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Administración de Trump continuará con la agenda Obama hacia Venezuela, por Reyes Theis

Por Reyes Theis / @reyestheis

América Latina avanza con la mirada puesta en el retrovisor. Las medidas que desde Washington pueda tomar el Gobierno de Donald Trump la mantiene en expectativa.

“La palabra aquí es expectante. Todo el mundo está esperando saber cuáles van a ser los planteamientos y cuál va a ser la importancia que efectivamente le dé el presidente Trump a la región”, reconoció la presidenta chilena, Michelle Bachelet,  en una entrevista con AFP.

“Todo el mundo está a la expectativa de saber qué va a pasar, de saber si el candidato Trump va a ser el mismo presidente Trump, eso es algo que está por verse, hay que dar tiempo”, comentó la canciller venezolana  Delcy Rodríguez en una entrevista el domingo en Televen.

Una expectativa que comienza a despejarse luego de que Rex Tillerson, nominado por Trump al cargo del secretario de Estado, compareciera la semana pasada  ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado estadounidense. El exjefe de Exxon Mobil tuvo que responder varias preguntas relacionadas a cómo sería su actuación si su nominación fuera confirmada por el Senado, lo que sirvió para dar luces sobre qué esperar de la Administración Trump en la región.

En el caso de Venezuela, de acuerdo a la declaración de Tillerson, no se espera una modificación importante de la línea trazada por la administración Obama.

El gobierno demócrata, que estuvo hasta la semana pasada en la Casa Blanca, respaldó el proceso de diálogo en Venezuela y  con esa intención el entonces subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Thomas Shannon,  se reunió varias veces con representantes del Gobierno y de la oposición venezolana.

También Obama aprobó sanciones a funcionarios señalados de participar en la violación de los derechos humanos en Venezuela, tras los disturbios del año 2014 en ocasión del plan denominado “La Salida”; intentó presionar para la liberación de los presos políticos y mostró su interés de trabajar con los vecinos de la región en organismos como la Organización de Estados Americanos, para buscar una salida  la crisis.

Continuar con todas estas acciones está en los planes del próximo secretario de Estado. Tillerson expresó en su comparecencia: “Estamos totalmente de acuerdo con la calamidad en la que ha caído Venezuela, producto de un incompetente y disfuncional Gobierno, primero bajo Hugo Chávez y ahora con su sucesor designado, Nicolás Maduro”.

Añadió que si era confirmado por el Senado “promoveré una cooperación cercana con nuestros amigos en el Hemisferio, particularmente con los vecinos de Venezuela: Brasil y Colombia, así como de los cuerpos multilaterales como la OEA, para lograr una transición negociada con reglas democráticas en Venezuela”.

Indicó que ello significaría “la reconstrucción  de las instituciones políticas, liderados por los  bravos demócratas venezolanos y defensores de derechos humanos. Este será el tipo de reformas necesarias para poner a Venezuela en el rumbo de la recuperación de  su economía”, aseveró.

Tillerson sostuvo que “los EEUU continuarán apoyando el diálogo legítimo para resolver la crisis política entre el Gobierno de Maduro y la oposición que ahora controla la Asamblea Nacional”. Expuso que “continuaremos denunciado las prácticas antidemocráticas del Gobierno de Maduro, el llamado a liberar a los prisioneros políticos y aplicar las sanciones contra los violadores de los derechos humanos de Venezuela y los narcotraficantes”. Consideró que su Gobierno debe “enviar ayuda humanitaria para mitigar la inseguridad alimentaria y el desabastecimiento de medicinas”.

Para el aspirante a secretario de Estado, “la creciente crisis política, económica y humanitaria en Venezuela es motivo de gran preocupación para Estados Unidos y para nuestros aliados latinoamericanos” y ofreció “involucrar a los países socios de la región, como Colombia, que está directamente impactado por una crisis migratoria de Venezuela, para mejorar los derechos humanos y las condiciones económicas en Venezuela”.

Anunció que continuarán “apoyando firmemente los esfuerzos del Secretario General de la OEA, (Luis) Almagro, en la invocación de la Carta Democrática Interamericana para promover la normalización de la situación en Venezuela y el restablecimiento de las instituciones democráticas” y confirmó que “cumpliré todas las sanciones impuestas por el Congreso, incluidas las medidas de la Ley de Defensa de los Derechos Humanos y de Extensión de la Sociedad Civil de Venezuela de 2016”.

A pesar que del lado del Gobierno y de la oposición mantenían esperanzas de algunos cambios en las líneas del Gobierno de Trump respecto a Venezuela, la declaración de Tillerson debe decepcionarlos.

Este fin de semana, Delcy Rodríguez había manifestado su esperanza que la orden Ejecutiva de Obama, que sancionaba a los funcionarios venezolanos señalados por violaciones a los DDHH, fuera derogado por el nuevo Gobierno estadounidense.

“Con el presidente Trump esperamos que no se vaya por el camino de la obsesión y la irracionalidad y entienda que esa orden ejecutiva, que él tiene poder para derogar, sea en efecto derogada. Esperamos que en una visión más realista y práctica de lo que pueden ser las relaciones entre EEUU y Venezuela, esa orden sea derogada”, afirmó

El presidente Maduro  había dicho también el domingo que aspiraba que en el «transcurso de los días y meses pueda construirse con el nuevo Gobierno una relación de comunicación y de respeto entre la República Bolivariana de Venezuela, cuna de liberadores, y Estados Unidos».

Con Cuba si hay cambio

Donde el Gobierno de Trump sí anunció un cambio, es en su política respecto a Cuba. El Presidente ha cuestionado que la apertura  de EEUU con el régimen de Raúl Castro se realizó sin que hubiera nada a cambio en el campo de los derechos humanos ni de la democracia.

Tillerson –quien consiguió este lunes  23 de enero la aprobación del Comité, lo que le allana el camino para lograr el consentimiento del pleno de la Cámara y alcanzar así el cargo- expuso ante el Comité del Senado que se determinará la mejor forma para presionar a Cuba para que respete los derechos humanos y promueva los cambios democráticos y anunció que se disponen a derogar el decreto y revertir la orden ejecutiva de Obama que permitió el acercamiento entre las dos naciones.

Ben Raderstorf, analista de Diálogo Interamericano, recordó a BBC Mundo que Cuba ha rechazado la idea de negociar concesiones y «si Trump quiere avanzar buscando un mejor trato con los cubanos, lo más probable es que los cubanos respondan muy negativamente».

¿Podría ser Venezuela el objeto de una negociación a dos bandas entre La Habana y Washington, que incluya mantener la apertura EEUU-Cuba si el régimen de la Isla promueve un cambio político en Caracas?

“La palabra aquí es expectante”, como bien diría la presidenta Bachelet y la canciller Rodríguez.

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