A un mes del 20 de mayo la oposición política apuesta a la nada

Cristhopher Borrero – Carabobo.-

@CristhopherB

Poco o nada ha cambiado en la agenda de la oposición tras las elecciones del pasado 20 de mayo. Al menos así lo refirió Ezequiel Aranguren, jefe del comando de campaña de Henry Falcón en Carabobo.

Restan solo 8 días para que se cumpla el primer mes tras las cuestionadas elecciones presidenciales y el clima de confusión ciudadana es virtualmente el mismo. “Vemos a un pueblo desorientado, abrumado por su diario vivir, consumido en la desesperanza y sin liderazgo político-económico que pudiera, de alguna manera, sembrar la más mínima esperanza de vida en Venezuela”, apuntó Aranguren.

“Es como si todo el devenir tuviese que ver con acciones y decisiones que se tomarán desde el exterior, donde para algunos protectores todas las cartas están sobre la mesa, incluso la invasión militar. La situación se torna más oscura cuando observamos a un Gobierno completamente debilitado a lo interno, sin políticas económicas claras”, agregó el declarante.

Esquemas repetidos

La oposición venezolana se ha vuelto monodiscursiva. “La dirigencia política venezolana sigue repitiendo básicamente el mismo discurso, con el agravante de aislarse cada vez más de la comunidad internacional, llegando a colocarse un auto-cerco geográfico y político, dando la impresión de que prefieren el discurso guapetón que la diplomacia. Es como huir hacia adelante cuando se presentan escenarios terribles ante el impago de compromisos económicos ya vencidos y un embargo (o varios) en puertas, accionados por empresas multinacionales que nada tienen que ver con orientación política alguna sino con gestiones de cobranzas vencidas”, acotó.

El dirigente no tuvo pudor de lucir oficialista. Pese a lo acomodado de su discurso, la idea central peca de «gobiernera». Pareciera entonces que la única forma de que la oposición tenga validez para Avanzada Progresista es que le haga el lobby para frenar las sanciones contra el Gobierno. Algo bastante confuso y contradictorio.

Por otra parte, resaltó que “nuestra empresa madre, la que nos alimenta a diario, la que representa el 94 % del ingreso nacional, Pdvsa, se encuentra en fase terminal. Su caída en la producción no ha sabido ser explicada ni por la alta gerencia, ni por los trabajadores, ni por el gobierno. Igual (mala)suerte corren las empresas básicas del Estado donde es difícil pronosticar cuál será su futuro inmediato ya que el gobierno se ha quedado sin liquidez para invertir en su recuperación”.

“De esas empresas resalta el caso de la industria eléctrica destacándose la crisis en el estado Zulia que por su situación climática es el más necesitado de ella y no la tiene. La situación del campo venezolano no escapa a la desidia y abandono, lo que obliga a continuar con la política perversa de la importación de alimentos, sólo que ahora sin dólares para la compra. Acompañan a esta tragedia la hiperinflación y escases de alimentos y medicinas”, resaltó.

Para Aranguren, es obvio que ante un cuadro como el que vive, la comunidad internacional con sentido de lo humano, debe preocuparse. “La dirigencia local, aquellos sectores que tomaron como bandera política la abstención, influyó en exceso en el comportamiento electoral del venezolano, que siguiendo sus orientaciones o no, logró confundirlos y no fueron a votar. En tanto que el gobierno, con la política del miedo, del pretender comprar conciencia, no evitó que más de 10 millones de portadores del carnet de la patria, no fuesen a las urnas electorales, en suma la política que produce la nada”.

“Ahora, Venezuela llama a sus hijos, nos necesita. Es por ello que llamo a la conciencia ciudadana a unirnos, a tejer el descocido tejido social. Los partidos políticos están obligados a sentarse y preparar estrategias tendentes a elaborar una hoja de ruta, que junto con los sectores independientes, coadyuven en la elaboración de un proyecto de rescate por Venezuela. La academia, la Iglesia, empresa privada, dirigentes sociales, comunidades enteras, todos, absolutamente todos tenemos que sentarnos en un gran diálogo de salvación nacional”, culminó Ezequiel Aranguren.