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A fondo: Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: los nuevos desafíos

 

El agotamiento del modelo de regionalismo abierto, que primó en la década del 90 en la América Latina y el Caribe, ha dado paso al inicio de una nueva fase en el proceso de integración regional, que algunos analistas caracterizan como regionalismo posliberal o post-neoliberal. A principios de la actual década, han emergido nuevos esquemas y proyectos de integración de rasgos distintivos, caracterizados por el desplazamiento de los temas de liberalización comercial y desregulación por una agenda marcadamente política signada por el retorno a un rol protagónico del Estado. La transformación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), impulsada desde la década del 90 por Brasil, en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), con una agenda regional innovadora, es uno de los hitos del inicio de esta nueva fase. La creación, aún en curso, de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CEALC) es otro de los indicadores. La conformación progresiva de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), promovida por el presidente Hugo Chávez en base a los recursos petroleros venezolanos en contraposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), es otro referente de este proceso de regionalismo posliberal. No obstante, estos procesos se desarrollan en un marco regional caracterizado por la fragmentación y la heterogeneidad, en tanto persisten iniciativas de acuerdos de libre comercio entre algunos países de la región y EEUU, y además algunos países latinoamericanos continúan privilegiando sus políticas y acuerdos comerciales como prioridades de su política exterior.

 

Sin embargo, mientras que los derroteros de la CEALC en términos de la integración regional aún están en pleno proceso de definición, su creación refuerza una tendencia distintiva del regionalismo posliberal desarrollado en América del Sur con la redefinición de un espacio sudamericano caracterizado por la exclusión explícita de EEUU. La creación de este espacio sudamericano ha dado lugar a la progresiva configuración de un entramado regional de organizaciones, foros e instancias multilaterales diversas, cuyo perfil no está aún claramente definido, pero que marcan los lineamientos generales de un proceso de regionalismo con características propias. Algunas de ellas remiten a la reafirmación de la soberanía nacional como principio constitutivo del legado jurídico latinoamericano, a la reticencia por parte de las naciones sudamericanas a cualquier cesión de la misma en aras de algún ordenamiento jurídico supranacional, y a su reafirmación como principio inalienable del Estado westfaliano surgido en la región con las luchas por la independencia del siglo XXI, junto con un cuestionamiento implícito al sistema interamericano

No obstante, la soberanía nacional ha sido amenazada por el impacto del proceso de globalización económica en las décadas precedentes, al perder el Estado el control sobre ciertas actividades, en particular el flujo de comercio, de inversiones y de tecnología, y, a la vez, disputada por el proceso de globalización de los derechos humanos, en tanto las normas globales sobre derechos humanos son un desafío directo a un aspecto de la autoridad del Estado –su derecho a regular las relaciones entre sus súbditos y sus gobernantes libre de interferencia externa–. El derecho a intervenir en las relaciones entre gobernantes y gobernados ha sido justificado, en especial a partir de la creación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y, en años más recientes, a partir de las crisis humanitarias surgidas después de la Guerra Fría, no sólo en términos de derechos humanos, sino también en nombre de los derechos de minorías y en la necesidad de asegurar la estabilidad y seguridad internacionales. Sin embargo, pese a que estos procesos han desafiado persistentemente las soberanías westfaliana y de interdependencia, «ningún conjunto alternativo de arreglos institucionales ha suplantado a las reglas asociadas a la soberanía estatal».

En este marco, el presente artículo aborda tanto la evolución y persistencia del principio de soberanía nacional en el contexto latinoamericano contemporáneo (y en especial en al ámbito sudamericano), como sus posibilidades de compatibilización con un conjunto de estructuras regionales que profundicen el proceso de integración regional. En función de este objetivo, el artículo se centra en analizar los alcances del concepto de soberanía nacional y sus adaptaciones en el contexto latinoamericano; en evaluar las características distintivas y los avances del actual proceso de regionalismo posliberal sudamericano, a través de las más destacadas experiencias actuales de inte gración en la región y de diversas iniciativas sectoriales, y en explorar, en conclusión, las posibili dades efectivas de impulsar algunas iniciativas que superen las limitaciones impuestas por la soberanía nacional al proceso de integración regional en América Latina

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