la que atraviesa el país.
