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Labor de las Brigadas Caninas

HÉROES CON NARICES FRÍAS

El centro de entrenamiento canino de la Guardia Nacional Bolivariana, en el estado Lara, funciona desde 1989 y está enfocado en la preparación de perros para la detección de estupefacientes y explosivos, entre otras sustancias ilícitas

Pocas personas saben que en el estado Lara, al suroeste de Barquisimeto, está localizado el monumento natural Loma de León, una formación geográfica excepcional ubicada a mil 260 metros sobre el nivel del mar, que resguarda, desde 1989, las instalaciones del Centro de Entrenamiento Canino Teniente Guardia Nacional Bolivariana Roseliano Antonio Díaz, el hogar momentáneo de 70 perros que son preparados para la detección de estupefacientes, rastreo de explosivos, armamentos, sustancias químicas y personas extraviadas.

El proyecto, que también abarca el adiestramiento de los canes para ataque y defensa en actividades de control del orden público, seguridad ciudadana y protección de instalaciones, surgió como respuesta a la necesidad de la Guardia Nacional Bolivariana de proveerse de ejemplares adiestrados, capaces de cooperar con la lucha frontal contra el tráfico ilícito y consumo de estupefacientes
El teniente coronel Guido Hernández Montilla, actual director del Centro de Entrenamiento, dijo que la institución es pionera en la formación de perros para la detección de sustancias ilícitas y explosivos. Del mismo modo, no dudó en reconocer la labor de estos animales al decir: “el rendimiento de los canes en cuanto a la incautación de sustancias estupefacientes es destacable, y esto se debe en gran medida al entrenamiento que reciben”.

El teniente coronel Roberto Mujica, veterinario asimilado a la Guardia Nacional, explicó que el entrenamiento para la detección de estupefacientes tiene una duración que varía entre 16 y 20 semanas, mientras que el de explosivos tiene una duración aproximada de 32 semanas. Asimismo, aclaró que durante el entrenamiento no se droga a los perros. “La preparación de nuestros ejemplares se realiza a través del condicionamiento producido por la recompensa”.
Cualquier perro mayor de 10 meses puede ser entrenado, aunque hay una condición: el can debe tener un deseo intenso por el juego de cobro –en el que busca y trae una pelota o juguete-. Según el veterinario, las razas más aptas para realizar esta tarea son: retrievers, spaniels, pastor alemán y belga, malinois, border collie, bracos y setters.

El método de adiestramiento consiste en el cobro básico y dirigido: En el primero, el ejemplar busca el objeto de cobro con la vista; mientras que en el guiado, se le esconde el elemento de entrenamiento para obligarlo a usar su olfato. “La última fase de entrenamiento contempla la adaptación a los sitios reales de trabajo. En todas las etapas, el perro es recompensado con juegos y felicitaciones si cumple bien su trabajo”, detalló Mujica.

Actualmente, la escuela alberga a 70 perros que requieren una nutrición completa y balanceada para cumplir con las exigencias físicas de su entrenamiento diario. Es por ello que desde 1992, la institución estableció un convenio con la empresa Purina, en el cual la compañía, como parte de su programa de responsabilidad social empresarial, dota a la escuela de alimentos, de manera continua.

Hasta ahora, el Centro de Entrenamiento Canino Teniente Guardia Nacional Bolivariana Roseliano Antonio Rodríguez, ha realizado dos cursos interamericanos de entrenamiento, treinta en materia de estupefacientes y otros doce atinentes a la detección de explosivos.

Un gringo que no se quiere jubilar

Por lo general, los canes que prestan servicios de detección de estupefacientes y otras sustancias o elementos ilícitos, pasan a retiro a partir de los 8 años; sin embargo, en el Centro de Entrenamiento Canino Teniente Guardia Nacional Bolivariana Roseliano Antonio Rodríguez, hay un perro que no se quiere jubilar, a pesar de tener 11años: Gringo.

Cuando inició sus andanzas en la escuela, este Labrador Retriever color chocolate, finalizó el curso en etapa de pasantía en sólo un mes y siete días –normalmente el entrenamiento toma cuatro meses-. A lo largo de su carrera, Gringo ha ayudado a incautar 120 kg. de marihuana y 28 kg. de cocaína en Elorza, estado Apure, entre otras detecciones.

Para el sargento mayor de segunda, Naudi Antonio Pereira Gómez, quien es el guía y dueño de Gringo, el perro parece estar enamorado de la institución. “Cuando estoy en casa y me toca regresar a la escuela, él se esconde agachado en la parte de atrás de mi camioneta pick up, justo en el lado del conductor. Lo hace para que yo no lo pueda ver. Así regresa conmigo al centro de entrenamiento”.

Este can es el consentido de todos y es considerado un héroe en el instituto, ya que, además de las mencionadas incautaciones, ha ayudado a capturar a muchos detallistas de drogas, principales corruptores de un gran porcentaje de jóvenes en el país.

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