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Un muchacho llamado Guaidó

Acaban de cumplirse 36 años del día en que nació en La Guaira el Ingeniero Industrial Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez, quien tiene dos posgrados en Gerencia Pública, en el IESA y en la Universidad George Washington; es diputado por el Estado Vargas, electo Presidente de la Asamblea Nacional para la cuarta legislatura de este período, el 5 de enero de 2019, a quien le correspondió prestar juramento como Presidente Encargado de Venezuela el pasado 23 de enero.

Juan Guaidó, calificado de “muchacho” por Maduro, poco luego de haberse juramento como Presidente Interino de Venezuela, se ha convertido en una piedra en el zapato del dictador, por su valentía y arrojo, por su constancia y disposición a la lucha. Grave la equivocación de Maduro al minusvalorar al Diputado Guaidó, al burlarse de su juventud desconociendo sus fortalezas y capacidades. Tal vez pocos en Venezuela conocían entonces a Guaidó, cuyo nombre apareció en la gran prensa como dirigente estudiantil de la Universidad Católica en 2007, junto a otros nombres igualmente desconocidos entonces por la mayoría, como Yon Goicoechea, Freddy Guevara, Juan Requesens, Miguel Pizarro y Stalin González, nombres que surgieron en las protestas de calle por el cierre de RCTV, duro golpe de la dictadura contra la libertad de información. Esos nombres estuvieron luego ligados a las luchas populares de ese mismo año 2007 para impedir, como en efecto impedimos, la reforma constitucional que propuso Chávez con el propósito de proclamar a Venezuela República comunista. La lucha popular, conducida entonces por el movimiento estudiantil, condujo a un hermoso triunfo contra las pretensiones del dictador Chávez, quien tuvo que calarse la derrota.

El muchacho ha resultado un duro; es constante en el camino de la democracia para poner fin a la usurpación. Por supuesto que ha cometido errores, ¿quién no?; digo errores, a partir de la información que uno dispone, que no necesariamente es la mejor o más completa. Por ejemplo, hace pocos días, no podíamos entender cómo Guaidó no hacía levantar a sus voceros de la mesa de Barbados; cuando vimos que Maduro le dio una patada a la mesa, pudimos entender la claridad y temple de Guaidó para esperar en silencio el error de Maduro, dejando demostrado a los países amigos de la democracia en Venezuela, a los países amigos de Europa y América Latina que nos exigían negociar, que con el régimen de Maduro eso no es posible, porque no se está negociando con políticos sino con delincuentes, con códigos y normas diferentes.

Importantes logros externos e internos ha alcanzado Guaidó. Nunca pudo imaginar Maduro que más de 50 países y varias organizaciones internacionales como la OEA o el Banco Interamericano de Desarrollo reconocieran al Presidente Interino;  la designación de embajadores y las sanciones impuestas por diversos países a los cabecillas del madurismo, así como el congelamiento de cuentas de Venezuela colocadas ahora a disposición del gobierno de Guaidó, son logros indiscutibles, mientras en lo interno ha logrado un mínimo de cohesión en la difícil oposición venezolana.

Otra vez es noticia la intención del régimen criminal de eliminar el Parlamento. Sin duda que es noticia de ayer, porque desde el momento mismo en que el CNE se vio obligado a proclamar ganadores a diputados de la oposición en 112 de los 165 escaños de la AN, comenzó la maniobra y el rebanado de la torta mordisco a mordisco. Ya son numerosos los diputados inconstitucionalmente allanados en su inmunidad, presos, exiliados y hasta refugiados en misiones diplomáticas. Guaidó acaba de revelar una nueva arremetida contra el Parlamento, en otro intento de disolverlo, de apresar diputados y convocar elecciones ilegales de una nueva Asamblea Nacional, cuando lo que Venezuela quiere es que se vaya Maduro tal como lo revelan los sondeos de opinión: 9 de cada 10 ya no nos calamos más esa melodía. Vivimos días finales antes de un cambio para el progreso. Que la unidad y el patriotismo nos lleven juntos a la victoria.

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