Salud y Bienestar

Asperger, una «discapacidad invisible» sin diagnosticar en 20 % de los casos

Comportamientos antisociales y conductas poco afectivas son algunas características del Síndrome de Asperger, que en al menos 20 % de los casos no se llega a diagnosticar por la complejidad de sus síntomas, por lo que es considerada una «discapacidad invisible».

Leonardo de Benito Avendaño, psiquiatra infantil y coinvestigador en el Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional (Incide), explicó a Efe que el Asperger es un trastorno neurobiológico que se presume tiene un origen genético.

«Los niños con Asperger desarrollan una inteligencia superior pero presentan dificultad para adaptarse o seguir las reglas sociales. Tienen dificultades en interacciones sociales y tienden a ser inflexibles con los cambios de rutina», señaló el especialista.

El 18 de febrero se celebrará el día internacional del Asperger con el fin de hacer conciencia y dar a conocer este trastorno.

El pintor renacentista Miguel Ángel, el físico Albert Einstein y el empresario Bill Gates son solo algunas de las mentes brillantes con gran coeficiente intelectual con diagnóstico de Asperger.

Este trastorno, que está considerado dentro del espectro autista, muchas veces pasa inadvertido y quienes lo padecen sufren incomprensión en su entorno lo «que los lleva a vivir en una depresión constante», explicó.

Generalmente los síntomas aparecen entre los 2 y 6 años, edad en la que los padres empiezan a detectar comportamientos poco usuales en sus hijos y perciben que piensan, sienten y viven de manera diferente.

Pero al no ser tan claros los síntomas, muchas veces los niños que tienen este trastorno pueden ser considerados como hiperactivos, desobedientes, dominantes, imperativos y demandantes.

Se estima que la prevalencia de los trastornos del espectro autista es de 1 en 100 individuos y es más común en niños que en niñas, por lo que por cada cuatro niños, sólo una niña lo padece.

«Son niños que tienen problemas para comprender los sentimientos de otras personas o para expresar los sentimientos propios, además de dificultad para entender el lenguaje corporal», señaló De Benito.

Aunque tiene un buen pronóstico si se detecta de manera oportuna, el mayor problema es que la mayoría de las ocasiones se diagnostica tardíamente y, en ocasiones, ni siquiera se detecta.

Según el especialista, al menos 20 % de los pacientes con Asperger no son diagnosticados y, aunque logran compensar algunos de sus síntomas, tienen consecuencias a nivel emocional en su vida adulta «que los lleva a tener problemas laborales, sociales o de pareja».

Para De Benito, una de las causas del diagnóstico tardío es que, además de la confusión en los síntomas, «en México hay mucho desconocimiento de las enfermedades neuropsiquiátricas, por lo que el diagnóstico es más tardado que en otros países».

El principal reto, aseguró, es fomentar la educación en los médicos por un lado y hacer que los padres conozcan y tomen conciencia de la enfermedad, por el otro.

Enfatizó la importancia de dar apoyo tanto a quienes tienen este trastorno como a sus familias en las áreas terapéutica, escolar, familiar y social.

«El objetivo es facilitar su proceso de integración a la sociedad, fomentar su bienestar y funcionalidad en todas las etapas de la vida», dijo.

Recalcó la importancia de estar alerta del comportamiento de los pequeños.

«Si notan que a sus hijos se les dificulta hacer amigos, realizan movimientos repetitivos o extraños y tienen reacciones sensoriales poco comunes, hay que buscar la atención médica especializada lo más pronto posible, pues con tratamiento psicológico, se puede llevar una vida prácticamente normal», concluyó.

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