Transformación en Acción

Maritza Meszaros

Con todos sus problemas, con todos sus inconvenientes, con tanta ineficiencia e imperfección, aún me encanta mi país.  Es un país maravilloso. Probablemente pensaría lo mismo de cualquier otro país en el que hubiera nacido pero este es mi país.  El país donde mis padres se conocieron y se casaron.  El país donde me gradué de bachillerato y de universidad.  El país que pude recorrer, disfrutando de sus playas, de sus montañas, de sus rincones, de su cotidianidad, de su gente.

A pesar de sus imperfecciones, amo mi país.  Así es el amor…

Ninguna familia es perfecta.  Mi hija una vez habló sobre su imperfecta perfecta familia y me hizo sonreír y reflexionar. Había tanta verdad en esas palabras.  No somos perfectos pero en la imperfección nos amamos y damos lo mejor que tenemos para sobrepasar los obstáculos que se presenten.

Yo seguiré dando mientras pueda.  Seguiré tratando de lograr mi propia transformación para mejor.  Seguiré tratando de dar aliento a quienes estén desalentados.  Seguiré tratando de poner mi granito de arena, por pequeño que sea.  Seguiré tratando de contribuir.  Mientras logre hacer eso, estaré aportando y no restando.  Estaré contagiando inspiración en lugar de desasosiego.  Estaré en el lado positivo y no en el negativo.

Las circunstancias nos pueden abatir y nos pueden hacer caer.  Lo importante es que siempre haya una mano que nos ayude a levantar, aunque sea una mano extraña.

Hay muchas manos extrañas que están ahí en el momento justo. Tal vez nunca nos reencontremos con esas mismas manos pero, encontraremos otras.  Mi país es tu país…Es nuestro país.  Lleno de manos extrañas que nos auxilian.  Lleno de manos conocidas que nos hacen sonreír.

Sé que hay muchos más que como yo que aman a su país.  Estemos en Venezuela o fuera de de Venezuela, lo importante es aportar y seguir amando, contribuyendo, trabajando en la transformación.  Creo que es posible.