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Sabotaje, sabotaje, más sabotaje

La palabra sabotaje es de origen francés: sabotaje. Se dice que está vinculada a sabot, que no es otra cosa que un calzado de madera, en español conocido como zueco. En efecto, se recuerda que los campesinos franceses, que calzaban los sabots o zuecos de madera, los batían contra el suelo para callar la voz de alguien cuyo discurso no agradaba. Se recuerda también que, en una época, los obreros que no estaban satisfechos con el monto de su salario o que querían más días de descanso, para perjudicar a su patrón, colocaban un sabot en las máquinas de las fábricas para que no funcionaran, de allí el término saboteur traducido en español como saboteador.

Por lo general, las palabras “sabotaje” o “saboteador” tienen acepción negativa: los terroristas son llamados “saboteadores” y el sabotaje, por más que para los saboteadores sea tenido como un medio que se justifica para llegar al fin que ellos buscan, es considerado delito grave en las leyes penales a lo largo del mundo, moralmente condenado por los demócratas amantes de la libertad y de la paz. Hay ocasiones, sin embargo, en las que los saboteadores son considerados héroes por los amantes de la libertad, quienes aprueban sus actos de sabotaje. Así, durante la ocupación nazi de Francia, los actos de sabotaje de la resistencia, de los macquisards, eran aplaudidos, por más graves que fueran las represalias de la Gestapo y las SS contra rehenes inocentes .

Puede decirse hoy en día que sabotaje y saboteadores son subjetivamente malos o buenos según la lupa con la que se les mire. Así, por ejemplo, en la Venezuela castro-chávez-madurista, se considera saboteador a toda persona de oposición que se oponga a los abusos totalitarios del gobierno; es sabotaje de la oposición cualquier falla en los servicios públicos, por más que sea debida a la falta de mantenimiento y a la incapacidad de quienes dirigen y manejan los entes estatales encargados de prestar los servicios públicos,

El 1 de diciembre de 2013, tuvimos un ejemplo de esa “fuga hacia delante” del gobierno y su partido que consiste en atribuirle a la oposición “saboteadora” todos los males que azotan al país. En efecto, el lunes 1º, a las 8:10 p.m. ocurrió un apagón que afectó que afectó a la zona metropolitana de Caracas y a cerca de 15 estados. Como era de esperarse, el ministro a cargo de la electricidad, Jessie Chacón, ese mismo teniente que cuando fue nombrado ministro prometió que si no arreglaba el problema del suministro de energía eléctrica en 100 días renunciaba, dijo que ese apagón había sido un acto de sabotaje. No se sabe cómo logrará probar su información. Tal vez diga que Uribe introdujo en el país centenares de iguanas para que dañaran los cales, tal vez alegue que entre los contingentes militares encargados de la seguridad de las instalaciones de suministro y distribución de energía eléctrica hay infiltrados por Enrique Capriles, María Corina Machado y Leopoldo López, con la asistencia de la CIA y del MOSSAD para “sabotear”.

Si hay algún saboteo, es del propio gobierno al poner a la cabeza de un ministerio encargado de velar por el suministro de energía eléctrica a un militar sin experiencia en la materia; si hay algún saboteo es por parte de quienes no son capaces de ejecutar mantenimiento; si hay algún saboteo es debido a la corrupción gubernamental que le paga a la empresa de unos “bolichicos” inmensas sumas de dinero para la instalación de plantas eléctricas que no operan ya que la mayor parte de ese dinero sirvió para enriquecer a esos bolichicos y a quienes cobran comisiones por otorgar los contratos.

 

 

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