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Orgullo gay supera obstáculos en La Habana

La comunidad LGTBI  cubana protagonizó este sábado 11 de mayo la primera manifestación no autorizada que se celebra en  la isla caribeña en décadas.  El punto de encuentro de los activistas fue en  La Habana Vieja, y la  convocatoria fue realizada  «boca a boca» y a través de las redes sin permiso de las autoridades, después de que el Gobierno de Díaz-Canel cancelara  la tradicional «conga» contra la homofobia.

La suspensión  de la marcha del orgullo gay fue anunciada por la diputada y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex),  Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro, quien posteriormente consideró que la marcha del colectivo LGTBI  fue un «show» convocado desde Miami.

La sexóloga cubana escribió en su cuenta de Facebook que la marcha del orgullo gay en la capital cubana fue un «show» que estuvo «respaldado por funcionarios de la embajada de Estados Unidos y cubierto por la prensa extranjera».

Por su parte,  Yasmany Sánchez, representante de la comunidad dijo: «No entendemos por qué en el marco de esta jornada se ha cancelado algo que ha sido un logro, que ha sido parte de nosotros durante todo este tiempo (…). Exigimos marchar, que las garantías sean respetadas».

Otro joven también consideró que suspender la marcha es un retroceso, porque ya el pueblo estaba hasta incorporado, nos aceptaban más todavía: «¿Por qué hacemos esto? Para que lo que se ha logrado no se pierda. Para que nos sigan viendo normal, que somos sus vecinos, sus amigos, su familia…», afirmó emocionado.

Enfrentamientos con la policía y detenciones

La convocatoria LGTBI  había provocado en la capital cubana una gran expectación y dudas sobre si los activistas lograrían llegar al Parque Central de La Habana Vieja, punto de partida de la marcha, o si por el contrario la Seguridad del Estado impediría su celebración cortando calles o impidiendo a los activistas acceder a la zona.

Pero finalmente, a la hora señalada y pese a una fuerte presencia policial, los participantes comenzaron a llegar a la plaza envueltos en grandes banderas del arcoiris y pertrechados con dos argumentos: que desfilar es gratis y que no se manifestaban «en contra de nada», sino «a favor» de sus derechos.

La manifestación se fue formando con naturalidad y unas trescientas personas comenzaron a marchar de forma pacífica por el céntrico Paseo del Prado sin que la policía lo impidiera, muchos de los participantes eufóricos comentando que lo que ocurría era histórico.

En la cabecera se coreaban consignas como «sí se puede», «por Cuba y por nuestros derechos lo más grande», «Cuba diversa», «no al miedo» e incluso el pegadizo estribillo de la canción «¿y el anillo pa cuándo?» en alusión a la pospuesta aprobación del matrimonio homosexual en la isla.

Pero la alegría solo duró hasta la llegada de la comitiva al final del Paseo, donde agentes de policía interceptaron la marcha para evitar que siguiera hacia el Malecón habanero, como pretendían los asistentes.

Fue entonces cuando comenzaron los choques, ya que las autoridades pidieron a los manifestantes que se dispersaran aduciendo que se trataba de una marcha no autorizada, mientras varios de los activistas replicaban que no necesitaban permiso alguno para ejercer su derecho a pasear por la capital.

Según un recuento preliminar de los organizadores la manifestación desembocó en enfrentamientos entre los participantes y la policía cubana, que detuvo al menos a cuatro personas.

 

A favor de la no discriminación

El colectivo LGTBI cubano ha ido ganando en visibilidad durante la última década, donde en los primeros años tras el triunfo de la Revolución (1959) los homosexuales eran perseguidos y enviados a campos de trabajo denominados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), lo que se considera uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de la isla.

En relación a » la conga» que canceló el Cenesex -que depende a su vez del Ministerio de Salud Pública- habría sido la primera celebrada después de la aprobación, en abril, de la nueva Constitución cubana, en la que inicialmente estaba prevista una modificación que abría las puertas al matrimonio gay en la isla pero que finalmente no se incluyó en el texto final.

Ese asunto fue uno de los más controvertidos en los debates populares sobre la carta magna y provocó una fuerte campaña en contra por parte de las iglesias evangélicas y católica.

Cuba fue el primer país en firmar la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, aprobada por la ONU en diciembre de 1979, al tiempo que cuenta con un marco normativo dirigido a promover la equidad de género en todas sus instituciones.

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