Venezuela no se ha rendido, pero la desesperanza pesa en la sociedad

En el foro “¿Cómo es el venezolano de hoy?”, transmitido por Analítica TV, Saúl Cabrera, presidente de Consultores 21, y Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, coincidieron en que, aunque Venezuela atraviesa una profunda crisis, la mayoría de los ciudadanos no se ha rendido y aún mantiene la esperanza de un cambio, aunque este se perciba cada vez más lejano.
“La percepción de la gente sobre la situación del país sigue siendo negativa, pero eso no significa que se haya resignado”, explicó Saúl Cabrera, quien destacó que el venezolano mantiene una alta resiliencia, pero enfrenta un país con una pirámide poblacional envejecida por la emigración de casi uno de cada cuatro ciudadanos, principalmente jóvenes y adultos jóvenes. “Estamos descapitalizando nuestra fuerza de trabajo y nuestra inteligencia”, advirtió.
Benigno Alarcón, complementó este panorama: “Estamos en un momento donde la desesperanza supera la esperanza, pero Venezuela sigue siendo un país que no se ha rendido”. Señaló que, tras las elecciones de 2024, la esperanza en el futuro cayó de 73% a 51%, mientras que el pesimismo subió de 13% a 29%. “Más del 50% piensa que el país estará igual o peor dentro de un año, aunque el 42% cree que su situación personal mejorará”, añadió.
Ambos expertos coincidieron en que el principal motivo de emigración sigue siendo la falta de perspectivas de cambio. Según Cabrera, entre el 25% y 27% de quienes se quedan en Venezuela planean emigrar, la mayoría jóvenes menores de 30 años, independientemente de su clase social o nivel educativo. “Lo más grave es que quienes piensan en irse en los próximos meses son en su mayoría jóvenes, lo que agrava la descapitalización del país”, insistió Cabrera.
Alarcón detalló que, en sus últimos estudios, 45,5% de los que planean emigrar lo hacen porque no ven un futuro en Venezuela. Además, comentó que destinos como España, Chile y Brasil han desplazado a Estados Unidos como principales opciones migratorias, mientras que Colombia ha dejado de ser tan atractivo, posiblemente por su situación política actual.
La economía familiar sigue siendo un factor de tensión. Cabrera señaló que el ingreso promedio de un hogar venezolano ronda los 340 dólares mensuales, mientras que las familias aspiran a 600 dólares para cubrir sus necesidades. Dos de cada tres hogares consideran insuficientes sus ingresos y sienten inseguridad alimentaria, aunque el acceso a tres comidas diarias ha mejorado en comparación con los años más duros, gracias a remesas, bonos y una tímida recuperación económica. “La situación mejoró en la cantidad de alimentos, pero la calidad sigue siendo un reto”, apuntó.
Alarcón insistió en que, aunque hay un grupo que opta por adaptarse para sobrevivir, también existe otro que, incluso en momentos de desesperanza, está dispuesto a seguir dando la pelea. “El país vive ciclos: momentos de impulso y esperanza, seguidos de bajones. Este momento no es distinto”, aseguró.
El foro concluyó con un mensaje de cautela, pero también de confianza en la capacidad de los venezolanos de resistir y buscar cambios. “La gente no ha renunciado a la posibilidad de un futuro mejor, aunque sabe que ese cambio no está cerca”, resumió Cabrera.
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