Salud y Bienestar

Conozca por qué se producen las arritmias

Roselia Cruz, de 65 años, amaneció con un fuerte dolor en el pecho y en la cabeza. Nunca había tenido algo parecido, y su inmediata improvisación la llevó a tomarse 3 pastillas de aspirina, que quizás, le dieron tiempo de llegar a una clínica o hospital para ser vista con atención. Lo que sufrió fue una arritmia severa, así lo comprobó el especialista que la atendió.

En una persona sana, las aurículas se contraen rítmicamente para enviar la sangre a los ventrículos. Sin embargo, a veces, esta secuencia se altera y los latidos comienzan a producirse de una forma irregular y muy rápida. Este trastorno se conoce como fibrilación auricular y es la más común de las arritmias.

Aunque es más frecuente en personas mayores (entre un 10% y un 12% de la población de más de 75 años la sufre), hipertensos y pacientes con otros problemas de corazón –como las valvulopatías- también pueden sufrirla personas jóvenes y sanas.

Si el paciente padece esta arritmia de forma pasajera y el trastorno desaparece espontáneamente, se denomina fibrilación paroxística y, si, por el contrario, el problema es constante, recibe el adjetivo de persistente.

El síntoma más frecuente es la aparición de palpitaciones. Muchos pacientes también refieren falta de aire o dolor en el pecho, si bien es cierto que, en muchas ocasiones, el trastorno no presenta ningún signo aparente.

Aunque se puede vivir con fibrilación auricular, la enfermedad puede causar complicaciones, como la fatiga crónica o la insuficiencia cardiaca. Además, la falta de contracción adecuada de las aurículas puede provocar la formación de coágulos que, si salen del corazón, son capaces de dar lugar a una embolia. Para evitar este riesgo, se indica en gran parte de los casos una terapia con anticoagulantes o antiagregantes, fármacos que hacen más ligera la sangre y protegen contra los trombos.

Para la fibrilación auricular, existen distintos tipos de tratamientos:

  • La terapia con antiarritmicos, a través de la que se intenta recuperar el ritmo normal del corazón. En algunos pacientes cuyo corazón está muy afectado por otras patologías esta terapia no es efectiva. En un primer momento, también puede intentarse la recuperación a través de una cardioversión eléctrica.
  • La terapia con medicamentos para controlar la frecuencia: Su objetivo no es acabar con la arritmia, sino mantenerla controlada para evitar complicaciones.
  • Además de estos fármacos, en algunos casos –en pacientes que ya han tenido un fracaso terapéutico y no sufren graves complicaciones- se emplea la cirugía de ablación, una técnica quirúrgica que permite anular el funcionamiento de las zonas eléctricas de la aurícula en donde se genera la arritmia.

Fuentes: Dr.Aaron Cohen, Saúl Pérez

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